Mario Muchnik, editor
"Me he equipado para escribir, editar y fotografiar de manera independiente", explica el autor de 'A prop¨®sito', tercer libro de sus memorias.
Con la ayuda del ordenador ha puesto en marcha en su casa el Taller de Mario Muchnik, una editorial que s¨®lo tiene un empleado. Mario Muchnik (Buenos Aires, 1931) es un artesano de la edici¨®n. Dise?a, maqueta y con su Macintosh deja listos los libros para la imprenta.
"La inform¨¢tica ha supuesto una revoluci¨®n radical en el trabajo editorial. Se puede decir que es la ¨²nica revoluci¨®n que se ha producido desde Gutenberg", explica en el sal¨®n de su casa poco antes de que suene el timbre que anuncia la llegada de los primeros ejemplares de A prop¨®sito, su tercer libro de recuerdos y memorias.
"Me he equipado para escribir, editar y fotografiar de manera independiente. Los editores somos muy reaccionarios a los cambios de filosof¨ªa. En mi caso, porque no puedo hacer otra cosa, soy la ¨²nica persona que trabaja en la editorial. Soy yo quien se mueve por todas partes: voy al correo para enviar los paquetes y hago las gestiones en los bancos. Los j¨®venes deben saber que cuando se llega a viejo es bueno tener una actividad fren¨¦tica que te d¨¦ aire y vida".
Siempre le ha gustado la fotograf¨ªa. Emplea c¨¢maras Leica y pel¨ªcula de blanco y negro. Lleva a revelar los carretes y luego digitaliza los negativos con un esc¨¢ner. Imprime las fotos con una Epson 1290. "No hay cosa peor que cuando llega el fin de semana y la impresora se queda sin tinta". Del prestigioso fot¨®grafo David Douglas Duncan recibi¨® el consejo de que las fotograf¨ªas deben tener guts ('v¨ªsceras'). Para lograrlo, a veces s¨®lo hay que modificar el contraste. "Aumentar o disminuir el contraste en una pantalla de ordenador es m¨¢s fiable y m¨¢s r¨¢pido que en un laboratorio". Sin embargo, no emplea c¨¢maras digitales. "Le regal¨¦ una a mi mujer. Es pintora y la digital le resulta ¨²til para fotografiar sus cuadros en color".
Guarda una copia de seguridad de sus archivos en un disco externo y cada seis meses realiza otra en DVD. Comprueba con frecuencia la capacidad de almacenamiento que queda libre en el ordenador. "Nunca le he tenido miedo a la t¨¦cnica. De inform¨¢tica s¨¦ muy poco, pero tambi¨¦n s¨¦ muy poco de mec¨¢nica del autom¨®vil y no soy un mal conductor".
A juicio de Muchnik, "los editores no han comprendido que el verdadero negocio es el unitario. De Harry Potter se pueden vender 10 millones de unidades; pero no hay que olvidar que se trata de unidades". Defiende las ventajas de las m¨¢quinas de impresi¨®n para tiradas cortas. "Permitir¨¢n que se acabe con el inmovilizado en los balances de los editores porque har¨¢n innecesario el almac¨¦n. Adem¨¢s, evitar¨¢n que los libros queden descatalogados y se podr¨¢n atender hasta pedidos de un ejemplar. Creo que vamos a eso siempre que nos dejen llegar. Mi padre siempre dec¨ªa que se podr¨ªa vivir, pero que no dejan".
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