La burbuja inmobiliaria
En EL PA?S del 23 de junio Jeremy Rifkin, destacado economista estadounidense, llega a la conclusi¨®n de que el capitalismo global ha fracasado debido al incumplimiento de cuatro de sus principales promesas: reducir las diferencias entre ricos y pobres; incorporar a los pobres a los beneficios de las nuevas tecnolog¨ªas; preservar la biosfera y conseguir un mundo m¨¢s pac¨ªfico. Si a?adimos que pese a disponer de recursos suficientes, tampoco ha conseguido eliminar el hambre ni las epidemias m¨¢s graves que matan anualmente a millones de personas en el mundo, la situaci¨®n se torna a¨²n m¨¢s preocupante, nos produce intranquilidad y hasta cierta incomodidad.
En contrapartida, desde luego no se puede negar que el neocapitalismo ha conseguido que la cuarta parte de la poblaci¨®n mundial viva bien, en democracia, respetando los derechos humanos y relativamente en paz, aunque con intranquilidad en aumento a partir de la invasi¨®n de Irak.
Las pol¨ªticas de PP y PSOE han sido similares: no interferir en la actividad inmobiliaria
Dicho bienestar est¨¢ sostenido por la econom¨ªa actual que no depende, como hasta hace treinta a?os, preponderantemente de la producci¨®n de bienes materiales sino de aquellos inmateriales con los cuales, por ejemplo, se enriquecen constantemente Bill Gates, la Warner o la Sony y las "356 familias que poseen el 40% de la riqueza total de la humanidad". Irlanda ha conseguido incorporarse a esta situaci¨®n: el 59,7 de sus exportaciones son de bienes manufacturados de alta tecnolog¨ªa. Espa?a todav¨ªa no se ha integrado plenamente.
Sin embargo, actualmente los bienes materiales est¨¢n brindando a los inversores la seguridad relativa que no garantizan los proyectos de alto riesgo ni la Bolsa, donde ya han explotado varias burbujas de alta tecnolog¨ªa. Maragall lo explic¨® estupendamente por televisi¨®n. Comprar una casa en este momento es el mejor negocio: se paga un 6% de inter¨¦s anual por el pr¨¦stamo hipotecario, pero al a?o siguiente se puede venderla a un precio 17% m¨¢s alto. Por si fuera poco y para mayor seguridad, seg¨²n afirma The New York Times (23-06-05), "el incremento global de los precios inmobiliarios es una expansi¨®n programada, forjada por los bancos centrales del mundo (incluido el Banco Central Europeo) encabezados por la Reserva Federal de USA".
Debido a estas circunstancias, en Espa?a, las pol¨ªticas de ordenaci¨®n del territorio de los gobiernos del PP y del PSOE han sido similares: no interferir en la actividad inmobiliaria ni en la irracional expansi¨®n urbana (Almensilla, Valencina, el litoral, etc¨¦tera) porque, siendo una de las actividades econ¨®micas m¨¢s din¨¢micas, (la construcci¨®n concentr¨® un tercio de la nuevas empresas creadas en junio, seg¨²n el Instituto de Estad¨ªstica de Andaluc¨ªa) pondr¨ªa en peligro el ¨ªndice de generaci¨®n de empleo y el crecimiento de la riqueza (crecimiento sostenido aunque insostenible) y por lo tanto, no es recomendable generar inseguridad alguna ni desconfianza en la inversi¨®n inmobiliaria (especulaci¨®n) ni siquiera, por ejemplo, a pretexto de continuar el interrumpido -sin justificaci¨®n- proceso de redacci¨®n del POTAU (Plan de Ordenaci¨®n del Terrtitorio de Aglomeraciones Urbanas) de Sevilla que para el cumplimiento de la Ley 1/1994 de Ordenaci¨®n del Territorio, se inici¨® por acuerdo del actual presidente de la Junta de Andaluc¨ªa ese mismo a?o. Su injustificada moratoria, contrariando a dicha Ley, a la t¨¦cnica y al sentido com¨²n, est¨¢ dejando que la ordenaci¨®n del territorio sea el espont¨¢neo resultado del encaje de cada una de las piezas del puzzle del ?rea Metropolitana dentro de cuyos l¨ªmites, eso s¨ª, los Ayuntamientos tienen las competencias para recalificar a sus anchas el suelo, pues los ingresos municipales ser¨¢n m¨¢s altos en tanto sea m¨¢s grande la superficie recalificada de suelo urbano y urbanizable: algunos pueblos ya han urbanizado todo su suelo y otros, con alcaldes del PP, del PSOE y de IU, sin distinci¨®n, est¨¢n en ello. Pan para hoy; ma?ana ya veremos. Valdr¨ªa la pena conocerlo en detalle.
Bajo el criterio postulado por el PP todav¨ªa vigente de que "todo suelo es urbanizable", mientras la Junta no intervenga para proteger y estructurar el territorio, esta es la realidad. Sin embargo, a¨²n as¨ª, y siguiendo a Rifkin, dentro del capitalismo del que no podemos substraernos, existen dos modelos (actitudes): el estadounidense que "defiende el mercado libre sin restricciones, con ¨¦nfasis en que el ganador se lo lleva todo", que se materializa en Houston, ciudad "salvaje, desarreglada, neoliberal" y el modelo europeo que antepone "la calidad de vida de una sociedad socialmente responsable" y que se ha hecho patente en ciudades concebidas como lugares de convivencia y de cultura. La calidad de vida depende de tres factores: bienestar (patrimonio social, empleo, salud, formaci¨®n), calidad ambiental (patrimonio ambiental, espacios verdes, agua, arroyos y territorio estructurado) e identidad cultural (patrimonio cultural, participaci¨®n, cohesi¨®n, autogesti¨®n).
El POTAU es la ¨²nica posibilidad de conseguir que los PGOU (Plan General de Ordenaci¨®n Urbana) sometan sus nuevos crecimientos a un m¨ªnimo de racionalidad vinculada a la estructuraci¨®n del territorio supramunicipal. Lo advierte el contenido de la Ley, lo anticipan las empresas responsables de las infraestructuras (Aljarafesa), la experiencia de otras ciudades (Marbella), las asociaciones de ecologistas, de amigos del Patrimonio, de medioambientalistas; lo saben los t¨¦cnicos, los funcionarios, las universidades, los intelectuales; lo demandan los empresarios que con el Libro Blanco de El Aljarafe, han hecho el trabajo que le corresponde a la Administraci¨®n; clama por ¨¦l la sociedad civil organizada y si los j¨®venes matrimonios que residen en el ¨¢rea metropolitana fueran informados de la situaci¨®n, con seguridad se sumar¨ªan a la petici¨®n para que la Consejer¨ªa de Obras P¨²blicas termine la redacci¨®n del POTAU o para que, finalmente, de a conocer sus razones para no hacerlo.
Jorge Benavides Sol¨ªs es profesor titular en la Escuela T¨¦nica Superior de Arquitectura de Sevilla.
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