Dinero para mimar el g¨®tico

Si hay un lugar en la ciudad que retenga en toda su pureza el aroma medieval de la historia de Madrid ¨¦se es el conjunto monumental que envuelven las plazas de la Paja, los Carros y San Andr¨¦s, junto al mercado de la Cebada. En su interior se eleva la iglesia de este nombre, as¨ª como la Capilla del Obispo, joya ¨²nica del g¨®tico tard¨ªo, que el Gobierno regional va a restaurar con un presupuesto de 2,6 millones de euros. El fin ¨²ltimo de esta actuaci¨®n es su apertura al p¨²blico, como elemento de atracci¨®n tur¨ªstica y cultural de Madrid, tras casi 70 a?os de prolongados cierres y escas¨ªsimos accesos.

La importancia de esta decisi¨®n reside en que Madrid carece, casi por completo, de arquitectura y escultura de la etapa imperial de Carlos V. Sin embargo, la Capilla del Obispo brinda ejemplos espl¨¦ndidos de ambas.

Un ascensor permitir¨¢ contemplar desde la altura los tesoros que alberga el templo

Su templo es de estilo g¨®tico tard¨ªo y fue mandado edificar en 1520 por el obispo de Plasencia Gutierre de Vargas Carvajal, hijo de un consejero ¨¢ulico del emperador y miembro de una de las familias m¨¢s antiguas de Madrid: la misma cuyo antepasado Iv¨¢n de Vargas diera siglos atr¨¢s empleo al labrador Isidro, que llegar¨ªa a la santidad. La Capilla del Obispo fue, precisamente, erigida para albergar los restos del patr¨®n cristiano de Madrid, misi¨®n que cumpli¨® hasta que apenas tres d¨¦cadas despu¨¦s de su construcci¨®n sus restos pasaran a la contigua iglesia de San Andr¨¦s.

En cuanto a la escultura, la magna capilla atesora un retablo de cipr¨¦s policromado, estofado de oro y pintado al ¨®leo, obra de Francisco Giralte, s¨®lo comparable al del monasterio de El Paular, en Rascafr¨ªa, as¨ª como un cenotafio de alabastro, esculpido en 1556, dedicado al obispo pagador del templo. Adem¨¢s, muestra unas puertas de nogal, de dos toneladas de peso, con escenas b¨ªblicas talladas en 1545 por Crist¨®bal de Robles y Francisco de Villalpando, quiz¨¢ las de m¨¢s calidad de cuantas cancelan palacios, templos y grandes casas de Madrid.

El proyecto de restauraci¨®n es obra del arquitecto Javier Vell¨¦s, casi tres lustros involucrado en la restauraci¨®n de la iglesia y de la capilla junto a un equipo del que han formado parte, entre otras personas, los arquitectos Mar¨ªa Casariego y Fabriciano Posada, m¨¢s el aparejador Jos¨¦ Alberto Alonso y la estudiante Mercedes Anad¨®n.

Para hacerse una idea de la complejidad de esta presumiblemente ¨²ltima actuaci¨®n restauradora en el c¨¦ntrico complejo monumental es preciso saber que ¨¦ste se ve configurado por el templo de San Andr¨¦s, que arranca desde la plaza de su mismo nombre, hasta un atrio situado en el extremo del templo; este claustro est¨¢ conectado a la Capilla del Obispo y a una gran sala capitular contigua, por el este; por el norte, va a dar a una fachada renacentista en piedra que se abre a una escalera dieciochesca de dos brazos sobre la plaza de la Paja.

Hoy, la conexi¨®n entre la iglesia de San Andr¨¦s y el atrio se halla tapiada, pero, de abrirse esta comunicaci¨®n, como incluye el proyecto, quedar¨ªa expedito un magn¨ªfico eje de unos 65 metros de longitud, para solemnidades y fastos. Ello permitir¨ªa acceder a la iglesia de San Andr¨¦s -que alberga en su cabecera, al sur del conjunto, la capilla con los restos de San Isidro- desde la escalinata de la plaza de la Paja. Fachada, escaleras y atrio van a ser igualmente restaurados.

Dentro de la Capilla del Obispo se halla un coro asentado sobre un arco epilsoidal, carpanel, de unos 3,5 metros de altura. Su deteriorada cubierta no guarda proporci¨®n con la del ¨¢bside de la gran capilla episcopal y sus muros, de un espesor no superior a los 30 cent¨ªmetros, desentonan de los que circundan este templo, que llegan a tener hasta 1,20 metros de secci¨®n. El engorde de muros y la completud de la cubierta ser¨¢n dos objetivos m¨¢s de la actuaci¨®n a emprender, explica Vell¨¦s. Del mismo modo, la restauraci¨®n va a incluir un completo drenaje de las humedades que amenazan la parte baja del magno cenotafio.

Pared con pared de este templo, la Sala Capitular tiene una superficie en planta semejante a la de las tres cuartas partes de la excelsa capilla g¨®tica, ¨¦sta de unos cien metros. La sala, distribuida en espacios distintos, determinar¨¢ el grueso de esta actuaci¨®n, explica Javier Vell¨¦s. "Sus forjados se encuentran en estado tan lamentable que convierten su cruce en riesgo cierto de accidente", dice. "Hay que tener en cuenta, tambi¨¦n, que las cubiertas no han sido tocadas desde hace 40 a?os y que el acceso a la de la propia Capilla del Obispo resulta hoy imposible", a?ade. "S¨®lo desde su exterior es penetrable, empresa que habr¨¢ que acometer en esta fase", agrega Vell¨¦s. Una vez rehabilitada y lista la Sala Capitular, con especial atenci¨®n al reengorde de sus muros traseros, ser¨¢ instalado un ascensor. Desde su altura podr¨¢ contemplarse la magnificencia del recinto, joya del arte bajomedieval madrile?o.