'La vuelta al mundo en 80 d¨ªas'
EL PA?S presenta ma?ana, s¨¢bado, por 8,95 euros, la gran pel¨ªcula de aventuras
Es una pel¨ªcula monumental La vuelta al mundo en 80 d¨ªas, cuatro horas de sesi¨®n cinematogr¨¢fica m¨¢s intermedio para la merienda y, en tiempos del estreno, un ¨¢lbum de cromos para fan¨¢ticos infantiles. Empieza con maravillosas im¨¢genes de Georges M¨¦li¨¨s y su excursi¨®n a la luna y termina con la lista de artistas y t¨¦cnicos, y hasta los cr¨¦ditos son buenos, en la l¨ªnea de las mejores portadas de discos de los a?os cincuenta. Entonces el cine era "Arcadia, la gloria, la panacea de todos los dolores de la adolescencia", dec¨ªa en Tres tristes tigres Guillermo Cabrera Infante, que consider¨® La vuelta al mundo... una obra maestra. El escritor viajero Graham Greene la vio en Nueva York en las navidades de 1956 y descubri¨® su pel¨ªcula favorita, quiz¨¢ porque evocaba una ¨¦poca de navegaciones aventureras, rentables y gozosas, en 1872, en los gloriosos d¨ªas del Imperio Brit¨¢nico.
En aquel a?o la intr¨¦pida imaginaci¨®n de Julio Verne ide¨® al caballero ingl¨¦s Phileas Fogg, que no era un cient¨ªfico idealista, sino un jugador dispuesto a asumir en un arrebato masculino una apuesta de 20.000 libras con sus compa?eros del Club Reformista. Fogg se cree capaz de dar la vuelta al mundo en 80 d¨ªas, empresa evidentemente imposible, y, hombre de vida reglada e inm¨®vil, obsesionado por la puntualidad, manda a su criado que prepare la maleta para partir al amanecer. Los caballeros necesitan compa?¨ªa, un sirviente, y ¨¦ste se llama Passepartout, o Picaporte, joven con extraordinaria facilidad para abrir puertas que parecen irremediablemente cerradas. Frente a la rutina del orden cronom¨¦trico, Picaporte es la inteligencia valiente e inesperada, bombero y acr¨®bata experimentado, un circo en s¨ª mismo.
El productor Michael Todd, con mirada colonial, contrat¨® a David Niven y a Cantinflas, ojos claros y oscuros, amo y criado, aunque Picaporte en la novela de Verne ten¨ªa azules los ojos. Todd hab¨ªa producido ya el espect¨¢culo musical que Orson Welles dedic¨® en Broadway a La vuelta al mundo..., con partitura de Cole Porter. Bertolt Brecht fue a una representaci¨®n en Boston y dijo que era el mejor teatro que hab¨ªa visto en Am¨¦rica. Welles recordaba que Todd era un productor muy inspirado, pero miserablemente pobre. Welles se arruin¨® en la empresa y Todd compr¨® la idea de pel¨ªcula que Welles le hab¨ªa vendido antes a Alexander Korda, y, aunque Welles detestaba amistosamente a Todd, de su obra magna reconoci¨® que habr¨ªa sido dif¨ªcil hacer algo malo con el material de Julio Verne. La vuelta al mundo en 80 d¨ªas gan¨® el Oscar a la mejor pel¨ªcula de 1956.
As¨ª David Niven se convirti¨® en Phileas Fogg, "ingl¨¦s ciento por ciento, exacto, incoloro e inodoro", como dictamin¨® Cabrera Infante, y Cantinflas fue Passepartout, o Picaporte, lealtad y valent¨ªa y generosidad, tres virtudes que cualquiera desear¨ªa tener, y una incipiente y luminosa Shirley MacLaine se disfraz¨® de princesa india educada en Gran Breta?a y salvada de una hoguera funeral y nupcial que deb¨ªa compartir con su viejo viudo. Los viajeros contra el tiempo merec¨ªan, por el bien de la aventura, un obst¨¢culo pertinaz, el agente de polic¨ªa Fix, convencido de que Fogg rob¨® los fondos del Banco de Inglaterra y decidido a detenerlo. Fix era Robert Newton, actor especialista en malvados entra?ables. Vamos de Londres a Par¨ªs, Espa?a, Egipto, India, Hong Kong, Jap¨®n, San Francisco, el Oeste, Nueva York, utilizando todos los procedimientos t¨¦cnicos, mec¨¢nicos y animales, por tierra, mar y aire, el globo La Coquette, el elefante y el avestruz, siete tipos de barcos, trenes e h¨ªbridos como la vagoneta a vela. El punto m¨¢ximo de presi¨®n lo alcanzamos en el vapor que se devora a s¨ª mismo para navegar en una demolici¨®n del buque por sus tripulantes, que, sin combustible, lo van quemando, desde la carga a los salvavidas, como en una pel¨ªcula de los Hermanos Marx.
S. J. Perelman era uno de los guionistas. Humorista neoyorquino, hab¨ªa escrito para Hollywood, para los Marx. Con La vuelta al mundo en 80 d¨ªas gan¨® el Oscar al mejor gui¨®n de 1956, en compa?¨ªa de John Farrow y James Poe. Perelman escrib¨ªa para el New Yorker, y el director de la revista le recomendaba que, antes de empezar a escribir, decidiera si quer¨ªa hacer una parodia, una s¨¢tira o una pieza del absurdo. Cabrera Infante dec¨ªa que La vuelta al mundo... era "una obra maestra no se sabe bien de qu¨¦", ni drama, ni musical, ni pel¨ªcula de aventuras, ni policiaca, ni rom¨¢ntica, ni psicol¨®gica, ni tr¨¢gica, ni documental. Es todo eso, dijo el genio cubano, y verdaderamente tiene una abundancia de circo. Ya, cuando Julio Verne publicaba por entregas su novela, en Par¨ªs se organizaban espect¨¢culos imitadores, con elefantes y encantadores de serpientes, pieles rojas y caballistas. Los corresponsales extranjeros en Francia informaban a sus peri¨®dicos del viaje imposible del caballero ingl¨¦s, como si fuera real, y Verne era visitado por representantes de compa?¨ªas navieras, que ofrec¨ªan condiciones excepcionales para que Fogg y Passepartout viajaran en la White Star o la Cunard Line.
Verne fue un escritor anticipatorio. Imagin¨® improbables m¨¢quinas, pero tambi¨¦n vaticin¨® el turismo y la agencia de viajes, furor del siglo XX. Michael Todd hizo su pel¨ªcula en el momento de la conversi¨®n del turismo en fen¨®meno popular y aventura de masas, y sus im¨¢genes tienen mucho de souvenirs tur¨ªsticos, de publicidad con individuos famosos: toros y baile en Espa?a, vacas sagradas en India, elecciones y bisontes en Am¨¦rica. En un casino toca un pianista que tiene la cara de Frank Sinatra, fumando, mientras Marlene Dietrich ense?a una pierna. Buster Keaton es el adusto y apresurado revisor del tren que ser¨¢ asaltado por los pieles rojas. Y en Par¨ªs estaban Martine Carol y Fernandel y Charles Boyer, como en Espa?a toreaba Luis Domingu¨ªn.
El director de la pel¨ªcula es Michael Anderson (Londres, 1920), que hab¨ªa hecho en clave amorosa la primera versi¨®n cinematogr¨¢fica de 1984. Del universo cerrado de George Orwell salt¨® a la abierta felicidad de La vuelta al mundo... 30 a?os despu¨¦s dirigir¨ªa 20.000 leguas de viaje submarino, como 20.000 libras fueron la apuesta de Phileas Fogg, interesante apuesta: nada ganar¨¢ Fogg si gana, pues el presupuesto del viaje son 20.000 libras, y, si pierde, perder¨¢ toda su fortuna. Los viajes siempre han sido riesgo y azar, y el destino quiso que el avi¨®n de Michael Todd se estrellara en Nuevo M¨¦xico casi inmediatamente despu¨¦s de su triunfo verniano y su boda con Elizabeth Taylor. La m¨²sica de Victor Young, collage y pastiche, valses, charangas e himnos nacionales, otro Oscar, es fundamental para el perfecto ballet. El cine es movimiento y esta pel¨ªcula, como dijo una vez Juli¨¢n Mar¨ªas, es puro movimiento, supercine.
Este texto se incluye en el libro-DVD de La vuelta al mundo en 80 d¨ªas que EL PA?S presenta ma?ana.
La tenacidad de un productor
La vuelta al mundo en 80 d¨ªas se realiz¨® en 1956. Sus int¨¦rpretes principales fueron: David Niven, Mario Moreno Cantinflas, Shirley MacLaine, Charles Boyer, Robert Newton, Ronald Colman, John Gielgud, Marlene Dietrich, Frank Sinatra y Buster Keaton. Director: Michael Anderson. Gui¨®n: James Poe, John Farrow y S. J. Perelman, adaptaci¨®n de la novela hom¨®nima de Julio Verne. M¨²sica: Victor Young. Fotograf¨ªa: Lionel Lindon. Montaje: Gene Ruggiero y Paul Weatherwax.
Obtuvo cinco oscars: mejor pel¨ªcula, gui¨®n adaptado, fotograf¨ªa color, banda sonora de pel¨ªcula no musical y montaje. Fue la ¨²nica pel¨ªcula que Todd pudo realizar, debido a su muerte en accidente de aviaci¨®n. Fue la primera superproducci¨®n realizada al margen de los grandes estudios. Tuvo un presupuesto de 120 millones de d¨®lares, lo que la convertir¨ªa en el filme independiente m¨¢s caro de la historia.
Babelia
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