No, no, no, no
Los buenos portavoces se distinguen por su capacidad para generar titulares. En ese sentido, no hay nadie que supere a Zaplana. A los dos minutos de que perdieran la vida 17 militares espa?oles en Afganist¨¢n, anunci¨® que su partido no acusar¨ªa al Gobierno de la ca¨ªda del helic¨®ptero. Era consciente de que lo contrario, al no ser noticia, tampoco lo habr¨ªan recogido los medios. D¨ªas m¨¢s tarde, tras comprobar los buenos resultados de esta argucia ret¨®rica, a?adi¨® que el PP no llamar¨ªa cobarde a Zapatero ni asesinos a los miembros del actual Gobierno. Tampoco asaltar¨ªa sus sedes. Daban ganas de decirle gracias, gracias, gracias por perdonarnos la vida de ese modo.
Hay en la sociedad actual una demanda, rara vez satisfecha, de un tipo de informaci¨®n que cuente, al modo de Zaplana, lo que no ocurre. De lo que ocurre nos enteramos enseguida por unos o por otros, y generalmente carece de inter¨¦s. Imag¨ªnense, en cambio, un telediario cuya noticia de apertura fuera que un se?or de Valladolid no hab¨ªa dejado de fumar.
-?Es cierto que usted no ha dejado de fumar?
-En efecto, aqu¨ª estoy sin dejar de fumar mientras el PP no asalta las sedes del PSOE.
Y dar¨ªamos cualquier cosa por entrevistar al conductor que no se hubiera matado en una de esas operaciones retorno en las que muere una persona menos que en la operaci¨®n anterior.
-?Es usted la persona que no se ha matado en la operaci¨®n retorno del ¨²ltimo puente?
-S¨ª, se?or, soy el que no se ha matado.
-?Y qu¨¦ siente al ser el que no se ha matado?
-Pues un poco de nostalgia, lo mismo que el PP al no asaltar las sedes del PSOE. Pero le ruego que no me fotograf¨ªen.
-?Por qu¨¦?
-Por no disgustar a mi familia. Mi mujer y mis hijos llevan a?os esperando que me muera. La noticia de que soy el que no se ha matado podr¨ªa contrariarla.
?ste es el tipo de verdades que interesan y a las que los peri¨®dicos no prestan la atenci¨®n debida. Conocemos el caso de un hombre que no habl¨® durante 29 segundos con su madre, pero al que Movistar cobr¨® medio minuto. Y el de una mujer que no guard¨® su coche durante una hora en un parking p¨²blico, aunque se la cobraron entera. ?Qui¨¦n lo ha publicado? Nadie. Y no por mala fe, sino por falta de reflejos.
Comprendemos que las autoridades intenten mantenernos entretenidos con lo que ocurre porque la realidad es el opio del pueblo. Pero nosotros necesitamos saber lo que no ocurre. Hacen falta m¨¢s pol¨ªticos que cuenten a qui¨¦n no van a insultar ni a calumniar ni a asaltar, para saber si estamos o no estamos en la lista y podemos dormir tranquilos. La intervenci¨®n zaplanesca del d¨ªa 24, pregonando las barbaridades que el PP no pensaba perpetrar contra los espa?oles, es un modelo period¨ªstico y ¨¦tico sin parang¨®n (qu¨¦ rayos significar¨¢ parang¨®n). Por cierto, nosotros no caeremos en la tentaci¨®n de cerrar este art¨ªculo afirmando que Zaplana lleg¨® a la pol¨ªtica para forrarse, aunque est¨¢ documentado.
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