La Iglesia argentina vincula la dimisi¨®n del obispo Maccarone con una venganza pol¨ªtica
El prelado admiti¨® una relaci¨®n homosexual tras la difusi¨®n de un v¨ªdeo
La conmoci¨®n causada en Argentina por la dimisi¨®n del obispo de Santiago del Estero, Juan Carlos Maccarone, tras la difusi¨®n de un v¨ªdeo en el que aparec¨ªa manteniendo relaciones homosexuales, se ha incrementado despu¨¦s de que la Iglesia cat¨®lica argentina haya apoyado al prelado dimitido y denunciado una venganza pol¨ªtica. ?sta estar¨ªa presuntamente dirigida por los partidarios de Carlos Ju¨¢rez, quien durante d¨¦cadas fue gobernador de Santiago del Estero y que hace dos a?os fue destituido por corrupci¨®n y presuntas violaciones a los derechos humanos.
Maccarone, de 64 a?os, cuya renuncia ha sido admitida por el Vaticano y quien ha reconocido haber mantenido relaciones "incompatibles" con su cargo, ha recibido el pleno respaldo del clero argentino tanto a nivel local como en la jerarqu¨ªa. Ayer Guillermo Marc¨®, portavoz del arzobispado de Buenos Aires -a cuya cabeza est¨¢ el cardenal Jorge Bergoglio-, destac¨® la labor de Maccarone por los pobres en una provincia donde exist¨ªa "un nivel de corrupci¨®n e impunidad que manten¨ªan al pueblo en la pobreza m¨¢s extrema".
Los obispos argentinos han evitado condenar al prelado dimitido y en un comunicado emitido el lunes por la noche (madrugada en Espa?a) destacaron que acompa?an a Maccarone "con afecto, compresi¨®n y oraci¨®n" y a?adieron que se enfrentan al problema "sin temer a la verdad ni pretender ocultarla".
La dimisi¨®n del obispo y la reacci¨®n de la jerarqu¨ªa han dejado en un segundo plano el posible esc¨¢ndalo sobre celibato y homosexualidad. Maccarone cuenta con dos factores muy a su favor. En primer lugar, su enfrentamiento directo con una oligarqu¨ªa provincial a la que el poder central desde Buenos Aires no se atrevi¨® a hacer frente durante a?os y, en segundo lugar, la manera en que se han conocido sus pr¨¢cticas homosexuales. Las cintas de v¨ªdeo no s¨®lo se distribuyeron por Santiago del Estero, sino que, al menos una, seg¨²n asegura la prensa local, fue enviada al mismo Vaticano.
La tesis de la venganza tambi¨¦n ha sido respaldada por pol¨ªticos como la diputada Elisa Carri¨®, l¨ªder de la Afirmaci¨®n para una Rep¨²blica Igualitaria (ARI), quien asegur¨® ayer que en el caso Maccarone "est¨¢ muy clara la persecuci¨®n".
Maccarone era obispo de Santiago del Estero desde 1999 y se sab¨ªa vigilado por los hombres de la gobernadora de la provincia, Nina Aragon¨¦s, quien sustituy¨® en el cargo a su marido Carlos Ju¨¢rez. Maccarone hab¨ªa denunciado a la polic¨ªa que no s¨®lo ¨¦l, sino varios sacerdotes de su di¨®cesis tambi¨¦n estaban siendo sometidos a seguimiento. Tambi¨¦n se lo hab¨ªa hecho saber personalmente a los Ju¨¢rez.
La desaparici¨®n y asesinato en 2004 de dos mujeres j¨®venes desencaden¨® la estrepitosa ca¨ªda de los Ju¨¢rez cuando el presidente de la Rep¨²blica, N¨¦stor Kirchner, orden¨® su destituci¨®n y que Santiago del Estero -una de las provincias m¨¢s subdesarrolladas de Argentina- fuera administrada por un funcionario designado directamente desde Buenos Aires. La medida fue p¨²blicamente elogiada por el obispo. En los archivos de la polic¨ªa local se encontraron miles de documentos que demostraban el sistema de espionaje organizado durante a?os por los Ju¨¢rez sobre sus propios conciudadanos.
La afinidad del obispo con Kichner qued¨® demostrada el pasado mes de mayo cuando, en pleno enfrentamiento entre el presidente y la jerarqu¨ªa cat¨®lica sobre el aborto, el mandatario eligi¨® Santiago del Estero para asistir al solemne Te Deum con el que se conmemora la Revoluci¨®n argentina. El episcopado argentino se reuni¨® ayer para estudiar la situaci¨®n creada tras la dimisi¨®n del obispo, hecho que ha desviado la atenci¨®n del enfrentamiento que desde hace meses existe entre la Iglesia y el Estado argentino.
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