Mueren 17 inmigrantes, entre ellos 14 ni?os, al incendiarse un edificio en Par¨ªs
El juez abre un sumario al hallarse restos de combusti¨®n en la escalera del inmueble
Diecisiete inmigrantes africanos muertos, entre ellos 14 ni?os, y una treintena de heridos es el dram¨¢tico balance del incendio que se declar¨® en la noche del jueves al viernes en Par¨ªs, en un inmueble del bulevar Vincent Auriol, cerca del r¨ªo Sena y del flamante barrio que rodea la Biblioteca Nacional. Hace cuatro meses, el 25 de abril, tambi¨¦n fueron las llamas las culpables de la muerte de 24 personas en un hotel vecino al edificio de la ¨®pera. En los dos casos la totalidad de las v¨ªctimas mortales proced¨ªan de Mal¨ª, Senegal, Gambia y Guinea.
Jacques Oudot, presidente de la sociedad que administraba el edificio siniestrado, declar¨® que "se trata de dramas de naturaleza distinta". "En el caso del hotel estamos ante un caso de mercaderes de sue?o, de habitaciones alquiladas por horas a emigrantes pobres, mientras que en el de Vincent Auriol las v¨ªctimas son inquilinos con todos los derechos".
Entre esos derechos no figuraba, sin embargo, el acceso a una vivienda digna y segura. El alcalde de la ciudad, el socialista Bertrand Delano?, dijo: "Este drama horrible deja en evidencia a todos aquellos que tienen influencia sobre la pol¨ªtica de vivienda. En el Ayuntamiento, en cuatro a?os y medio, hemos rehabilitado m¨¢s de mil inmuebles, pero cuando se produjo el incendio del hotel de ?pera plante¨¦ una serie de casos que necesitaban respuesta urgente. Cre¨ª que me escuchar¨ªan".
Tampoco el mensaje de alerta lanzado por la televisi¨®n p¨²blica, France 2, obtuvo el eco deseado. El canal difundi¨® a finales del pasado mes de abril un reportaje sobre el mal estado de ciertas viviendas sociales. Y el bloque del bulevar Vincent Auriol sirvi¨® como ejemplo. Una de las inquilinas, Fatoumata Diarra, declaraba ante la c¨¢mara que "en tres oportunidades ha habido conatos de incendio pero no en la escalera. Suerte, porque sino...". La madrugada de ayer s¨ª fue en la escalera, de madera, que ardi¨® como la yesca.
Muchos de los edificios de Par¨ªs tienen una estructura de madera y eso se hace evidente en la caja de la escalera. Si el mantenimiento no es bueno, si no ha habido modernizaci¨®n de la instalaci¨®n el¨¦ctrica, el conjunto inmobiliario se convierte en un peligro. "Hace a?os que lo dec¨ªamos", explica Oumar Ciss¨¦, un maliense que ha sobrevivido al incendio, "porque las grietas eran cada vez mayores, la electricidad obsoleta y la escalera cruj¨ªa por todas partes". Cada a?o el ayuntamiento de Par¨ªs recibe 100.000 solicitudes de vivienda social. "S¨®lo podemos atender 3.500 al a?o", confes¨® Delano?, para quien el d¨¦ficit del parque inmobiliario municipal ronda las 50.000 viviendas. "En Francia, hay dos millones de personas que viven en alojamientos que necesitan de reparaci¨®n en profundidad. El Estado debe 110 millones de euros a las asociaciones que atienden a los marginados. La responsabilidad no debe recaer s¨®lo sobre las espaldas del Ayuntamiento de la capital".
Las causas del incendio no se conoc¨ªan ayer. "No puede tratarse de un cortocircuito porque no hab¨ªa cables el¨¦ctricos en la escalera", explicaba el capit¨¢n que dirigi¨® a los 210 bomberos que lograron apagar el fuego en menos de dos horas y media.
El juez instructor del caso ha ordenado que se abra un sumario por "crimen flagrante", ya que hab¨ªa indicios de combusti¨®n en el arranque de la escalera del edificio. El ministro del Interior, Nicolas Sarkozy, que acudi¨® al lugar del incendio, se ha apresurado a declarar que ha exigido al prefecto de Par¨ªs "un listado exacto de todos los edificios que pueden suponer un peligro en materia de incendio o de sobrepoblaci¨®n".
"Un drama de la miseria"
Los edificios de los pobres arden m¨¢s r¨¢pido y se hunden antes. El n¨²mero de v¨ªctimas es siempre mayor que en las cat¨¢strofes que implican inmuebles burgueses. El ministro del Interior, Nicolas Sarkozy, no sin raz¨®n se refiere al elevado n¨²mero de inquilinos por cada apartamento. Para Martin Hirsch, presidente de Emmaus France, "las familias saben que tienen que elegir entre un inmueble viejo y la calle, entre un refugio precario y la lluvia, entre cuatro paredes y el fr¨ªo".
Las costumbres de las familias, que no siempre son mon¨®gamas, y que re¨²nen padres, hijos, abuelos, t¨ªos y primos, hacen imposible encontrarles vivienda en otro lugar. "No quieren separarse, lo que complica las cosas". Para la comunista Marie-Georges Bouffet, lo sucedido "es un drama de la miseria". Seg¨²n ella, en Par¨ªs viven 50.000 familias en condiciones de gran precariedad.
Una madre ha perdido cuatro de sus seis hijos entre las llamas. Otra, embarazada, hall¨® un refugio milagroso bajo la ducha, de donde la rescataron sin sentido los bomberos. "Nuestro primer objetivo fue salvar a un hombre asomado a una ventana. Otro se hab¨ªa tirado al vac¨ªo antes", cuentan unos bomberos sorprendidos por la voracidad del fuego. "Llegamos nueve minutos despu¨¦s de que nos llamaran. Y ya hab¨ªa muertos".
Las palabras solemnes no han faltado. El presidente de la Rep¨²blica, Jacques Chirac, declar¨® que "Francia entera est¨¢ de luto ante esta espantosa cat¨¢strofe", y prometi¨® "sacar todas las consecuencias de las investigaciones en curso".
Un hombre que viv¨ªa cerca del lugar del siniestro respond¨ªa indirectamente a Chirac: "Hoy todo el mundo est¨¢ aqu¨ª: las asociaciones, los periodistas y los pol¨ªticos. Porque hay muertos. Es demasiado tarde. Dejadnos llorar en paz".
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