Fin del camino para Nadal

Cuando sali¨® del entrenamiento del viernes por la tarde en una de las pistas del parque de Flushing Meadows, Rafael Nadal no estaba satisfecho. "Las cosas no van como nosotros quer¨ªamos", confes¨® su t¨ªo y entrenador, Toni Nadal; "le cuesta encontrar sus golpes". En varias ocasiones, el tenista espa?ol se hab¨ªa quedado reflexionando con las manos apoyadas sobre sus piernas y la cabeza gacha cuando sus lanzamientos no alcanzaban la trayectoria pensada. Ya en los dos primeros partidos del Open de Estados Unidos pudo comprobarse que su adaptaci¨®n a las pistas neoyorkinas no era la m¨¢s adecuada. Y ayer, ante el estadounidense James Blake, el primer rival realmente serio con que se top¨®, todo eso qued¨® al descubierto.

Nadal perdi¨® en cuatro mangas por 4-6, 6-4, 3-6 y 1-6 en dos horas y 27 minutos. Y, luchador incansable como es, dej¨® al final una imagen que no se corresponde en absoluto con la del ganador incontestable de Roland Garros y la de quien hace s¨®lo unas semanas se impuso en su primer torneo en pista r¨¢pida, en Montreal. All¨ª tuvo enfrente a un Andre Agassi tal vez menos agresivo, en la parte final de su carrera y que le permiti¨® jugar. Pero all¨ª las condiciones eran bastante distintas. La cancha era menos r¨¢pida y Nadal se sinti¨® a gusto ante el norteamericano.

Ayer, en la Arthur Ashe, Nadal tuvo enfrente a un Blake que despleg¨® lo mejor de su juego: mantuvo un extraordinario nivel con el servicio y en el resto siempre se arriesg¨® y acert¨®. Los golpes ganadores surg¨ªan de su raqueta siempre en los momentos precisos, cuando m¨¢s falta le hac¨ªa. Atac¨® constantemente a Nadal y ¨¦ste no encontr¨® las armas necesarias para rebatir sus argumentos.

"Me falta el golpe ganador", hab¨ªa dicho Nadal tras su partido contra Jenkins; "espero tenerlo ya el s¨¢bado". Pero... no. A Jenkins le gan¨® porque la distancia entre ambos es muy grande. Pero Blake se cruz¨® en su camino en el mejor momento de su carrera, cuando ha atravesado un aut¨¦ntico calvario que le ha convertido en un jugador m¨¢s sereno, m¨¢s tranquilo, mucho mejor.

La estad¨ªstica revela algunas de las claves. Blake conect¨® 10 saques directos por s¨®lo dos Nadal y cometi¨® una doble falta menos. El mallorqu¨ªn incurri¨® en 28 errores no forzados, una cifra muy elevada en ¨¦l, y logr¨® s¨®lo 29 golpes ganadores. En cambio, el estadounidense tuvo 27 fallos, pero elev¨® los aciertos a 53. ?sa fue la direrencia m¨¢s sustancial. El riesgo que tom¨® Blake le proporcion¨® casi el doble de puntos que a Nadal. Y, por primera vez, el manacor¨ª acus¨® la presi¨®n, sinti¨® sus s¨®lo 19 a?os y concluy¨® entregado, sin ganas de seguir en la pista, vi¨¦ndose incapaz de remontar la situaci¨®n, ante alguien tan inspirado como Blake.

Para Blake, 49? del mundo a sus 25 a?os, todo adquiri¨® sentido. Por su cabeza debieron de pasar la rotura de su v¨¦rtebra cervical en Roma en 2004, cuando choc¨® contra un poste de la red en un entrenamiento; el fallecimiento de su padre en julio y el herpes que le dej¨® la cara paralizada. Todas sus penas le hab¨ªan hundido en la clasificaci¨®n -era el 210? en abril-, pero, al mismo tiempo, le han convertido en un tenista m¨¢s equilibrado, m¨¢s sereno. Capaz de no nublarse mentalmente por la presencia de un peso pesado como Nadal al otro lado de la red. Para Nadal, la derrota es un paso m¨¢s en su carrera porque le obliga a seguir pensando que a¨²n le queda mucho que aprender.