El fuego avanza en Portugal y alcanza ya varios barrios de Coimbra
Unos 3.000 bomberos y 600 militares intentan sofocar 34 incendios en todo el pa¨ªs
El sol que abrasa Coimbra y hace subir los term¨®metros por encima de los 30 grados no logra romper la niebla oscura que desde el domingo invade esta ciudad del centro de Portugal. Los enormes incendios que hace varios d¨ªas quemaban bosque y casas en las afueras entraron en la madrugada de ayer en los barrios de la zona urbana. El fuego no lleg¨® a quemar ninguna de las viviendas o edificios de seis pisos, aunque ha dejado una huella bien visible: los peque?os jardines de la urbanizaci¨®n Quinta da Fonte est¨¢n reducidos a cenizas.
?C¨®mo es posible que un incendio escape a los bomberos y entre en una ciudad? Esta era ayer la pregunta del mill¨®n en Coimbra y en el resto de Portugal, donde anoche segu¨ªan incontrolados 34 incendios de grandes proporciones. Unos 3.000 bomberos estaban en el terreno, apoyados por 860 veh¨ªculos, 38 aeronaves y 600 militares. Varias carreteras, incluida la autopista del interior, la A-23, estaban cortadas.
Los incendios se cobraron adem¨¢s ayer una v¨ªctima mortal. Una anciana de 88 a?os afectada de Alzheimer fue hallada carbonizada en Sao Jorge, una aldea del concejo de Ourem, a unos cien kil¨®metros al norte de Lisboa, seg¨²n inform¨® Efe. La mujer hab¨ªa escapado de su domicilio el pasado d¨ªa 18 por la noche.
En Coimbra, m¨¢s que avanzar por el terreno, las llamas vuelan. Los fuertes vientos de la madrugada transportaron el fuego de un punto a otro, muchas veces a varios kil¨®metros de distancia, sin permitir a los bomberos acompa?ar este viaje infernal. En el terreno, no siempre es f¨¢cil descubrir de d¨®nde vino el fuego y ad¨®nde se dirigi¨® porque no existe una mancha continua de tierra quemada.
"El fuego empez¨® el s¨¢bado en la cima de aquella cuesta del otro lado del r¨ªo y en cinco minutos pas¨® a este lado", explica Silvina Lucas, de 58 a?os. Tiene la cara tapada con una de las m¨¢scaras distribuidas por el Instituto Nacional de Emergencias M¨¦dicas (INEM) mientras intenta apagar con cubos de agua los peque?os focos de humo que rodean su vivienda en la aldea de S?o Frutuoso, a unos 10 kil¨®metros de Coimbra. Los bomberos de la regi¨®n, desbordados debido a los incendios que en los ¨²ltimos 10 d¨ªas azotan la provincia de Coimbra, no pudieron quedarse a proteger su vivienda y las de sus vecinos. Para ayudarlos, les dejaron una manguera para conectar a un grifo municipal.
La culpa del viento
"Puse s¨¢banas nuevas en la cama el s¨¢bado, como siempre hago, y hasta ahora no he dormido en ellas", dice Silvina con ojos rojizos del humo, del sue?o y de las l¨¢grimas. Para esta mujer, que "en casi 60 a?os de vida" en la misma casa "nunca hab¨ªa visto un fuego como este", la culpa es del viento, pero principalmente del propietario del bosque que est¨¢ al lado de su vivienda, que se niega a limpiar el terreno. "Antes, la gente se mataba por dos o tres trozos de madera. Ahora, nadie necesita los bosques y los dejan abandonados. El fuego, cuando entra, no puede controlarse", dice el marido de Silvina, Armindo, de 56 a?os.
Su explicaci¨®n es la misma que dan bomberos y pol¨ªticos para la ola de incendios que cada verano dejan miles de hect¨¢reas reducidas a cenizas en Portugal. El de 2003, cuando se quemaron 420.000 hect¨¢reas del territorio, fue el peor que se recuerda. El de 2005, con m¨¢s de 130.000 hect¨¢reas, amenaza con transformarse en el segundo m¨¢s tr¨¢gico.
El primer ministro, Jos¨¦ S¨®crates, que ayer estuvo en Coimbra para observar los da?os causados por los fuegos, dijo que es la hora de apagar los incendios, y que despu¨¦s hay que debatir y atacar sus causas estructurales. La oposici¨®n y varias asociaciones ambientales le acusaron de hacer declaraciones vac¨ªas, porque el diagn¨®stico se hace a cada a?o, aunque nadie parece despu¨¦s dispuesto a actuar: Portugal necesita un nuevo ordenamiento del territorio forestal.
En la aldea de Silvina y Armindo, y otras a su alrededor, docenas de personas fueron evacuadas ayer. Durante la madrugada, cuando unas 20 casas fueron consumidas por el fuego, otras 50 personas hab¨ªan sido desalojadas de sus viviendas en la misma zona por la amenaza directa de las llamas o por los problemas respiratorios que provoca el humo denso.
Pereira, enfermero de un equipo del INEM, reun¨ªa ayer a Silvina con su madre, de 80 a?os, que hab¨ªa pasado la noche en el hospital tras manifestar algunos s¨ªntomas de p¨¢nico. "Tenemos que dar asistencia f¨ªsica, pero sobre todo psicol¨®gica. Cuando una persona ve su casa amenazada no razona y no quiere abandonarla", explica el enfermero, que llevaba trabajando casi 24 horas consecutivas.
Las ambulancias no paraban de cruzar las carreteras de las afueras de Coimbra. Rutas llenas de cenizas, trozos de madera quemada y de cables de tel¨¦fono tumbados por el fuego. La UE inform¨® de que Portugal podr¨¢ acceder al fondo de solidaridad comunitario una vez que haga el balance de los da?os. Por el momento, el Ejecutivo de Lisboa s¨®lo ha pedido medios a¨¦reos para ayudar a controlar las llamas. Ayer, un avi¨®n espa?ol, otro italiano, dos franceses y tres helic¨®pteros alemanes participaron en las operaciones. Hoy deber¨¢n llegar dos helic¨®pteros holandeses.
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