Suspense, denuncia y romance en ?frica
El brasile?o Fernando Meirelles presentar¨¢ en la Mostra de Venecia 'El jardinero fiel', adaptaci¨®n de la novela de John Le Carr¨¦. Una intriga econ¨®mica y pol¨ªtica en Kenia, con las multinacionales farmac¨¦uticas de fondo, protagonizada por Ralph Fiennes y Rachel Weisz
La fina pluma de John Le Carr¨¦, experta en imaginar conspiraciones peligrosamente cercanas a la realidad; y la aguda batuta del director brasile?o Fernando Meirelles, que demostr¨® su talento en la premiada Ciudad de Dios, han creado uno de los c¨®cteles de suspense, denuncia, acci¨®n y romance m¨¢s esperados de la nueva temporada cinematogr¨¢fica: El jardinero fiel.
Basada en la novela hom¨®nima de Le Carr¨¦, protagonizada por el brillante y perfeccionista Ralph Fiennes y por Rachel Weisz, una brit¨¢nica a la que esta pel¨ªcula podr¨ªa lanzar definitivamente al estrellato, el filme es uno de los favoritos de la secci¨®n competitiva del 62 Festival Internacional de Cine de Venecia, que comienza la pr¨®xima semana.
Meirelles: "Quien m¨¢s poder ten¨ªa en este proyecto era Le Carr¨¦, puesto que la suya era la ¨²ltima palabra sobre el gui¨®n y el montaje"
Fiennes: "Lo que m¨¢s nos sorprendi¨® de Kenia fue el esp¨ªritu de la gente, su capacidad para, a pesar de todo, sonre¨ªr y compartir"
Una intriga pol¨ªtica y econ¨®mica que salpica a varios pa¨ªses; multinacionales farmac¨¦uticas explotando sin escr¨²pulos la pobreza del Tercer Mundo, y una historia de amor frustrada por la muerte, sobre el trasfondo siempre fascinante de los paisajes africanos, son los ingredientes sobre los que Le Carr¨¦ bas¨® esta novela, cuya publicaci¨®n fue prohibida en Kenia, pa¨ªs en el que se desarrolla gran parte de la trama. La denuncia de corrupci¨®n (ficticia pero quiz¨¢s m¨¢s cercana a la realidad de lo que parece) que inunda las p¨¢ginas del libro contra el Gobierno local por permitir que las farmac¨¦uticas utilicen a los keniatas como cobayas tambi¨¦n es parte del gui¨®n, pero, sorprendentemente, la pel¨ªcula consigui¨® superar la prohibici¨®n que pesa sobre la novela y Meirelles film¨® en los mismos lugares que describe Le Carr¨¦ en el libro. "Cuando me propusieron dirigir este proyecto yo estaba precisamente en Kenia buscando localizaciones para otra pel¨ªcula, as¨ª que ya hab¨ªa ca¨ªdo bajo el embrujo de la atm¨®sfera, los paisajes y las gentes de ese pa¨ªs. Los productores quer¨ªan filmar en Sur¨¢frica pero yo insist¨ª y les convenc¨ª para que lucharan y consiguieran que nos qued¨¢ramos en Kenia", explic¨® recientemente Meirelles durante un encuentro con la prensa en Nueva York.
La oferta econ¨®mica de la productora no pudo ser rechazada por un pa¨ªs para el que la pel¨ªcula significa dinero en mano y trabajo para centenares de personas. Y as¨ª comenz¨® la aventura africana de este brasile?o de 50 a?os.
Meirelles, que en su primer largometraje (Ciudad de Dios) mostr¨® al mundo la realidad de las favelas a trav¨¦s del ojo excepcional de su fiel director de fotograf¨ªa Cesar Charlone (que vuelve a impregnar la pantalla con su personal mirada en El jardinero fiel), hab¨ªa recibido muchas ofertas para dar el salto a Hollywood, pero ninguna le hab¨ªa interesado hasta que lleg¨® ¨¦sta. "Era una iniciativa modesta e independiente, de bajo presupuesto, cuando me la ofrecieron. Luego entr¨® Hollywood, a trav¨¦s de Focus Pictures, y me aterroric¨¦ porque me imagin¨¦ que se me acabar¨ªa la libertad creativa. Sin embargo, no me puedo quejar, he hecho realmente lo que me ha dado la gana. En realidad, quien m¨¢s poder ten¨ªa en este rodaje era Le Carr¨¦, puesto que la ¨²ltima palabra respecto al gui¨®n, al casting, al director y a la edici¨®n final era suya", explica Meirelles, quien, no obstante, asegura que fue una gran ayuda tener al escritor cerca.
Ralph Fiennes, que interpreta a Justin Quayle, el pasivo diplom¨¢tico brit¨¢nico que decide desafiar a gobiernos y multinacionales para desvelar el porqu¨¦ del asesinato de su esposa, la activista encarnada por Rachel Weisz, corrobora las palabras del brasile?o. "Se nota que no se ha educado en Hollywood, as¨ª que prescinde de muchas de las convenciones t¨ªpicas de una gran producci¨®n. Le gusta mucho la improvisaci¨®n y nos incitaba continuamente a trabajar en esa direcci¨®n, y para m¨ª ¨¦se es uno de los placeres de ser actor", comentaba Fiennes, elegante y brit¨¢nicamente correcto, desde Nueva York.
Tanto para Rachel Weisz como para Meirelles, el mensaje de denuncia que subyace en este thriller fue un motivo "importante" para embarcarse en el proyecto. Pero, en cambio, a Fiennes, a quien el director brasile?o define como "un minimalista de la interpretaci¨®n", no le gusta que los actores sean portavoces de causas pol¨ªticas o sociales. "Le Carr¨¦ est¨¢ enfadado con las multinacionales. Me parece bien. Yo le apoyo. Pero no voy a hacer campa?a fuera de la pel¨ªcula, creo que no es nuestro lugar", afirma.
A este actor, que dej¨® su huella indeleble en la pantalla con el oscarizado drama El paciente ingl¨¦s, lo que le atrajo fue el personaje de Justin Quayle, el reto interpretativo de un hombre conformista y pasivo que tras el asesinato de su esposa sufre una transformaci¨®n interior que le llevar¨¢ a viajar a trav¨¦s de Kenia, Reino Unido y Alemania en busca de respuestas que antes nunca habr¨ªa querido buscar.
"Yo escojo mis papeles por instinto, si me gusta el personaje, si me habla, me meto en el proyecto, siempre ha sido as¨ª. Y en el teatro funciono de la misma manera", dice un actor que visit¨® Espa?a recientemente con la obra de William Shakespeare Julio C¨¦sar y que en los pr¨®ximos meses estrenar¨¢ otras dos pel¨ªculas, The white countess y Land of the blind, adem¨¢s de prestar su voz a la nueva entrega de animaci¨®n de Wallace & Gromit y de haber encarnado a un exc¨¦ntrico villano en la nueva entrega cinematogr¨¢fica del popular personaje creado por J. K. Rowling, Harry Potter y el c¨¢liz de fuego, que est¨¢ previsto que se estrene en noviembre en EE UU y en diciembre en Espa?a.
Todos los participantes en la pel¨ªcula coinciden en que su paso por ?frica ser¨¢ dif¨ªcil de olvidar. "El nivel de pobreza es realmente impactante y, aunque acudes preparado para que te impresione, al ver esa miseria espeluznante llegas a avergonzarte de tu procedencia privilegiada, de venir de un pa¨ªs rico. Pero lo que m¨¢s nos sorprendi¨® fue el esp¨ªritu de la gente, el contacto humano, su capacidad para, a pesar de todo, sonre¨ªr y ser capaces de compartir", recuerda Fiennes.
Pese a adornar la experiencia de poes¨ªa, el equipo de El jardinero fiel no se limit¨® a disfrutar del calor humano de los keniatas y, quiz¨¢s acuciados por esa culpa de la que habla el actor, montaron un fondo de ayuda a Kenia que lleva el nombre de la pel¨ªcula. "Supongo que es lo m¨ªnimo que pod¨ªamos hacer", asegura Rachel Weisz, cuyo personaje, inspirado en activistas de ONG, es el m¨¢s idealista del filme. "Esta cinta plantea dudas importantes respecto a la labor de las grandes farmac¨¦uticas en ?frica. Espero que sirva para abrir un debate respecto a la necesidad de controlar lo que hacen all¨ª esas empresas", asegura la actriz, con la que la cr¨ªtica estadounidense se ha volcado en esta pel¨ªcula, augur¨¢ndole un prometedor futuro. T¨ªmida y modesta, Weisz, de 34 a?os, tambi¨¦n protagoniza The fountain, la nueva y esperada pel¨ªcula de Darren Aronofsky (Requiem for a dream), que se estrena este oto?o, as¨ª que parece bastante probable que, tras sus inciertos inicios con filmes como La momia, la actriz consiga por fin entrar en la lista de preferidas de Hollywood.
Un continente en el objetivo
?frica, el continente olvidado por el que hacen campa?a cantantes como Bono o Bob Geldof, est¨¢ a punto de recibir tambi¨¦n el empuje medi¨¢tico del cine. Adem¨¢s de El jardinero fiel, hay casi una decena de pel¨ªculas ya filmadas o en proceso de creaci¨®n que transcurren en diferentes pa¨ªses africanos, con cierta carga pol¨ªtica y cr¨ªtica, que podr¨ªan contribuir a despertar el inter¨¦s de la opini¨®n p¨²blica por los problemas de ese complejo continente. La belleza de los paisajes africanos sin duda es un plus a?adido para el cine, algo que Meirelles ha sabido explotar muy bien en su nueva pel¨ªcula, pero ahora parece que de lo que se trata, sobre todo, es de hacer cine-denuncia. La tendencia qued¨® oficialmente inaugurada el a?o pasado con la escalofriante
Hotel Ruanda, sobre el genocidio tutsi, y prosigui¨® este invierno con La int¨¦rprete, donde se atacaba la corrupci¨®n de los gobernantes de un pa¨ªs africano imaginario moldeado a imagen de muchos gobiernos reales.
El a?o pr¨®ximo se estrenar¨¢ El ¨²ltimo rey de Scotland, t¨ªtulo que se autoconcedi¨® el brutal dictador ugand¨¦s Idi Am¨ªn, cuyo reinado es explorado en la pel¨ªcula.
Ridley Scott, John Woo, Spike Lee y Emir Kusturica, entre otros, han unido sus fuerzas creativas bajo los auspicios de Unicef en el filme All the invisible children, que a trav¨¦s de siete cortos denuncia las condiciones de vida de ni?os de todo el planeta, prestando particular atenci¨®n a los africanos. Tony Scott, hermano de Ridley, se ha llevado a Sud¨¢n a Nicole Kidman para filmar all¨ª Emma's war, sobre una activista brit¨¢nica que se casa con uno de los llamados se?ores de la guerra. Y hasta el pr¨®ximo proyecto de Fernando Meirelles tambi¨¦n tendr¨¢ ?frica entre sus protagonistas. "Se titular¨¢ Intolerancia: la secuela, y en ¨¦l se combinan siete historias que transcurren en Kenia y diferentes pa¨ªses del Tercer Mundo sin aparente conexi¨®n, aunque el espectador va descubriendo que todas tienen un denominador com¨²n", argumenta el director.
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