"Torear es tener un misterio que decir, y decirlo"
Antonio Fern¨¢ndez Casado (Santurtzi, 1950), quien hace varios a?os llev¨® a la imprenta el libro Toreros de hierro, una pormenorizada gu¨ªa sobre los diestros que existieron en Vizcaya, acaba de publicar (Fundaci¨®n BBK) un nuevo estudio hist¨®rico sobre el toreo: Cocherito de Bilbao, Castor Jaureguibetia Ibarra (1876-1928). Se trata de una biograf¨ªa y estudio sobre el conocido diestro bilba¨ªno, que hoy se presenta en la capital vizca¨ªna. En sus a?os j¨®venes, Fern¨¢ndez Casado, ahora alto ejecutivo hotelero, hizo sus buenos pinitos como novillero bajo el seud¨®nimo Antonio de Monterrey. Lleg¨® a actuar en 40 novilladas.
Pregunta. ?C¨®mo era el torero Cocherito? ?C¨®mo en su condici¨®n de persona?
"Cocherito fue el primer fen¨®meno de masas de Bilbao, mucho antes que el Athletic o que sus jugadores, especialmente en sus a?os de apogeo"
"Cochero fue un torero muy completo que dominaba todas las suertes de la lidia. Toreaba especialmente bien con el capote"
Respuesta. Cocherito era una persona muy seria, a la vez que muy socarr¨®n, a quien no le gustaba la relaci¨®n tradicional con los taurinos y tampoco las t¨ªpicas tertulias de caf¨¦ de esos a?os.
P. ?Existi¨® alguna relaci¨®n o contacto personal entre Castor Jaureguibeitia y los pol¨ªticos de su tiempo?
R. Fue amigo de Indalecio Prieto en su etapa madrile?a y tambi¨¦n del escritor socialista Tom¨¢s Mendive, quien escribi¨® en El Liberal que Cocherito en sus comienzos era el torero de los bizkaitarras, mientras que Francisco Alonso, Paquiro, aspirante for¨¢neo avecindado en Bilbao, era a quien apoyaban los trabajadores de fuera asentados en la villa.
P. Rafael El Gallo hablaba de una corrida muy dura en Granada, en la que tore¨® con Machaco y el Cochero. Le llama Cochero, sin diminutivo. ?Su nombre es pues menos un t¨¦rmino bilba¨ªno que un diminutivo propiamente dicho?
R. Se le conoc¨ªa popularmente por Cochero; no obstante, en los carteles normalmente se suprim¨ªa su primer apellido, Jaureguibeita, dejando su nombre en Castor Ibarra, o bien en Castor J. Ibarra. Su primer apellido no le resultaba f¨¢cil de pronunciar a los aficionados for¨¢neos.
P. A prop¨®sito de El Gallo, ?sigue siendo v¨¢lida su definici¨®n "torear es tener un misterio que decir, y decirlo".
R. Sin lugar a dudas. El Gallo fue un genio lleno de sabidur¨ªa y de sentencias clarividentes.
P. ?Cu¨¢les fueron las suertes que mejor ejecutaba Cocherito? ?Cu¨¢les las menos buenas?
R. Cochero fue un torero muy completo que dominaba todas las suertes de la lidia. Toreaba especialmente bien con el capote, generalmente con los pies juntos, banderilleaba con gran poder y mejor t¨¦cnica. Eran famosos sus pares con cuatro y a veces hasta con seis rehiletes a la vez. Tambi¨¦n era un buen estoqueador, sin llegar al nivel de sus paisanos Fortuna o Mart¨ªn Ag¨¹ero, y, sobre todo, era un muy buen lidiador. Siempre estaba en el sitio indicado. Donde m¨¢s flojeaba era empu?ando la muleta, aunque en esos tiempos se consideraba a esta suerte un recurso f¨¢cil para ganar aplausos.
P. ?De todos los diestros que aparec¨ªan en su libro Toreros de hierro, era Cocherito el m¨¢s interesante y apasionante, el m¨¢s singular y genuino de todos?
R. Cocherito de Bilbao fue el primer fen¨®meno de masas de Bilbao, mucho antes que el Athletic o que sus jugadores, especialmente en sus a?os de mayor apogeo, 1910, 1911...
P. ?Fue duro para Cocherito y para otros lidiadores de su ¨¦poca el cambio generacional que supuso la irrupci¨®n de Joselito y Belmonte en el mundo del toreo?
R. Cochero fue un torero de entre ¨¦pocas. En sus inicios, comparti¨® cartel con Machaquito, Fuentes, Bombita, Pastor,... -la edad de bronce de la historia del toreo- y en sus ¨²ltimos a?os con Joselito y Belmonte, quienes junto con su avanzada edad -43 a?os- y las secuelas de viejas cornadas -ten¨ªa cosidas sus piernas-, le obligaron a tener que decir agur a los toros
P. ?Ha tenido que revisar usted muchos peri¨®dicos y revistas de la ¨¦poca en la que discurri¨® la vida de Cocherito?
R. S¨ª, he revisado parte de las colecciones de El Liberal, Abc, El Ruedo, los tomos del Coss¨ªo, La Dama Taurina de Abando, revistas locales, las biograf¨ªas de sus colegas,...
P. ?Fue admirado y mimado por la alta burgues¨ªa bilba¨ªna, o fue tal vez un torero con un mayor tir¨®n popular?
R. En sus a?os de mayor popularidad se code¨® con las personas m¨¢s representativa de la villa, especialmente con el ganadero bilba¨ªno Urcola, quien fue testigo de su boda, con el Marqu¨¦s de Villagodio, con el magnate Benigno Ch¨¢varri,... Tambi¨¦n tore¨® varias corridas reales, incluida la que celebraba los esponsales de Alfonso XIII.
P. ?Han perdido los toreros de hoy el sabor recio o ll¨¢mese pintoresco o no adocenado que atesoraban los diestros de la ¨¦poca del Cochero?
R. No tiene nada que ver el torero actual con las pr¨¢cticas taurinas de principios del siglo XX, donde, para empezar, los toros se lidiaban sin peto y frente a ganado mucho m¨¢s fiero que bravo, con menos kilos y muchos m¨¢s pitones.
P. ?Ejerci¨® de bilba¨ªno por donde quiera que fue o simplemente se limit¨® a asumir el papel de matador de toros con la mayor dignidad posible?
R. En su casa de San Fernando del Jarama ten¨ªa plantado un reto?o del ¨¢rbol de Gernika y un restaurante que abri¨®, ya retirado, en la calle del Pr¨ªncipe de Madrid, se llam¨® Achuri.
P. ?Traer el pasado al ahora mismo ser¨ªa una manera de hacerlo vivir otra vez?
R. Es un manera de actualizar su recuerdo, de actualizar su figura para los nuevos aficionados y, sobre todo, de reivindicar la historia de la fiesta de los toros en Bilbao y Vizcaya.
P. ?Est¨¢ suficientemente reconocido el fervor que han mantenido los miembros del Club Cocherito de Bilbao a lo largo de los a?os por esta figura del toreo?
R. Efectivamente, es encomiable que un torero que se retir¨® en 1919 siga presente no s¨®lo entre los socios del club decano, sino en la vida social de la villa, casi al mismo nivel que el Athletic, aunque bien es verdad que Castor Jaureguibeitia Ibarra no gan¨® tantos t¨ªtulos como los futbolistas.
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