Fen¨®menos
La vuelta ha empezado verdaderamente bien en la habitaci¨®n 317 de ¨¦ste hotel granadino desde el que escribo. Hombre, para m¨ª pod¨ªa haber comenzado a¨²n mejor, para que negarlo. Pero no pasa nada, ya que yo no he tenido mi d¨ªa por lo menos lo ha tenido el de la cama de al lado. Que no es poco.
A ver, voy a mirar un poco el diccionario que ya que los masajistas se me quejan de que mi maleta pesa demasiado, que sea al menos por una causa pr¨¢ctica. Fen¨®meno: (entre varias acepciones que no vienen al caso) Cosa extraordinaria y sorprendente. O familiarmente, persona sobresaliente en su l¨ªnea.
Yo ya estoy acostumbrado a compartir habitaci¨®n con fen¨®menos, o sea que, eso de lo extraordinario y sorprendente lo va siendo para m¨ª cada vez menos. El umbral en el que me sorprendo va subiendo con los a?os, y a este ritmo va a resultar que en unos a?os ver¨¦ un burro volando, como en el chiste, y seguir¨¦ mi camino como si tal cosa. Y si no al tiempo. Pero resulta que este a?o el fen¨®meno de siempre, un tal Oscar Freire campe¨®n del mundo est¨¢ malito y no ha podido venir por aqu¨ª a hacer de las suyas. As¨ª que el encargado de distribuir las habitaciones en mi equipo habr¨¢ pensado (y no sin cierta dosis de raz¨®n): ya que Horrillo est¨¢ acostumbrado a hacer habitaci¨®n con fen¨®menos le vamos a poner con Menchov, no vaya a ser que le pongamos con cualquier otro y se le haga aburrida la Vuelta. Por mon¨®tona y previsible.
Y dicho y hecho. Yo y el fen¨®meno o el fen¨®meno y yo, mejor dicho. Dionisio (como le bautizaron sus compa?eros de entrenamiento pamplonicas) primer l¨ªder de esta Vuelta que se presenta ahora calentita para nosotros, sus compa?eros del Rabo Wielerploeg (s¨¦ que suena un poco obsceno, pero es as¨ª como se llama en realidad nuestro equipo, Rabo equipo ciclista y no es co?a). As¨ª que a partir de ahora y espero que por mucho tiempo, me tocar¨¢ sudar junto a mis compa?eros mi maillot naranja y azul en cabeza del pelot¨®n protegiendo al l¨ªder.
Por cierto, un l¨ªder que como yo y todos los dem¨¢s ha pasado por esa maravilla que es la Alhambra sin ni siquiera verla. Cosas del ciclismo. Yo que ya hab¨ªa estado por all¨ª varias veces guardo diferentes recuerdos de cada una de ellas. Pero el de hoy es diferente a todos ellos, nunca hab¨ªa sentido hasta hoy como el aire de la Alhambra quemaba mis pulmones cada vez que inspiraba. Que dolor. La garganta seca y el pulm¨®n ardiendo. No lo recomiendo. Un consejo, vayan andando a la Alhambra, que lo de ir en bici es bonito, pero no ha sido muy buena idea.
Pedro Horrillo es ciclista de Rabobank.
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