Guerrillero a la fuerza
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Nurpash¨¢ Kul¨¢yev insiste ante el juez en que fue obligado por los guerrilleros a participar en el secuestro. Repite que no sab¨ªa ad¨®nde le llevaban y que no mat¨® a nadie en la escuela. Cualquiera que sea el grado de verdad que hay en sus palabras, Kul¨¢yev deja claro que permanecer con vida fue su principal motivaci¨®n.
El acusado, padre de dos hijos, que no acab¨® la ense?anza secundaria, es lac¨®nico y se contradice, pero su testimonio revela la complejidad del sistema de jerarqu¨ªas y lealtades de la sociedad chechena e indica que el comando estaba compuesto por varios grupos distintos alrededor de un n¨²cleo duro.
Nurpash¨¢ ten¨ªa un hermano mayor, Janpash¨¢, que hab¨ªa abandonado la guerrilla tras ser capturado y perder una mano. De creerle, el 31 de agosto los guerrilleros que preparaban el asalto aparecieron en la localidad donde resid¨ªan los Kul¨¢yev y obligaron a los hermanos a unirse a ellos. A Janpash¨¢ se le exig¨ªa probar su lealtad. Los guerrilleros sospechaban de ¨¦l, porque s¨®lo hab¨ªa estado cuatro meses en la c¨¢rcel. Cre¨ªan que Janpash¨¢ pod¨ªa estar colaborando con los chechenos prorusos o con los servicios de seguridad de Mosc¨². El coronel cre¨ªa tener derechos especiales, por haberle comprado un coche, que Janpash¨¢ hab¨ªa vendido.
As¨ª fue, seg¨²n Nurpash¨¢, como los hermanos Kul¨¢yev fueron trasladados a un campamento en un bosque de Ingushetia, donde hicieron noche junto con los guerrilleros. De madrugada, despu¨¦s de rezar, salieron en un cami¨®n hacia Besl¨¢n. El trayecto dur¨® un par de horas y en el camino les par¨® un guardia de tr¨¢fico, al que secuestraron. En Besl¨¢n, los guerrilleros esperaron 20 minutos frente a la escuela. No todos estaban informados de la misi¨®n que les esperaba, que para algunos fue una sorpresa. "?Qu¨¦ hace? Aqu¨ª cerca hay una comisar¨ªa, vamos para all¨¢, vamos a asaltarla. ?Para qu¨¦ una escuela?", le espetaron los disidentes al coronel.
Cuando se produjeron las explosiones en la sala de deportes, el coronel dijo que el hombre que sosten¨ªa los detonadores de los explosivos hab¨ªa sido "eliminado por un francotirador". "Se acab¨®. Ahora van a asaltar la escuela", exclam¨® el cabecilla, seg¨²n Kul¨¢yev. El coronel empez¨® a hablar por tel¨¦fono, "?Qu¨¦ has hecho? ?Quieren tomar la escuela por asalto? ?Acaso no saben cu¨¢nta gente hay aqu¨ª?", grit¨®. Luego, destroz¨® el tel¨¦fono y dijo a sus hombres que resistieran hasta el final. "De todas maneras, no van a tener piedad de nadie", exclam¨®.
Kul¨¢yev hab¨ªa dado orden de que ninguno de sus hombres saliera con vida. Janpash¨¢ se atrevi¨® a desafiarle. Ten¨ªa reparos en matar a su hermano y le hab¨ªa pedido a otro guerrillero que cumpliera la orden por ¨¦l.
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