El pri¨®n del Ganges
Dos cient¨ªficos sit¨²an el origen de las 'vacas locas' en piensos mezclados con restos humanos
Del hombre a la vaca, y de la vaca al hombre. El origen de los priones, un tipo de prote¨ªnas que ha causado el mal de las vacas locas en miles de animales y m¨¢s de cien muertes en humanos por la enfermedad de Creutzfeldt-Jakob (una de ellas en julio en Espa?a), puede estar en las propias personas, seg¨²n una nueva teor¨ªa. Sus autores son dos cient¨ªficos brit¨¢nicos, los hermanos Alan y Nancy Colchester, que han conseguido que su tesis sea publicada en The Lancet y comentada en Nature, dos de las biblias de las publicaciones cient¨ªficas.
Los investigadores -¨¦l, de la Universidad de Kent; ella, de la de Edimburgo- coinciden con sus colegas en que los priones llegaron a las vacas cuando ¨¦stas empezaron a alimentarse en los sesenta y setenta con piensos fabricados a partir de restos de animales. Lo novedoso es que los Colchester afirman que estos agentes infecciosos no estaban en los restos de cabras y ovejas, dos animales en los que ya se conoc¨ªa una variante de la enfermedad, el scrapie. Los investigadores sit¨²an el origen de la contaminaci¨®n en India y Bangladesh, pa¨ªses que exportaron cientos de miles de toneladas de restos animales a Reino Unido para fabricar abonos y harinas. La llegada de priones a los piensos hace 40 a?os explicar¨ªa el origen de la enfermedad, que se detect¨® por primera vez en vacas en 1986. De ellas se transmiti¨® de nuevo a las personas.
Los Colchester opinan que la costumbre hind¨² de tirar a los r¨ªos las cenizas de los difuntos -si es en el Ganges, mejor- habr¨ªa favorecido la mezcla entre restos de humanos y animales. Aunque la religi¨®n hind¨² estipula que los cuerpos deben ser incinerados previamente, las familias m¨¢s pobres no pueden pagar la le?a para una cremaci¨®n completa. En esos casos, ahumar la pelvis de la mujer o el torso del hombre puede ser suficiente para cumplir el ritual. Lo importante es que el cuerpo llegue al r¨ªo, donde se purifica. La costumbre tambi¨¦n rige para animales como las vacas sagradas.
En India y Bangladesh, numerosos pobres revisan las orillas de los r¨ªos, sobre todo el Ganges, buscando restos de animales o de los ajuares funerarios para revenderlos. Ellos se habr¨ªan encargado, involuntariamente, de facilitar los restos humanos con priones mezclados con los de animales a las f¨¢bricas de piensos.
La hip¨®tesis, que ha generado una amplia discusi¨®n cient¨ªfica, ha sido matizada por las autoridades indias y algunos cient¨ªficos. Base de la cr¨ªtica es que los Colchester no han podido aportar ninguna prueba concluyente. S¨®lo la l¨®gica de que el ser humano haya resultado infectado por un agente que parti¨® de ¨¦l.
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