Polos opuestos: la religi¨®n y el ej¨¦rcito

Es la una de la tarde del horario de verano -mediod¨ªa seg¨²n el sol-. La llamada a la oraci¨®n resuena por el barrio de Fatih en Estambul, de forma no del todo simult¨¢nea, desde los micr¨®fonos de varios minaretes invisibles. Considerado un centro de fervor fundamentalista, este barrio c¨¦ntrico, densamente poblado, toma su nombre de la Mezquita Fatih, con sus sombr¨ªos muros con aspecto de fortaleza en el patio y su conjunto de edificios adosados, que albergan una escuela y una biblioteca. ?sta fue la primera gran mezquita construida por Fatih Sultan Mehmet, El Conquistador, despu¨¦s de tomar Estambul arrebat¨¢ndosela a Bizancio en 1453. Fue reconstruida, no obstante, en el siglo XVIII, despu¨¦s de un terremoto. Cientos de creyentes han llegado ya, y al menos un 80% son hombres. Una minor¨ªa luce largas barbas, esclavinas y gorros de rezar, o las barbas y bigotes tipo "anillo" preferidos por los hombres de negocios conservadores. La mayor¨ªa s¨®lo lleva bigote, camisa de manga corta, pantalones de tela y zapatos de cuero o pl¨¢stico o sandalias. Puede que sean comerciantes locales. Algunos de los hombres m¨¢s j¨®venes van afeitados, pero s¨®lo un pu?ado lleva vaqueros y camiseta, y uno solo lleva corbata. Entre las mujeres, unas pocas van cubiertas por un chador completamente negro abrochado por debajo o por encima de la barbilla, pero la mayor¨ªa lleva pa?uelos sencillos en la cabeza, o los trajes tesett¨¹r de moda, que en los ¨²ltimos a?os han sustituido a los pa?uelos y a los abrigos hasta los tobillos como vestimenta habitual de las j¨®venes urbanas que reivindican su identidad isl¨¢mica.

Despu¨¦s del golpe de 1980, la formaci¨®n religiosa se hizo obligatoria en la educaci¨®n primaria

Los sermones de Gulen se venden abundantemente, junto con otros materiales religiosos

Gracias al servicio militar obligatorio, hay casi 800.000 hombres en las filas del Ej¨¦rcito

Seg¨²n fuentes oficiales, la poblaci¨®n de Turqu¨ªa es musulmana en un 99%. La poblaci¨®n armenia de las provincias orientales disminuy¨® dr¨¢sticamente -en circunstancias que hoy siguen siendo controvertidas- durante la II Guerra Mundial. En 1923, el a?o de la declaraci¨®n de la Rep¨²blica, la mayor¨ªa de la poblaci¨®n griega ortodoxa de Anatolia fue intercambiada por musulmanes griegos. Las minor¨ªas cristiana y jud¨ªa que permanecieron fueron haci¨¦ndose m¨¢s escasas a trav¨¦s de la emigraci¨®n a partir de la d¨¦cada de 1950, mientras que los musulmanes de los Balcanes se han vuelto a establecer de vez en cuando en el antiguo coraz¨®n del imperio otomano.

Una peque?a proporci¨®n de las 77.000 mezquitas de Turqu¨ªa son de piedra antigua y pizarra. Hay incluso una mezquita subterr¨¢nea en la mayor estaci¨®n de metro de Ankara. Pero es dif¨ªcil calibrar el alcance de la fe y la pr¨¢ctica religiosa. En la calle principal que cruza Fatih, el tr¨¢fico sigue ajetreado, los oficinistas almuerzan en las cafeter¨ªas y las tiendas permanecen abiertas. Una o dos tiendas tienen en sus escaparates los relucientes trajes blancos con fajines, cuellos de falsa piel, tachuelas doradas y purpurina plateada que han de llevar los chicos el d¨ªa de su circuncisi¨®n. Otras venden ropas tesitt¨¹r, ligeras chaquetas tres cuartos, por ejemplo, que se llevan con faldas largas o pantalones, y van a juego con pa?uelos para la cabeza de vivos colores que se anudan al cuello. Pero al lado hay escaparates llenos de blusas con escote, vestidos de novia y ropa interior.

El sentimiento religioso crece durante el mes sagrado del Ramad¨¢n, cuando una mayor¨ªa de la poblaci¨®n adulta parece ayunar del amanecer hasta el ocaso. Los servicios religiosos de los d¨ªas de fiesta son retransmitidos por televisi¨®n. En la Fiesta de los Sacrificios (Kurban Bayrami o Eid el Adha), se sacrifican millones de corderos y de otras piezas de ganado, a menudo p¨²blicamente, al borde de las carreteras, causando grandes sufrimientos a los animales y numerosos accidentes entre sus poco experimentados carniceros. Este a?o, se afirma que 300.000 personas han solicitado hacer el hajj a La Meca, cuatro veces m¨¢s que el contingente asignado a Turqu¨ªa. Los peregrinos afortunados ser¨¢n elegidos por sorteo.

Ataturk fue el sucesor de una larga tradici¨®n de pensamiento militar modernizador, que deploraba la irracionalidad de las estructuras pol¨ªticas y sociales del Imperio y se sent¨ªa molesto por la influencia de los cl¨¦rigos. La abolici¨®n del califato en 1924 fue seguida de una serie de medidas posteriores encaminadas a secularizar el Estado y la sociedad. Se introdujo un sistema educativo nacional y laico, y se cerraron las escuelas y los tribunales religiosos. Las sectas y las ¨®rdenes religiosas fueron disueltas. Un departamento de la oficina del primer ministro se encarg¨® del mantenimiento de las mezquitas y de la contrataci¨®n de pastores y predicadores. El Estado reconoc¨ªa s¨®lo los matrimonios civiles. Se ilegaliz¨® el fez, y m¨¢s tarde se prohibi¨® vestir en p¨²blico los atuendos que representasen autoridad religiosa. Se exig¨ªa vestimenta secular (occidental) en los centros educativos y en los servicios p¨²blicos.

La misi¨®n secularizadora del Estado pronto decay¨®, especialmente tras la llegada de la pol¨ªtica multipartidista desarrollada despu¨¦s de la II Guerra Mundial. El Partido Dem¨®crata, conservador y de base rural, reinstaur¨® la llamada ar¨¢bica a la oraci¨®n, al tiempo que cerraba los Institutos de Aldea y las Casas del Pueblo, dos instituciones modernizadoras. La mala Administraci¨®n y el autoritarismo del PD dio pie al golpe militar de 1960, que condujo al ahorcamiento del primer ministro Adnan Menderes y a dos de sus ministros, y luego a la restauraci¨®n de la democracia bajo una nueva Constituci¨®n liberal. La modernizaci¨®n social pareci¨® reanudarse en los a?os sesenta y setenta con ayuda del crecimiento econ¨®mico, la urbanizaci¨®n y las tendencias internacionales. Pero al mismo tiempo, el presupuesto para asuntos religiosos aument¨® (este a?o asciende a 700 millones de euros), y se constru¨ªan cada vez m¨¢s mezquitas y escuelas imam hatip. Dise?adas para formar a j¨®venes para la profesi¨®n religiosa, estas escuelas religiosas del Estado estaban destinadas a proporcionar reclutas para los movimientos islamistas que tan atractivos resultar¨ªan entre los pobres urbanos desorientados a partir de los a?os ochenta.

Mientras, varias sectas y congregaciones religiosas emergieron o renacieron -tales como las hermandades Naksibendi y Suleymanci- estableciendo v¨ªnculos con partidos pol¨ªticos. Necmettin Erbakan cre¨® su primer partido isl¨¢mico de masas. Despu¨¦s del golpe de 1980, en un momento en el que Occidente consideraba el islamismo como un ant¨ªdoto del comunismo, la formaci¨®n religiosa se hizo obligatoria en la educaci¨®n primaria. A partir de entonces, los partidos conservadores siguieron dominando la vida pol¨ªtica. Grandes parcelas de la Administraci¨®n de la Rep¨²blica laica empezaron a estar ocupadas por conservadores y por miembros de amplias redes religiosas. Esta tendencia contin¨²a con el actual Gobierno semiislamista del Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP).

Adem¨¢s de los partidos pol¨ªticos, una significativa minor¨ªa de los peri¨®dicos, cadenas de televisi¨®n, sindicatos, empresas, organizaciones empresariales, fundaciones educativas y asociaciones de todo tipo son de car¨¢cter musulm¨¢n-conservador. Unas pocas son abiertamente radicales. Los des¨®rdenes de los a?os setenta, la revoluci¨®n iran¨ª y los acontecimientos en Bosnia y Afganist¨¢n contribuyeron al estallido de la violencia islamista. En 1986, 22 personas resultaron muertas en un tiroteo producido en una redada contra una sinagoga en Estambul. A esto siguieron los asesinatos de relevantes escritores e intelectuales laicos y la toma de rehenes por parte de militantes pro-chechenos. A principios de los noventa, la llamada organizaci¨®n Hizbullah, que tiene sus ra¨ªces en el sureste de Turqu¨ªa, asesin¨® a cientos de nacionalistas kurdos y a m¨¢s gente, se dice que con la complicidad de las autoridades, antes de volverse contra algunos de sus propios simpatizantes y asesinar al jefe de polic¨ªa de Diyarbakir en una emboscada en el centro de la ciudad en 2001.

La religi¨®n es un importante punto de referencia para las grandes comunidades de trabajadores turcos que crecieron en Alemania y en otros pa¨ªses de Europa Occidental a partir de los a?os sesenta. En la d¨¦cada de 1990, muchos miembros de estas comunidades confiaron sus ahorros a las llamadas "carteras de valores isl¨¢micas", que aseguraban estar invirtiendo en Turqu¨ªa y ofrec¨ªan pagar grandes dividendos "sin intereses". Seg¨²n el reciente informe de un comit¨¦ de investigaci¨®n parlamentario, se "evaporaron" unos 10.000 millones de euros de esta manera. Parte de esta cantidad pudo traerse a Turqu¨ªa en maletas, para financiar actividades islamistas. El movimiento Visi¨®n Nacional de Erbakan est¨¢ bien organizado en Europa. Alemania extradit¨® por fin al disidente Metin Kaplan, cuyo objetivo es resucitar el califato, y que fue devuelto a Turqu¨ªa el pasado octubre. En junio fue condenado a cadena perpetua en conexi¨®n con una presunta trama para atentar con aviones kamikaze contra el Mausoleo de Ataturk en Ankara durante las celebraciones del D¨ªa de la Rep¨²blica en 1998.

Una figura m¨¢s influyente y controvertida es Fetthullah Gulen, de 64 a?os, actual l¨ªder de la secta Nurcu e inspirador -aunque no due?o oficial- de peri¨®dicos, cadenas de televisi¨®n y colegios privados en Turqu¨ªa y Asia Central. Los sermones de Gulen se venden abundantemente, junto con otros materiales religiosos, por fuera de las mezquitas y en las estaciones de autob¨²s de las ciudades. Abandon¨® Turqu¨ªa en 1999 tras la emisi¨®n de una cinta de v¨ªdeo en la que se le ve¨ªa aconsejar a sus seguidores c¨®mo infiltrarse en el Estado pasando desapercibidos. Ahora reside en EE UU.

El islam pol¨ªtico es un fen¨®meno mayoritariamente sun¨ª. Hay millones de ciudadanos Alevi y Bektasi, principalmente en Anatolia Central y Oriental y en las grandes ciudades. Los Alevi se definen a s¨ª mismos como seguidores del profeta Al¨ª. Se re¨²nen en cemevis en lugar de rezar en mezquitas. Tienen sus propios lugares sagrados, sus propios ayunos, su propia m¨²sica religiosa, sus im¨¢genes y sus ceremonias. Las mujeres participan de pleno derecho en estas ceremonias y no suelen cubrirse la cabeza. Los portavoces de las organizaciones Alevi critican a menudo el apoyo exclusivo que el Estado otorga al islam sun¨ª. No son infrecuentes los prejuicios contra los Alevi, y han sufrido ataques por parte de grupos en varias ocasiones; el incidente m¨¢s reciente ocurri¨® en Sivas en 1993, cuando 37 de ellos murieron al ser incendiado el hotel en el que se hospedaban. Por estas razones, los Alevi est¨¢n en contra de la presencia de la religi¨®n en pol¨ªtica.

El festival anual de Hacibektas, que tiene lugar en Capadocia a mediados de agosto, combina acontecimientos religiosos con conciertos y espect¨¢culos laicos al aire libre, y cuenta con frecuencia con la asistencia del l¨ªder del principal partido pol¨ªtico laico, el Partido Republicano del Pueblo (CHP), fundado por el propio Ataturk. La ciudad recibe el nombre del legendario fundador de la orden Bektasi, el misionero y m¨ªstico Haci Bektas-i Veli. Uno de los hombres sagrados cuyos restos yacen en el monasterio utilizado durante siglos por la comunidad Bektasi -que hoy alberga un museo- es el ¨²ltimo rector del monasterio, Cemalettin Celebi. El monasterio no se salv¨® del cierre, aunque el propio Celebi fue presidente del Parlamento republicano en su primera reuni¨®n en Ankara en 1920. Los derviches danzantes de la cercana Konya, cuya ceremonia cercana al trance se escenifica cada vez m¨¢s a menudo para entretener a grupos de turistas, pertenecen a una orden sun¨ª.

Si la religi¨®n resulta dif¨ªcil de ignorar, tambi¨¦n lo es ignorar a las Fuerzas Armadas. El Ej¨¦rcito turco disfruta de unos privilegios con los que los ej¨¦rcitos de muchos otros pa¨ªses ahora s¨®lo pueden so?ar. Gracias al servicio militar obligatorio de 15 meses, hay en cualquier momento dado casi 800.000 hombres en sus filas, si incluimos a la gendarmer¨ªa y a los guardacostas. A trav¨¦s de la gendarmer¨ªa, responsable de vigilar las zonas rurales, las fuerzas armadas juegan un papel directo tanto en la seguridad interna como en la externa. Ocupan grandes extensiones de terreno en las grandes ciudades y en sus alrededores. Desde principios de los a?os sesenta, los miembros de las Fuerzas Armadas han adquirido una participaci¨®n en la econom¨ªa a trav¨¦s del Fondo de Solidaridad del Ej¨¦rcito, una especie de fondo de pensiones que es due?o de bancos y de plantas de cemento y que participa en la propiedad de la factor¨ªa Renault en Turqu¨ªa. Se dice que sus salarios y pensiones son relativamente altos en relaci¨®n con los de los funcionarios civiles. Los mandos disfrutan de comidas subvencionadas, se entretienen en clubes para oficiales y viven en casas subvencionadas en cuarteles militares y en campamentos de verano. Pueden tambi¨¦n tener ch¨®feres y otro tipo de servicio a su disposici¨®n.

En sus propios institutos militares, los oficiales se empapan no s¨®lo del amor a la obediencia y a la disciplina caracter¨ªstico de todas las Fuerzas Armadas, sino tambi¨¦n del fuerte sentido de su propia historia heroica, y de un punto de vista republicano, nacionalista y laico. Su influencia sobre las normas sociales es considerable. En televisi¨®n se emiten programas sobre las Fuerzas Armadas y en los colegios se da clase de seguridad nacional. El entrenamiento de los reclutas es un proceso de socializaci¨®n que puede incluir clases de comportamiento c¨ªvico y de control de la natalidad, adem¨¢s de habilidades vocacionales y uso de armas de fuego.

Las Fuerzas Armadas tienen tambi¨¦n una influencia directa en la pol¨ªtica nacional. En su papel de garante de las instituciones y reformas republicanas, y de la seguridad interior y exterior, han dado tres golpes de Estado, y de sus filas han salido varios de los presidentes de Turqu¨ªa. Despu¨¦s del golpe de 1980, su papel qued¨® consagrado en la nueva Constituci¨®n, que estableci¨® un Consejo de Seguridad Nacional /CSN formado por l¨ªderes civiles y militares. En febrero de 1997, las Fuerzas Armadas reaparecieron como un fuerza republicana y secularizadora en una reuni¨®n del CSN que allan¨® el camino para el derrocamiento del Gobierno dirigido por Erbakan y formado el a?o anterior. La reuni¨®n termin¨® con lo que pr¨¢cticamente era un ultim¨¢tum, exigiendo que el Gobierno cortara y controlara todo tipo de actividad fundamentalista en el Estado y en la sociedad, que impusiera reglas en el vestir y que elevara el nivel m¨ªnimo de la educaci¨®n primaria de cinco a ocho cursos para impedir que los ni?os de 11 a 14 a?os fueran a clase de Cor¨¢n a tiempo completo.

La influencia de las Fuerzas Armadas parece haber disminuido. En 2003, se redujo el tama?o y el presupuesto del CSN, y pas¨® de ser una unidad administrativa a un organismo consultor. Aument¨® el n¨²mero de sus miembros para que los civiles tuvieran m¨¢s presencia que los comandantes militares. Se permiti¨® el nombramiento de un secretario general civil. El Ej¨¦rcito ha aceptado que sus finanzas sean analizadas con mayor detenimiento como parte de una serie de medidas para mejorar la responsabilidad y la transparencia financiera de las cuentas p¨²blicas. El hecho de que se haya permitido que el ex comandante de marina Ilhami Redil vaya a juicio por un caso de corrupci¨®n de 100.000 euros, es un paso sin precedentes.

Las razones de este vuelco son evidentes. El Gobierno confesional del Partido de la Justicia y el Desarrollo, que lleg¨® al poder en 2002, disfrutaba de una mayor¨ªa en el Parlamento mucho mayor que la de Erbakan. Por otro lado, estaba presionando para iniciar conversaciones sobre el ingreso en la Uni¨®n Europea, que llevar¨ªan a una reducci¨®n de la influencia del Ej¨¦rcito en la pol¨ªtica. Las Fuerzas Armadas -o al menos sus sectores m¨¢s moderados, representados por el actual jefe del Estado Mayor Hilmi Ozkok- no pod¨ªan dejarse ver en el papel de bloquear los pasos hacia el ingreso en la UE, un objetivo largamente acariciado por los occidentalistas y los modernizadores de Turqu¨ªa. Mientras, Erdogan se ha resistido a tomar ninguna medida en los terrenos elegidos como causas por los islamistas, como permitir que las alumnas lleven velo en las clases o alterar el sistema de entrada a las universidades para beneficiar a los graduados de escuelas imam hatip.

Seg¨²n la catedr¨¢tica Umit Cizre, de la Universidad de Bilkent, el Ej¨¦rcito sigue protegiendo sus posiciones y ejerciendo su influencia pol¨ªtica, adapt¨¢ndose a los cambios cuando le es necesario. Cizre sostiene que las Fuerzas Armadas cada vez act¨²an m¨¢s como un partido pol¨ªtico, cuyos oficiales de mayor rango ejercen como l¨ªderes reconocidos y portavoces, con un conjunto de simpatizantes, nacionalistas y laicos, como electorado. Han construido un bloque con el presidente Sezer, con las autoridades judiciales y con muchas de las universidades, y han tejido una red de apoyo formada por organizaciones no gubernamentales. Sus variadas actividades sociales son parecidas a las de las organizaciones juveniles de los partidos pol¨ªticos. Las Fuerzas Armadas son capaces de mantener sus primeros puestos en las encuestas de opini¨®n del pa¨ªs como la instituci¨®n en la que m¨¢s conf¨ªan los ciudadanos.

Traducci¨®n de Eva Cruz.