"El joropo es el fandango tropical"
La pianista y compositora colombiana Claudia Calder¨®n, establecida en Venezuela desde hace casi 20 a?os, es una estudiosa apasionada del joropo, "una m¨²sica que re¨²ne muchas cosas: fiesta, danza, canto, baile... y que es toda una expresi¨®n de arte popular de improvisaci¨®n sobre patrones de estilo determinado". Formada en Hannover, Claudia Calder¨®n, que triunf¨® recientemente en sus conciertos de Nueva York y Washington, investig¨® en Caracas la m¨²sica de las costas y de las selvas de Venezuela, y en parte de Colombia, transcribiendo notas de arpa que nunca hab¨ªan figurado en partituras y volc¨¢ndolas al piano. En el proceso se encontr¨® con el fandango dentro del joropo, "que se puede decir que es como el fandango tropical".
"Mi ideal ha sido seguir el camino del h¨²ngaro Bela Bartok, la manera que tuvo de investigar la m¨²sica de su pa¨ªs"
Pregunta: ?De qu¨¦ manera el fandango est¨¢ en el joropo?
Respuesta: Todas las tradiciones del fandango de los siglos XVI y XVII que vinieron de Espa?a a Am¨¦rica llegaron a Veracruz, a Cartagena, a la isla de Margarita, a todo el Caribe. All¨ª se combinaron con las influencias de los africanos y con las poquitas cosas ind¨ªgenas que sobrevivieron. Esta mezcla se fue fosilizando, y de ah¨ª surgi¨® el joropo, que tambi¨¦n incorpor¨® instrumentos de cuerda: la guitarra renacentista se transforma en el cuatro, el arpa llanera, la bandola, que es como el la¨²d ¨¢rabe... todo se fue tropicalizando "en las aguas erotizadas de los ritmos afroantillanos y el mestizaje", como dice el mexicano Antonio Garc¨ªa de Le¨®n.
P: Ha interpretado al piano sus obras en Am¨¦rica y en China, ha estado en Par¨ªs y en Londres, pero nunca en Espa?a.
R: ?Qu¨¦ felicidad me dar¨ªa ir a Espa?a! Al fandango, en la etnomusicolog¨ªa, se le llama m¨²sica de ida y vuelta, porque se fue gestando en los galeones que iban y ven¨ªan, y se transform¨® con las influencias que ocurr¨ªan ac¨¢ en el Caribe y en Am¨¦rica. El fandango va y viene y as¨ª cambia. Cuando llegaban los galeones, se armaban muchas festividades. Cuando se iban, la gente se pon¨ªa a inventar canciones, a componer y a darse serenatas, y eso es lo que luego se incorporaba de vuelta. La fuerza tropical, el sol, el temple del rigor de la naturaleza y los paisajes inmensos, los r¨ªos, el Orinoco, el Amazonas... todo esto le da una forja nueva al fandango, y una velocidad distinta, un car¨¢cter m¨¢s recio, m¨¢s americano. El fandango espa?ol se tropicaliza en Am¨¦rica, y eso es el joropo.
P: ?C¨®mo explora esta mezcla f¨®sil de la que habla?
R: Yo me puse a explorar diferentes vetas del joropo y me dije: tengo que estudiar esta m¨²sica maravillosa, que s¨®lo se refleja en tratados antropol¨®gicos, que cuentan c¨®mo se baila o qu¨¦ es el joropo, pero nadie se dedic¨® a hacer las partituras de la m¨²sica. Me fui metiendo y descubr¨ª las leyes que manejan estos g¨¦neros, y c¨®mo unos est¨¢n emparentados con otros. Y eso permiti¨® comparar, por ejemplo, la Revuelta Tuyera, una pieza muy importante de la tradici¨®n venezolana, con el Fandango del Padre Soler, y ver toda esa reminiscencia viva, y que en Am¨¦rica se ha conservado con tanta fuerza.
P: ?Qu¨¦ ocurre cuando una m¨²sica pasa de unos instrumentos a otros?
R: El joropo original se toca con arpa, bandola, cuatro y maracas. Yo tomo toda la parte de la bandola y el arpa y la paso al piano, y eso hace que la m¨²sica d¨¦ como un salto; traduzco el lenguaje de instrumentos regionales para que traspase ese ¨¢mbito y llegue a escenarios internacionales. Al tocar esa m¨²sica en el piano se le ve como un clasicismo antiguo, anterior, que revela todos sus niveles.
P: Entre esos niveles hay alg¨²n eco de jazz...
R: La m¨²sica que estamos haciendo trasciende lo folcl¨®rico tradicional. Los instrumentos recrean su fuerza: el cuatro, arm¨®nicamente, tiene un tremendo potencial, y se le buscan todas las texturas, los cambios t¨ªmbricos, todo el colorido. Y lo mismo con el bajo. Y lo que hacemos, a la manera del jazz, es la posibilidad de abrir improvisaciones de un solo de cada instrumento, porque la m¨²sica del joropo tiene unos ciclos en los que se repite una misma armon¨ªa, pero con variaciones y figuras y texturas distintas. Es como un c¨ªrculo que va dando vueltas, como un caleidoscopio de variaciones permanentes. No usa el cromatismo del jazz, pero s¨ª ciertas libertades y especialmente la posibilidad de las improvisaciones.
P: Se ha dicho que est¨¢ haciendo algo as¨ª como el mapa del genoma del joropo.
R: ?se es mi sue?o. Busco todas esas c¨¦lulas r¨ªtmicas y mel¨®dicas que son como unos n¨²cleos que considero mol¨¦culas vivas, porque generan la m¨²sica de una manera muy org¨¢nica. A m¨ª, como compositora, lo que m¨¢s me gusta es buscar las leyes que est¨¢n dentro de esas m¨²sicas, y de ah¨ª, tratar de recrear y reelaborar. Mi ideal ha sido seguir el camino del h¨²ngaro Bela Bartok, la manera que tuvo de investigar la m¨²sica de su pa¨ªs y de los pa¨ªses vecinos y de analizar las canciones y las leyes que las rigen.
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