Sanidad somos todos

Hay un consenso entre los expertos en pol¨ªtica sanitaria sobre que la causa principal del d¨¦ficit sanitario en Espa?a reside en la insuficiente financiaci¨®n p¨²blica, que se refleja en el diferencial del gasto p¨²blico sanitario espa?ol respecto a pa¨ªses de nuestro entorno, tal como se?alaban una reciente editorial de su peri¨®dico y un art¨ªculo del profesor Vicen? Navarro en la misma edici¨®n.

No menos importante que el nivel del gasto sanitario es la utilizaci¨®n que se realiza de este recurso. El elevado gasto farmac¨¦utico se ha se?alado frecuentemente como ejemplo a revisar, y no s¨®lo por motivos econ¨®micos, tambi¨¦n de salud p¨²blica que llevan aparejados una mala utilizaci¨®n de los medicamentos, pero pienso que merece una reflexi¨®n un aspecto menos discutido como es la gesti¨®n del personal sanitario.

Es posible una utilizaci¨®n m¨¢s eficiente del personal sanitario p¨²blico, cada vez mejor formado, para mantener y mejorar la salud de la poblaci¨®n. Si Espa?a es uno de los pa¨ªses desarrollados con menor gasto sanitario p¨²blico por habitante es a la vez el segundo pa¨ªs con la tasa de m¨¦dico por habitante m¨¢s alta del mundo (4.4 m¨¦dicos por mil habitantes, cuando la media en pa¨ªses de la OCDE es de 2.9 por mil habitantes). A pesar de ello la causa de muchas listas de espera reside en la falta de determinados m¨¦dicos especialistas, habiendo de recurrir a profesionales de pa¨ªses con menor nivel de riqueza y salud para suplir estas carencias.

Es una paradoja que merecer¨ªa una reflexi¨®n p¨²blica y abierta en la sociedad espa?ola y que ayudar¨ªa en la toma y aceptaci¨®n de decisiones pol¨ªticas sobre la financiaci¨®n y utilizaci¨®n de los siempre escasos recursos del Estado de bienestar.