De los truenos a los pactos

De una guerra sin cuartel a un armisticio que da lugar a pactos ins¨®litos. En poco m¨¢s de un a?o, el rumbo de Cajasur ha dado un viraje sorprendente. La discreci¨®n y la voluntad de acuerdo de un pu?ado de personas han permitido que la caja cordobesa fundada por la Iglesia cat¨®lica haya salido del ojo del hurac¨¢n y haya puesto los primeros cimientos para lograr la estabilidad. Para llegar a esta situaci¨®n, la jerarqu¨ªa de la Iglesia ha pactado con el Gobierno socialista de Andaluc¨ªa y tres partidos que normalmente andan a la gre?a (PSOE, PP e Izquierda Unida) han encontrado un espacio para el consenso. Algo extra?o con los vientos pol¨ªticos que corren, en los que la jerarqu¨ªa eclesi¨¢stica convoca manifestaciones contra el Gobierno socialista y PSOE y PP no se ponen de acuerdo en nada.

Las reticencias a la nueva vicepresidencia del Partido Popular proceden de la Iglesia

El pacto entre el consejero y el obispo fue un ejercicio de pragmatismo

La primera clave fue el documento que suscribieron el consejero de Econom¨ªa, Jos¨¦ Antonio Gri?¨¢n, y el obispo de C¨®rdoba, Juan Jos¨¦ Asenjo, en noviembre del a?o pasado, un documento que sellaba el regreso de Cajasur a la tutela de la Junta de Andaluc¨ªa. Esta tutela le hab¨ªa sido despojada por una ley que aprob¨® el Gobierno del PP y a la que se acogi¨® de inmediato el anterior presidente de Cajasur, el sacerdote Miguel Castillejo.

El pacto fue un ejercicio de pragmatismo. Asenjo sab¨ªa que con el PSOE en los Gobiernos de Madrid y Sevilla, Cajasur, tarde o temprano y por las buenas o por las malas, volver¨ªa a la tutela de la Junta. Y Gri?¨¢n quer¨ªa resolver un conflicto que pod¨ªa encallarse en los tribunales y que da?aba la imagen del sistema financiero auton¨®mico.

En ese pacto los dos cedieron, pero fue el Gobierno andaluz el que hizo m¨¢s renuncias, lo que llev¨® a algunos dirigentes socialistas, sobre todo de C¨®rdoba, a echarse las manos a la cabeza.

La Junta logr¨® que Cajasur volviera de forma voluntaria a estar bajo su control, pero, a cambio, acept¨® que la Iglesia conservase la mayor¨ªa en los ¨®rganos de gobierno de la caja, algo que hab¨ªa querido corregir con la Ley de Cajas aprobada en 1999, y, por supuesto, decidiese la presidencia de la entidad. El acuerdo ten¨ªa otra virtud fundamental para el Gobierno andaluz: se pon¨ªa fecha de caducidad al mandato de Castillejo. Un Castillejo que ya se ha jubilado y que tiene como sucesor al can¨®nigo Juan Moreno, uno de los pocos sacerdotes que no era de la cuerda del poderoso ex presidente de la caja.

Pero, ni con la firma del pacto entre la Iglesia y la Junta ni con la salida de Castillejo en julio, el caso Cajasur pod¨ªa darse por cerrado. Pronto empezaron los movimientos para poner caras a los principales cargos de caja. Desde hace tiempo se sabe que la Diputaci¨®n de C¨®rdoba, que recuper¨® su reconocimiento como fundadora, elegir¨¢ a Salvador Blanco (PSOE) como vicepresidente ejecutivo. La vicepresidencia de la Iglesia la ocupar¨¢ con bastante probabilidad Fernando Cruz-Conde, el sacerdote que se perfila como presidente definitivo de la entidad tras la etapa de transici¨®n de Moreno.

El inicio de la renovaci¨®n de los ¨®rganos de gobierno (Asamblea General, Consejo de Administraci¨®n y Comisi¨®n de Control) hizo que empezaran a multiplicarse los contactos entre los partidos pol¨ªticos. En juego estaba cubrir la representaci¨®n de los poderes p¨²blicos: Diputaci¨®n, Junta de Andaluc¨ªa y Ayuntamientos.

Pese a los rencores acumulados por la guerra de Cajasur, los partidos optaron por la negociaci¨®n. Los contactos del PSOE con PP e IU para el reparto de los cargos pol¨ªticos empezaron en junio y acabaron en buen puerto el pasado mi¨¦rcoles. Quienes asistieron a esa ¨²ltima reuni¨®n cuentan que no dur¨® m¨¢s de media hora porque pr¨¢cticamente todo estaba ya hablado. La mayor¨ªa del tiempo lo emplearon en "limar" el escrito conjunto que remitieron luego a los medios de comunicaci¨®n y que part¨ªa de un borrador auspiciado por Juan Ojeda, ex eurodiputado y ex secretario general del PP andaluz.

El peso de la negociaci¨®n lo llevaron esos meses el secretario de Relaciones Institucionales del PSOE, Rafael Velasco, el secretario provincial de C¨®rdoba, Jos¨¦ Antonio Ruiz Almenara; Juan Ojeda y el l¨ªder provincial de IU, Enrique Centella. El principal escollo parec¨ªa ser el PP. El hecho de que el interlocutor del PP fuese Ojeda, retirado de la primera l¨ªnea de la pol¨ªtica, allan¨® el camino. En estos meses, Ojeda ha tenido manos libres de la direcci¨®n del PP para negociar sin interferencias, lo que unido a sus buenas relaciones con algunos dirigentes socialistas (entre ellos el consejero de la Presidencia, Gaspar Zarr¨ªas) permiti¨® que poco a poco las posiciones se fuesen acercando. "Puede haber acuerdo", dec¨ªan desde antes del verano algunos de los negociadores.

El principal punto del acuerdo que se hizo p¨²blico ven¨ªa a ratificar lo que los n¨²meros y porcentajes cantaban: que en el futuro Consejo de Administraci¨®n, el PSOE tendr¨¢ cuatro representantes; el PP, dos e IU otros dos. Pero el acuerdo tambi¨¦n escond¨ªa una sorpresa. En el comunicado se apuntaba, de manera un tanto farragosa, la aparici¨®n de una tercera vicepresidencia que no estaba contemplada en los estatutos pactados entre la Junta y la Iglesia. Finalmente, esa nueva vicepresidencia estar¨¢ en manos del PP y ser¨¢ ocupada por Juan Ojeda. Seg¨²n las fuentes consultadas, lo que se ha pretendido es compensar al PP y evitar extra?as alianzas entre partidos que puedan propiciar que se abra una guerra en la Asamblea General.

Para crear esta nueva vicepresidencia ser¨¢ necesario cambiar los estatutos de Cajasur, algo que, seg¨²n la hoja de ruta, ocurrir¨¢ a finales de a?o. Ojeda ocupar¨¢ esta nueva vicepresidencia en representaci¨®n de la Junta de Andaluc¨ªa, cuyos consejeros son elegidos por el Parlamento auton¨®mico.

Y de que en Cajasur est¨¢n ocurriendo cosas extra?as es prueba el hecho de que los principales reparos a la nueva vicepresidencia del PP parten de la Iglesia. Algunas fuentes consultadas sostienen que ya se ha logrado el visto bueno del obispo, pero que todav¨ªa existen algunas "reticencias" de los cargos eclesi¨¢sticos intermedios. Estas reticencias se intentar¨¢n solventar en los pr¨®ximos d¨ªas haciendo ver a la Iglesia que la estabilidad de Cajasur bien merece esta nueva vicepresidencia.

Independientemente de estas interioridades, los tres partidos coinciden en afirmar que el pacto es algo bueno y que tendr¨ªa que cundir el ejemplo en otros asuntos. Y, para muestra, la alcaldesa de C¨®rdoba, Rosa Aguilar (IU), quien tambi¨¦n ha mediado para que llegar a la soluci¨®n final: "Ha sido un ejercicio de responsabilidad".