Brasil desde la ventanilla
Alma africana, bullicio callejero y espacios naturales ins¨®litos
Viajar en autob¨²s por un pa¨ªs tan extenso como Brasil es una buena opci¨®n si se elige una zona concreta. Un modo barato de moverse -los 2.000 kil¨®metros de recorrido que aqu¨ª se detallan costaron unos 60 euros- por un pa¨ªs que ofrece momentos ¨²nicos.
Los paisajes cambian desde el bosque y vegetaci¨®n abundantes del Estado de Bah¨ªa hasta las tierras m¨¢s ¨¢ridas del noreste. Hay tiempo para escribir y leer, ya que la duraci¨®n media de los trayectos sobrepasa las cinco horas. El mayor peligro es el fuerte aire acondicionado, especialmente en los viajes nocturnos, por lo que conviene llevar ropa de manga larga, por otra parte no muy apropiada para el clima de Brasil, seg¨²n la ¨¦poca en la que se visite. Como complemento al viaje resulta de mucha utilidad un cuaderno en el que anotar los consejos de otros viajeros sobre lugares a visitar y establecimientos donde dormir. Las recomendaciones, gracias a los mochileros que recorren el pa¨ªs, llegan a funcionar mejor que las gu¨ªas, aunque la popular Lonely Planet ha lanzado en 2005 una nueva edici¨®n muy recomendable publicada en espa?ol por Geoplaneta. Tambi¨¦n puede resultar oportuna la direcci¨®n www.alberguesp.com.br/hostelsbrasil.asp, que contiene enlaces a la extensa red de Albergues de Juventud de Brasil, lugar id¨®neo para los que busquen conocer a otras personas.
Salvador de Bah¨ªa
A¨²n se respira el pasado colonial en la arquitectura de la ciudad, pero sobre todo en la huella viva que la cultura africana de los antiguos esclavos ha dejado en la fisonom¨ªa de sus bulliciosas calles. En las playas y en cualquier esquina de la ciudad resulta f¨¢cil toparse con una exhibici¨®n de capoeira, espectacular mezcla de danza y arte marcial que se gest¨® aqu¨ª, en Salvador de Bah¨ªa, o ceremonias de fren¨¦tico candombl¨¦.
La parte alta de la ciudad, vinculada con la zona inferior por un ascensor art d¨¦co de 72 metros que transporta m¨¢s de 50.000 pasajeros al d¨ªa, se encuentra en pleno proceso de restauraci¨®n para conservar sus singulares casas de escasa altura y colores llamativos. Verse sorprendido por la lluvia torrencial es un hecho com¨²n en Salvador y puede convertirse en algo delicioso si se encuentra un lugar en el que guarecerse y observar c¨®mo se aleja la tormenta. Y para guardar en el recuerdo, la comida local, que emplea ingredientes como el aceite de palmera.
La visita del centro hist¨®rico se puede complementar en autob¨²s urbano con la de la cercana y m¨¢s tranquila zona de Barra, con su playa y el fuerte de San Antonio. Para el que quiera conocer la regi¨®n, se recomienda detenerse unos d¨ªas en las cercanas islas de Itaparica y Boipeba.
Olinda (800 kil¨®metros de distancia)
Para llegar a esta peque?a ciudad se debe coger un autob¨²s desde Salvador a Recife, que dista 10 kil¨®metros de Olinda. Los autobuses de este recorrido destacan por su comodidad, por lo que una buena opci¨®n es realizar el viaje por la noche. El aroma colonial portugu¨¦s est¨¢ siempre presente en Olinda y se ha preservado en las espl¨¦ndidas casas, pintadas en tonos rosas o pastel que le dan un car¨¢cter alegre.
Otro punto fuerte de la ciudad, reconocida como patrimonio mundial en 1981, es la artesan¨ªa a buenos precios (especialmente pintura) en la parte alta de la ciudad, y la belleza del convento franciscano, del siglo XVI, uno de los muchos edificios religiosos del centro. La calma y belleza contrasta con la agitaci¨®n de la cercana Recife, una ciudad industrial de cerca de dos millones de habitantes sin grandes centros de inter¨¦s.
Natal (285 kil¨®metros)
Esta ciudad est¨¢ experimentando una explosi¨®n del sector tur¨ªstico con la construcci¨®n de diversos hoteles. Uno de los elementos que ha dado fama a Natal son sus buggies, coches especialmente preparados para circular a alta velocidad por dunas y playas. Es una ocasi¨®n ¨²nica para experimentar lo que los conductores denominan emo?ao, o lo que es lo mismo, estar a punto de volcar varias veces en pocos minutos mientras se sube con el buggie por pendientes de arena.Para culminar el d¨ªa, nada como iniciarse en el surf en la playa de Ponta Negra, charlar con los vendedores de pareos y artesan¨ªa o visitar el restaurante Camaroes en la avenida de Beira Mar, donde por 10 euros se saborea marisco excelente.
Fortaleza (525 kil¨®metros)
Apenas quedan restos coloniales de los que hicieron que esta ciudad de m¨¢s dos millones de habitantes fuera uno de los primeros asentamientos portugueses en Brasil. De hecho, si alg¨²n visitante se queda dormido en la playa de Meireles podr¨ªa pensar al despertar que ha sido trasladado a un Benidorm a la brasile?a por la altura de los edificios de la primera l¨ªnea de mar. La playa de Futuro es la mejor, y los fines de semana se convierte en un hervidero, aunque los d¨ªas laborables est¨¢ desierta y conviene vigilar las pertenencias. Para los m¨¢s j¨®venes, y especialmente durante el fin de semana, es recomendable la cercana Canoa Quebrada, popular por su ambiente a la ¨²ltima.
Jericoacoara (325 kil¨®metros)
El camino para llegar a esta localidad es largo, con seis horas en autob¨²s desde Fortaleza y una hora de emocionante viaje en cami¨®n por la arena de playas desiertas. El trayecto merece la pena por la ausencia de asfalto en todo el pueblo, la presencia de amables rastafaris, las enormes palmeras y por los espect¨¢culos de capoeira en la playa. Un lugar en el que sentirse privilegiado mientras se contempla la puesta de sol desde una gran duna y respirar calma, mientras se piensa que Jericoacoara no ser¨¢ igual en pocos a?os.
El privilegio de ba?arse desnudo en una playa kilom¨¦trica est¨¢ al alcance, como en Piedra Forada, y sorprenden las aguas transparentes de la llamada laguna Azul. Adem¨¢s, se puede acceder a parajes rocosos con peque?os acantilados llenos de cactos, mientras se contempla a los practicantes de windsurf. Conviene acudir con el dinero necesario, ya que el cajero m¨¢s cercano est¨¢ a m¨¢s de dos horas de distancia.
GU?A PR?CTICA
Informaci¨®n- Oficina de turismo de Brasil (www.brazil.info.com).C¨®mo ir- Los vuelos m¨¢s baratos a Salvador de Bah¨ªa, Natal o Recife los ofrece TAP (www.tap.pt; 915 42 12 03), v¨ªa Lisboa, desde 501 euros sin tasas. Tambi¨¦n Varig (www.varig.com.br; 916 25 97 15) vuela a diario desde Madrid a Salvador y Natal, pero hay que dormir en Sao Paulo. A partir de 744 euros sin tasas.Dormir- Laranjeiras Hostel (00 55 71 321 13 66). Rua In¨¤cio Aciolli, 13. Pelurinho. Salvador. En el centro, es ideal para conocer a otros viajeros. Siete euros por persona.- Olinda Hostel (00 55 81 34 29 15 92; www.alberguedeolinda.com.br). Rua do Sol, 233. Carmo. En Olinda. Doble, 20 euros.- Albergue Da Costa (00 55 84 32 19 00 95; www.alberguedacosta.com.br). Praia de Ponta Negra, 8932. En Natal. Doble, unos 12 euros.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.