En la pista de viernes a domingo
Barcelona cierra 23 'after hours', mientras que la patronal del sector y los usuarios piden su regulaci¨®n
A las 5.00 del domingo el Eixample est¨¢ lleno de gente que sale de las discotecas. Hay quien corre a por un taxi, algunos se quedan charlando en la calle y otros enfilan la calle de Balmes, donde ahora deber¨ªa abrir un after-hours. "Seguro que hay algo abierto, pero ahora chapan todos los afters y tienen que ir cambiando de lugar. Lo mejor es ir a pillar flyers", contesta un hombre de unos 25 a?os a una turista brit¨¢nica.
El Ayuntamiento ha precintado este a?o 23 afters s¨®lo en el distrito del Eixample, donde se concentraba la mayor¨ªa. Abren cuando cierran las discotecas, y algunos no cierran hasta las 20.00, cuando la oferta nocturna arranca de nuevo. No son legales, puesto que la normativa ni siquiera prev¨¦ su existencia. "Suelen tener licencia de bar. Hemos precintado varios porque desempe?an actividades para las que no est¨¢n autorizados, pero en otros casos el motivo ha sido una mala insonorizaci¨®n, ruidos a la salida o los horarios", dice una portavoz del distrito.
Los locales son ilegales y abren cuando cierran las discotecas
A las 5.30 hay dos alternativas a la cama: tomarse la ¨²ltima copa en una discoteca como el KGB, en Gr¨¤cia, o irse a Viladecans, donde est¨¢n los afters m¨¢s multitudinarios, que adem¨¢s est¨¢n tolerados. La entrada del KGB cuesta unos 15 euros, pero cierra a las 8.00. El precio es id¨¦ntico al de Balmes 88 -hoy cerrado-, donde el portero antes de entrar inquiere: "Vale 15 euros. ?Quieres entrar? ?Puedes? ?Tienes suficiente capital para hacerlo?".
El secretario de la Federaci¨®n Catalana de Locales de Ocio Nocturno (Fecalon), Fernando Mart¨ªnez, reconoce que en el ¨¢rea metropolitana de Barcelona a¨²n quedan entre 30 y 40 after-hours. "La Generalitat debe regular el sector para que todos estos locales tengan servicios sanitarios, zona de descanso y seguridad", asegura. Los afters no son el ¨²nico frente de la Fecalon. El Ayuntamiento ha cerrado este verano 38 discotecas y bares musicales por mala insonorizaci¨®n o no tener licencia de actividad adecuada.
Nadie de los que se plantan delante de Balmes 88 sabe d¨®nde puede haber abierto este after. Ni siquiera saben si lo est¨¢. "Sabemos que algunos cambian de lugar y que otros abren con otro nombre", se?alan en el distrito. Algunos mantienen m¨¢s o menos la ubicaci¨®n para que sus habituales lo localicen. Se debe ir probando. Quien busque en los Jardinets de Gr¨¤cia, por la plaza de Espanya, en la avenida de Roma, cerca de la calle de Arag¨® en confluencia con la de Urgell o en el paseo de Sant Joan encontrar¨¢ alguno.
A las 6.00, la entrada del Poble Espanyol est¨¢ llena de gente que espera autobuses para ir de fiesta a Viladecans. Dolors, de 28 a?os, acude todos los fines de semana a Souvenir, el after de moda. Antes ha ido a Fellini y Discoteque, y cuando salga de Souvenir volver¨¢ a casa a dormir un rato para ir por la tarde a Space y por la noche a La Madame. Cuando el autob¨²s arranca, suena m¨²sica electr¨®nica. A todo trapo. La gente se levanta, grita y empieza a bailar. Algunos airean abanicos, mientras otros palmean con euforia.
Souvenir est¨¢ lleno, hasta los topes. Cada media hora surten chorros de agua que refrescan el ambiente. Carme y Pere son de Olot y se han levantado a las 4.00 para salir de fiesta. Dolors tambi¨¦n lo ha hecho alguna vez. "Duermo hasta las cinco y voy a un after. As¨ª aguanto todo el d¨ªa y hasta puedo ir al trabajo el lunes despu¨¦s de pasar la noche en la disco".
En el podio baila una mujer de unos 40 a?os a la que todos aplauden. "Es un mito de la noche barcelonesa", dice Dolors. La fiesta est¨¢ plagada de mitos, una especie de sello de calidad, un star-system que encabeza una pareja de ancianos de Francia.
En Souvenir se mezclan los reci¨¦n levantados, los que quieren alargar la noche y los que van reenganch¨¢ndose de fiesta en fiesta. Pero ¨¦stos, dicen, suelen ir a Merci, otro after muy cercano que abre hasta la tarde. "Hay quien hasta se reengancha toda la semana, pero ya van muy pasados", afirma Dolors. Basta con dejarse caer en un after y buscar una fiesta en una casa particular. Es cuesti¨®n de ir compaginando horarios y saber elegir. Hay tambi¨¦n los stages, reuniones en casas privadas donde abunda el consumo de drogas.
"Hay quien consume drogas, y est¨¢ en su derecho. Pero no es justo relacionarlo con los afters, porque las drogas te las encuentras en cualquier discoteca", se queja Dolors. Para la Plataforma Pro Afters, un after debe tener sala de descanso, agua, ventilaci¨®n y servicios sanitarios. Han hablado con responsables de la Generalitat. A pesar de que se habl¨® de una "regulaci¨®n controlada" de estos locales, fuentes del Departamento de Interior se?alaron que a¨²n no hay fecha ni proyecto concreto para hacerlo.
Por la noche, en la puerta de la discoteca La Madame, en la ronda de Sant Pere de Barcelona, abundan las caras de sue?o. "?Pues a las seis a¨²n nos espera la sesi¨®n de Los lunes al sol!", se burla Pablo. ?Se han reenganchado? "M¨¢s o menos, dormimos un rato por la tarde". Pero ma?ana, agregan, trabajan. As¨ª que no podr¨¢n bailar a la hora de la merienda.
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