Mucho incendiario suelto

Hay muchos incendios porque hay mucho incendiario suelto. Cada ma?ana, m¨¢s de medio centenar de compatriotas se levantan con la intenci¨®n de prender fuego al monte: por enemistad con un vecino, porque quiere deslindar claramente su finca de la de otros, o que su ganado tenga pasto fresco para la pr¨®xima temporada; o porque s¨ª. Seg¨²n datos facilitados ayer por el Ministerio de Medio Ambiente, cada d¨ªa se producen en Espa?a una media de 85 incendios, la mayor¨ªa de los cuales son provocados. En lo que va de 2005 han ardido 107.000 hect¨¢reas de monte, un 23% m¨¢s que el a?o anterior, pero menos que en Portugal, que con una superficie mucho menor ha perdido ya 135.000 hect¨¢reas.

Si fuera por estad¨ªsticas, el problema ya estar¨ªa resuelto. Las hay abundantes, y resultan, tambi¨¦n ellas, desoladoras. Desde 1980 ha habido en la UE un mill¨®n de incendios que han destruido 12 millones de hect¨¢reas, de las que casi siete millones y medio corresponden a la pen¨ªnsula Ib¨¦rica. El a?o pasado, el 81% de los incendios y el 76% de la superficie quemada en los pa¨ªses mediterr¨¢neos de Europa correspondieron a Espa?a y Portugal. Hay que desechar, sin embargo, la tentaci¨®n de atribuir esa desgracia a una maldici¨®n. En los ¨²ltimos a?os se ha avanzado bastante en la identificaci¨®n de las causas de los incendios y hoy se sabe que el 95% se debe a la acci¨®n humana: por negligencia en el 30% de los casos y por voluntad deliberada de provocarlos en m¨¢s del 50%.

En lo que va de a?o 277 sospechosos han sido detenidos, de los que al menos tres pertenec¨ªan a los servicios de extinci¨®n. Sin embargo, de los miles de presuntos pir¨®manos que en la ¨²ltima d¨¦cada han sido objeto de procedimiento judicial, apenas superan la treintena los condenados. No es que la ley sea blanda. El C¨®digo Penal establece penas de hasta cinco a?os para los pir¨®manos, y hasta 20 si hay peligro para la vida o la integridad de las personas. Pero faltan medios de investigaci¨®n que aporten pruebas. Facilitarlos es una de las cosas que pueden hacerse para combatir el fuego.

Otra es desincentivar los incendios provocados con finalidad econ¨®mica. El anteproyecto de la nueva Ley de Montes, que se discute a partir de este oto?o, prev¨¦ un periodo m¨ªnimo de 30 a?os para poder cambiar el uso de un bosque quemado. Su tramitaci¨®n y debate parlamentario deber¨ªa servir para, en lugar de echarse la culpa entre partidos, abordar las deficiencias remediables detectadas en la lucha contra el fuego: insuficiencia de medios humanos y materiales dedicados a la prevenci¨®n -limpieza de maleza, etc¨¦tera-y a la r¨¢pida detecci¨®n, diurna y nocturna, de los incendios; fallos de coordinaci¨®n entre administraciones con competencias en la materia; carencias en la formaci¨®n del personal.