Los m¨¦ritos para ser rey
Desde una discreta posici¨®n institucional, el Pr¨ªncipe se prepara para la sucesi¨®n. EL PA?S ha indagado en su pensamiento y en los obst¨¢culos que tendr¨¢ que sortear
Apunto de acabar ya su formaci¨®n acad¨¦mica, en la primavera de 1995, el Pr¨ªncipe se reuni¨® con la prensa espa?ola en Washington para conversar sobre sus planes de futuro y algunos problemas de la actualidad de entonces. Don Felipe habl¨® con una espontaneidad que sorprendi¨® a los periodistas, y las declaraciones resultaron pol¨¦micas porque algunas referencias suyas a la corrupci¨®n pol¨ªtica, tema de gran impacto en aquel momento en Espa?a, fueron interpretadas por algunos columnistas como exculpatorias de la conducta de los gobernantes de la ¨¦poca. El Pr¨ªncipe vincul¨® el clima de esc¨¢ndalo pol¨ªtico con el efecto multiplicador de los medios de comunicaci¨®n. Sus palabras fueron recibidas con cr¨ªticas violentas en algunos sectores -se lleg¨® a decir que no estaba a la altura del pa¨ªs en el que iba a reinar y que llevaba demasiado tiempo fuera de Espa?a- y don Felipe comprendi¨® de repente que el trabajo que ten¨ªa por delante como Pr¨ªncipe heredero no ser¨ªa el apacible paseo del que disfrutaban los miembros de otras casas reales al abandonar la Universidad de Georgetown.
"Las amenazas contra el Pr¨ªncipe pueden venir m¨¢s de su propio comportamiento que de fuerzas externas". C¨¢ndido M¨¦ndez
"Los problemas que tenga en los peri¨®dicos dan igual, lo importante es que no los tenga en la calle. La respuesta popular es lo que cuenta". Jaume Matas
"El Pr¨ªncipe podr¨ªa ampliar un poco m¨¢s el ¨¢rea de presencia de la Corona en los puentes de comunicaci¨®n con Am¨¦rica Latina". Enrique Iglesias
"Fuera de nuestro pa¨ªs, la Monarqu¨ªa es un modelo muy asentado, una instituci¨®n reconocida de la Espa?a moderna". Rodrigo Rato
En esa misma charla en la capital de Estados Unidos el Pr¨ªncipe ya dijo que era consciente de que deber¨ªa ganarse el trono d¨ªa a d¨ªa, adaptarse a las necesidades de los ciudadanos de su tiempo; y ¨¦ste ha sido, probablemente, desde entonces, el principio b¨¢sico de su pensamiento.
?Qu¨¦ otras ideas han influido en el Pr¨ªncipe en estos a?os? ?Cu¨¢les son sus puntos de vista sobre los problemas que preocupan a la sociedad? ?Qu¨¦ tipo de Rey podemos esperar? Oficialmente, el Pr¨ªncipe no tiene ninguna ideolog¨ªa. Conoce los l¨ªmites constitucionales y se ha manifestado siempre como un gran admirador de la comuni¨®n entre Corona y sociedad alcanzada durante el reinado de don Juan Carlos. Su oficio le exige respetar las ideas de todos y mantener en secreto las suyas, pero es innegable que el Pr¨ªncipe tiene sus propias ideas.
La agenda de trabajo
Dicen sus colaboradores que las ideas del Pr¨ªncipe se reflejan en su agenda de trabajo. Bajo ese prisma, la agenda de don Felipe desde el final de su periodo de formaci¨®n ha consistido en recorrer todas las comunidades aut¨®nomas espa?olas con mensajes de integraci¨®n y representar a Espa?a en numerosos actos institucionales en el extranjero, principalmente en Am¨¦rica Latina.
El Pr¨ªncipe, por supuesto, tiene ideas; ideas que debate discretamente con su c¨ªrculo ¨ªntimo de amistades y, a veces, con su familia y algunos dirigentes pol¨ªticos de mayor confianza. Pero ha sido educado y ha terminado por asumir que su idea m¨¢s valiosa es, como lo expresa una fuente de la Casa Real, la de "mantener un panel amplio de pensamiento, abierto, una posici¨®n de debate constante, sin comprometerse con opciones concretas". Don Felipe ha sido educado en la tolerancia, y basta compartir cinco minutos de conversaci¨®n con ¨¦l para apreciar que sabe comprender todos los puntos de vista y ponerse en el papel de su interlocutor.
Del conjunto de conversaciones mantenidas para la elaboraci¨®n de este reportaje podr¨ªa, no obstante, extraerse una serie de principios, "casi gen¨¦ticamente heredados", en palabras de uno de sus colaboradores, que conforman la base del pensamiento del Pr¨ªncipe:
- La Monarqu¨ªa ser¨¢ lo que los espa?oles decidan que sea.
- Su obligaci¨®n es mantener con vida la Corona y entregar a su hijo el trono que reciba de su padre. Pero sabe que la instituci¨®n mon¨¢rquica est¨¢ registrando una profunda evoluci¨®n. Son tiempos de cambio para todos y la instituci¨®n que no lo entienda est¨¢ condenada a desaparecer.
- Su papel ser¨¢ el que la Constituci¨®n del momento defina.
- Espa?a es una naci¨®n, la naci¨®n espa?ola se llama Espa?a.
- Posee un sentido familiar arraigado, un concepto tradicional de la importancia del n¨²cleo familiar.
- Ha sido educado, en parte con formaci¨®n militar, sobre la base de la disciplina personal y el sentido del deber.
Un sistema consolidado
Con este armaz¨®n de valores y principios, el Pr¨ªncipe tendr¨¢ en alg¨²n momento que conquistar, no s¨®lo el afecto de los ciudadanos, sino su voluntad de mantener vigente al Rey como jefe de Estado. En el pasado, se ha especulado a veces con el relevo en el trono como un posible momento en el que replantear la forma de Estado. Con el transcurso del tiempo esa posibilidad pr¨¢cticamente ha desaparecido. La opci¨®n republicana s¨®lo figura entre los objetivos de algunos partidos pol¨ªticos minoritarios, e incluso en estos casos se trata m¨¢s bien de un prop¨®sito casi ret¨®rico o a muy largo plazo.
?sta es la impresi¨®n al respecto de algunas personas consultadas para este reportaje. "La Monarqu¨ªa es un modelo muy asentado en Espa?a. Fuera de Espa?a la Corona es una instituci¨®n reconocida de la Espa?a moderna": Rodrigo Rato, director gerente del Fondo Monetario Internacional. "La Monarqu¨ªa espa?ola es la m¨¢s s¨®lida y la m¨¢s respetada de Europa": Miquel Roca, ponente constitucional, ex diputado y ex secretario general de Convergencia Democr¨¢tica de Catalu?a. "En un pa¨ªs con muy poca pasi¨®n por los s¨ªmbolos de unidad, la Monarqu¨ªa es un valor de referencia determinante": Manuel Mar¨ªn, presidente del Congreso de los Diputados. "La Monarqu¨ªa no es un episodio que empieza y acaba con Juan Carlos. No detecto ni un atisbo de pulsi¨®n republicana, nunca lo he visto en mi organizaci¨®n": C¨¢ndido M¨¦ndez, secretario general de la Uni¨®n General de Trabajadores. "Es la instituci¨®n que representa por excelencia lo que hoy es Espa?a": Jaume Matas, presidente de la Comunidad de Baleares.
El presidente de Portugal, Jorge Sampaio, explica su visi¨®n sobre el papel de la Monarqu¨ªa desde los intereses de un vecino de Espa?a: "Nosotros queremos la estabilidad institucional en Espa?a. La unidad de Espa?a es un sentimiento que nosotros tenemos. La Monarqu¨ªa es un garante de la unidad de Espa?a. No digo que sea el ¨²nico, pero s¨ª un garante de la unidad. A nosotros nos importa mucho que Espa?a funcione muy bien".
La vinculaci¨®n del papel institucional de la Monarqu¨ªa con la unidad de Espa?a aparece de forma reiterada cada vez que se contempla el futuro de la Corona. ?ste va a ser, sin duda, uno de los grandes desaf¨ªos de don Felipe. La Casa Real no se siente muy c¨®moda en el papel que algunos, acuciados por las tensiones territoriales actuales, quieren atribuirle como custodio de la integridad nacional. No es que no crea en ese valor, sino que no quiere la exclusividad en su defensa. En t¨¦rminos generales, el estilo de esta Casa Real es el de evitar el protagonismo, mucho m¨¢s cuando se refiere a cuestiones de Estado de gran relevancia y much¨ªsimo m¨¢s cuando se refiere a asuntos que corresponden al ¨¢mbito de decisi¨®n de los pol¨ªticos.
En palabras de Rato, "no hay una sola instituci¨®n que represente en solitario la unidad de Espa?a, por suerte para los que creemos en Espa?a". "Entre las representaciones de la unidad de Espa?a, la Corona est¨¢ incluida de forma muy especial, pero tambi¨¦n los est¨¢n las Cortes Generales y otras muchas instituciones p¨²blicas y tambi¨¦n privadas".
Roca advierte que "ser¨ªa un gran error intentar darle a la Corona un papel especial en el futuro s¨®lo porque Espa?a profundice m¨¢s en el Estado auton¨®mico". "Ser¨ªa contraproducente intentar que en el futuro la Monarqu¨ªa asuma ning¨²n tipo de papel mediador, conciliador o cosas de ese tipo. Frente a cualquier tipo de inestabilidad pol¨ªtica", a?ade Roca, "lo que hay que ofrecer es la estabilidad de la instituci¨®n".
Desde su perspectiva de nacionalista catal¨¢n, Roca cree, adem¨¢s, que "para Catalu?a es mucho m¨¢s conveniente una Monarqu¨ªa que un presidente de Rep¨²blica que tuviera que responder a mayor¨ªas coyunturales y estuviera interesado en captar el voto de las mayor¨ªas".
Un dif¨ªcil papel para el futuro
Estabilidad es tambi¨¦n la gran aportaci¨®n que le reconoce a la Monarqu¨ªa un destacado l¨ªder financiero que prefiere no ser mencionado. Estabilidad necesaria para el progreso y dif¨ªcil de conseguir con un presidente de Rep¨²blica, desde ese punto de vista, en un pa¨ªs poco proclive a generar figuras de amplio consenso. "Para el establishment econ¨®mico, la democracia ha sido una fuente de estabilidad y confianza, gracias a la Constituci¨®n y a la Monarqu¨ªa. Nuestro sistema pol¨ªtico, de mayor¨ªas relativas, no est¨¢ dise?ado para la estabilidad. La Monarqu¨ªa le aporta un plus de estabilidad que resulta imprescindible para la actividad econ¨®mica. Esto es todav¨ªa m¨¢s importante en un momento en que los dos grandes partidos se est¨¢n separando, en el que la sociedad se est¨¢ dividiendo". Garantizada la estabilidad, de acuerdo a este criterio, "la Monarqu¨ªa podr¨ªa sobrevivir en un sistema confederal dentro de su papel de equilibrio de poderes".
El pr¨ªncipe de Asturias no concibe, desde luego, su papel futuro circunscrito a la funci¨®n institucional de equilibrio de poderes. Cuando don Felipe piensa en los desaf¨ªos futuros de un monarca piensa tambi¨¦n en qu¨¦ papel podr¨ªa tener en asuntos como la inmigraci¨®n, el choque cultural, la adaptaci¨®n social al desarrollo cient¨ªfico o los riesgos ecol¨®gicos.
Efectivamente, en un tiempo de cambio como el actual es dif¨ªcil anticiparse a saber qu¨¦ servicio puede prestar a Espa?a el futuro Rey, m¨¢xime cuando ni siquiera se vislumbra el tiempo de la sucesi¨®n. Pero el Pr¨ªncipe se va preparando mientras tanto para responder, b¨¢sicamente, a lo que se le pida que haga. "Hoy el papel de la Corona", opina Rato, "est¨¢ m¨¢s vinculado al respaldo de la imagen de Espa?a en el mundo, a impulsar la creaci¨®n en todos los ¨¢mbitos la imagen de una Espa?a creativa y din¨¢mica". Miquel Roca cree que "al futuro Rey se le pide calor, apoyo, pero nada m¨¢s". "Tiene que no entorpecer", a?ade, "no tiene que jugar un papel a favor de nadie, pero nadie tiene que interpretar tampoco que est¨¢ en contra".
Una larga espera
Hasta que ese momento llegue pueden transcurrir a?os durante los que el Pr¨ªncipe corre el riesgo de deteriorar su imagen en el desarrollo de una funci¨®n poco clara y poco ¨²til a los ojos de los ciudadanos. Por eso la principal obsesi¨®n en estos momentos en el palacio de la Zarzuela es mantenerle ocupado, irle transfiriendo poco a poco competencias y responsabilidades sin mermar, al mismo tiempo, la autoridad del Rey. "Es un empleado de esta casa, un trabajador al que hay que dar empleos adecuados", dice un funcionario de la Casa Real. Lo cierto es que el Pr¨ªncipe est¨¢ ocupado: pasa horas en su oficina, despacha con su padre, discute los problemas actuales con personas de distinto signo y realiza numerosos viajes de representaci¨®n. El problema es conseguir darle visibilidad y sentido de utilidad a esa actividad. Y para ello se han sugerido muchas ideas, como buscarle alg¨²n tipo de funci¨®n en ¨¢reas sociales o de respaldo a la familia. Pero casi todas las sugerencias se estrellan con el riesgo de cruzar el delicado margen de la pol¨¦mica pol¨ªtica.
Manuel Mar¨ªn est¨¢ estudiando con la Casa Real buscarle al Pr¨ªncipe alguna misi¨®n vinculada al Congreso como depositario de la soberan¨ªa popular. "Es bueno que la Corona y el Parlamento colaboren m¨¢s frecuentemente", afirma. Y Enrique Iglesias, presidente del Banco Interamericano de Desarrollo y futuro secretario de las Cumbres Iberoamericanas, sugiere una mayor responsabilidad del Pr¨ªncipe en la relaci¨®n con Am¨¦rica Latina. "Conoce muy bien lo que pasa en Am¨¦rica Latina. Es una persona informada que conoce los desequilibrios sociales en Am¨¦rica Latina y que, por supuesto, defiende los intereses de Espa?a en esa regi¨®n". "Yo creo", a?ade Iglesias, "que estar¨ªa muy feliz en ampliar un poco m¨¢s el ¨¢rea de presencia de la Corona en todo lo que sean puentes de comunicaci¨®n entre Espa?a y Am¨¦rica Latina".
En el campo internacional, Jorge Sampaio invita tambi¨¦n al Pr¨ªncipe a desarrollar un ¨¢rea de especiales relaciones con Portugal, un ¨¢mbito que, aunque corresponde l¨®gicamente al Gobierno, requiere una atenci¨®n distinta a otros asuntos diplom¨¢ticos por razones geogr¨¢ficas e hist¨®ricas.
Lo m¨¢s importante, a juicio de los responsables de su agenda, es evitar dar la impresi¨®n de que el Pr¨ªncipe se est¨¢ paseando. El futuro de la Monarqu¨ªa se ve, probablemente, m¨¢s amenazado por los errores que puedan cometerse en la imagen de los miembros de la familia real que por los desaf¨ªos rupturistas o republicanos.
"Las amenazas contra el Pr¨ªncipe pueden venir m¨¢s de su propio comportamiento que de fuerzas externas", considera C¨¢ndido M¨¦ndez. Manuel Mar¨ªn coincide con ese criterio: "El mayor riesgo para la Monarqu¨ªa en el futuro ser¨ªa que la familia real se comportara como otras familias reales menos mod¨¦licas. ?Alguien ha visto alguna vez a la reina Isabel de Inglaterra expresar una emoci¨®n?". Jaume Matas no descarta que, a medida que se acerque al trono, la prensa sensacionalista aumente su inter¨¦s por la vida privada del Pr¨ªncipe. "Pero eso no es lo importante", a?ade, "los problemas que tenga en los peri¨®dicos dan igual, lo importante es que no los tenga en la calle. La respuesta popular es lo que cuenta y eso es lo que hay que cuidar".
Ganar el coraz¨®n de los espa?oles
Los esc¨¢ndalos, las ausencias en los momentos en que se le requiera, la frialdad y la distancia pueden tener un efecto mucho m¨¢s letal para el futuro Rey que las manifestaciones en contra de la Monarqu¨ªa. El ¨¢mbito de aceptaci¨®n est¨¢ muy bien marcado. "Al aprobarse la Constituci¨®n, el Rey cedi¨® la mayor¨ªa de sus poderes a la soberan¨ªa popular", explica Roca. "Como contraprestaci¨®n, la soberan¨ªa popular opt¨® por la Monarqu¨ªa parlamentaria como forma de gobierno. Por tanto, ser¨ªa injusto decir que la Monarqu¨ªa es s¨®lo hereditaria; tiene mucho de un acuerdo contractual".
El resto, la simpat¨ªa y el reconocimiento de los espa?oles, es algo que, como ¨¦l ha dicho muchas veces, tiene que ganarse. C¨¢ndido M¨¦ndez cuenta que su padre, un viejo republicano y sindicalista, exhibi¨® siempre en lugar preferente de su casa su foto con el Rey. Estaba orgulloso de esa foto porque simpatizaba con el Rey, a pesar de sus propias ideas pol¨ªticas. Durante muchos a?os ¨¦sa ha sido, obviamente, la clave de la convivencia entre la Corona y los ciudadanos, tal vez la clave de la convivencia entre los espa?oles.
Cuando don Felipe naci¨®, el 30 de enero de 1968, su padre era un desconocido a las ¨®rdenes de Franco a quien muy pocos quer¨ªan ver como Rey. Muchos menos hubieran apostado a que el nuevo v¨¢stago llegar¨ªa a reinar. Casi 38 a?os despu¨¦s nacer¨¢ otro heredero que, tanto sea hombre o mujer, tendr¨¢ de momento despejado el camino hacia el trono.
![El presidente del Gobierno, Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero, con don Juan Carlos y, a la derecha, el pr¨ªncipe Felipe, en los actos de la Fiesta Nacional del a?o pasado.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/S3JLT3UKB3IN64XLN3DGJ3C7HU.jpg?auth=17fde218ef7a2089e3b3d4b3f3cf6dd47f4d1b18a84ffa1a340b5ea615fc7579&width=414)
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