Respuesta al rector de la UCE
No pueden dejar de sorprenderme las declaraciones del rector de la Universitat Catalana d'Estiu (UCE). No entiendo la necesidad que tiene de cerrar la 37? edici¨®n de esta consolidada y venerada escuela de verano atacando a las reci¨¦n nacidas Jornades per la Universitat Progressista d'Estiu de Catalunya (UPEC), que se celebraron el pasado julio en Barcelona. Yo misma, como autora de documentales de investigaci¨®n hist¨®rica -Los ni?os perdidos del franquismo, Las fosas del silencio, El convoy de los 927-, particip¨¦ como colaboradora en el dise?o del itinerario de memoria hist¨®rica, moderadora de la sesi¨®n inaugural, ponente de otra y oyente del resto. Ante las acusaciones que vierte el rector de la UCE, Joandom¨¨nec Ros, de que la UPEC es la "escuela de verano del tripartito", quiero aclarar que:
-El equipo rector de la UPEC se puso en contacto conmigo por criterios profesionales, no por mi militancia pol¨ªtica -inexistente en ninguna de las formaciones del tripartito-. Las sugerencias que hice respecto a la composici¨®n de las mesas siguieron el mismo criterio de rigor profesional. Me imagino que la UCE los comparte, dado que algunos ponentes de la UPEC lo han sido tambi¨¦n de Prada.
-Tiene raz¨®n el rector Ros que ninguno de los ponentes cobramos. Nuestra participaci¨®n fue por motivos profesionales y de compromiso con una universidad progresista -palabra que el rector Ros parece no comprender- y que precisamente por eso ha contado con nuestra presencia, cosa que nunca ha ocurrido con la UCE de Prada con la mayor¨ªa de los ponentes.
-De las 26 personas que participamos en el itinerario de memoria hist¨®rica s¨®lo dos eran cargos pol¨ªticos de la Administraci¨®n. No creo que se pueda justificar que la UPEC no necesita "tanta financiaci¨®n" -recordemos que la UCE recibe un tercio de su presupuesto de la Generalitat- porque "la mayor¨ªa de ponentes son miembros de la Administraci¨®n", como dice el responsable de la UCE. No creo que eso se les pueda decir a destacados miembros de la lucha antifranquista que han dejado a?os de su vida en c¨¢rceles, campos de exterminio nazis o el exilio (Maria Salvo, Neus Catal¨¤, Llu¨ªs Mart¨ª Bielsa y Enric Pubill). O a Joan Garc¨¦s, compa?ero del presidente chileno Salvador Allende cuando el ataque golpista a la Casa de la Moneda y abogado decisorio en la causa contra el general Pinochet. O a miembros destacad¨ªsimos del ¨¢mbito universitario (Andreu Mayayo, Juli¨¢n Casanova, J. L. Mart¨ªn Ramos, entre otros), judicial (como el magistrado del Tribunal Supremo J. A. Mart¨ªn Pall¨ªn), de los movimientos c¨ªvicos de recuperaci¨®n de la memoria hist¨®rica o de la lucha obrera (Fundaci¨® Cipriano Garc¨ªa, Memorial Democr¨¤tic dels Treballadors de la Seat). O realizadores comprometidos en unos documentales que no siempre tienen el apoyo ni de la Administraci¨®n a la que el rector Ros nos acusa de pertenecer, ni la difusi¨®n merecida.
-A pesar de la desigual cobertura medi¨¢tica de ambas universidades -y como periodista lo puedo atestiguar-, la presencia de p¨²blico fue muy importante en n¨²mero y calidad de las intervenciones. Esa franja de 18 a 29 a?os que Prada quiere consolidar fue m¨¢s que significativa -al menos en el itinerario de memoria hist¨®rica, del que la UPEC ha hecho uno de sus ejes centrales- de un modo absolutamente espont¨¢neo y a pesar de las dificultades de la primera edici¨®n de la UPEC. Ser¨ªa que por primera vez ve¨ªan un espacio de debate (el de la memoria hist¨®rica) de gran nivel (los ponentes) por un precio asequible (5 euros la sesi¨®n, recuperando el esp¨ªritu popular de las universidades republicanas) y en un lugar c¨¦ntrico (el Centro de Cultura Contempor¨¢nea de Barcelona). Por cierto, muchos alumnos eran de fuera de Barcelona y se las tuvieron que ingeniar para, tal como dice el rector Ros, ir "a dormir a su casa" cuando ya no hab¨ªa transporte p¨²blico -las proyecciones de documentales terminaban muy tarde- y no hubo financiaci¨®n para que pudieran quedarse a dormir en la ciudad.
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