La extrema desigualdad
Pasado ma?ana comenzar¨¢ en la ONU una cumbre, coincidente con el 60? aniversario de su fundaci¨®n, que reunir¨¢ la mayor concentraci¨®n que nunca se ha dado de dirigentes mundiales. En ella deben debatirse aspectos tan centrales para el bienestar de los ciudadanos y la gobernabilidad de la globalizaci¨®n como los Objetivos para el Desarrollo del Milenio, la Alianza de Civilizaciones, el cambio clim¨¢tico o la reforma funcional de las propias Naciones Unidas, para hacerlas m¨¢s democr¨¢ticas, m¨¢s funcionales y m¨¢s transparentes.
La discusi¨®n llega precedida de tres acontecimientos, de distinta naturaleza, que marcar¨¢n sus conclusiones. Por orden de su aparici¨®n en el tiempo, en primer lugar, la presencia de un nuevo embajador norteamericano en la ONU, John Bolton, un aguerrido neocons cuyo nombramiento supone algo as¨ª como instalar a la zorra en el gallinero. Bolton, que se opone a las reformas que abandera el secretario general de la ONU, Kofi Annan, escribi¨® de forma premonitoria cuando era subsecretario de Estado para el Control de Armas y Asuntos Internacionales, con Bush: "Las Naciones Unidas no existen. Existe una comunidad internacional que s¨®lo puede ser dirigida por la ¨²nica potencia real que queda en el mundo, los EE UU, cuando ello se ajusta a nuestros intereses y cuando podemos convencer a otros de que nos sigan".
El segundo hecho han sido las denuncias por corrupci¨®n en el programa Petr¨®leo por Alimentos, que debilitan a Annan, que acaba de declarar que como jefe administrativo de la ONU debe asumir sus responsabilidades. El ¨²ltimo acontecimiento ha sido la presentaci¨®n del informe anual del Programa de la Naciones Unidas sobre el Desarrollo (PNUD). Sus conclusiones indican que los objetivos de desarrollo del milenio, suscritos por 189 pa¨ªses en el a?o 2000, van extraordinariamente retrasados. ?stas son algunas de las cuantificaciones del PNUD: las 500 personas m¨¢s ricas del mundo re¨²nen m¨¢s ingresos que los 416 millones de ciudadanos m¨¢s pobres, lo que explica una inmensa desigualdad; el 40% de la poblaci¨®n mundial s¨®lo logra el 5% de los ingresos totales, mientras el 10% m¨¢s pudiente re¨²ne el 54%; 460 millones de personas de 18 pa¨ªses (la mayor parte de ellos de ?frica y la antigua Uni¨®n Sovi¨¦tica) han empeorado su nivel de vida respecto al principio de la d¨¦cada de los noventa; cada d¨ªa mueren 30.000 ni?os por causas evitables, etc¨¦tera.
Recordemos que entre los Objetivos del Milenio figura reducir a la mitad el porcentaje de personas cuyos ingresos sean inferiores a un d¨®lar por d¨ªa y disminuir un 50% el porcentaje de personas que padecen hambre antes del a?o 2015. Pero el embajador americano quiere eliminar los pocos elementos de concreci¨®n que existen en esos objetivos y dejar reducidas las conclusiones de la ONU a una llamada gen¨¦rica -y por tanto, ret¨®rica- a la lucha contra la pobreza. Al contrario, las principales organizaciones no gubernamentales, que hacen de auditoras del esfuerzo real de los gobiernos (no de sus declaraciones te¨®ricas), pretenden calendarios vinculantes en cuanto a las medidas que pueden inducir a esta reducci¨®n de la pobreza y el hambre: fechas para que los pa¨ªses desarrollados lleguen a aportar el 0,7% de su PIB en ayuda al desarrollo (Espa?a se ha comprometido a llegar al 0,5% al final de esta legislatura y al 0,7% al acabar la siguiente, seg¨²n el Plan Director de la Cooperaci¨®n Espa?ola) y la lista de pa¨ªses pobres a los que se condonar¨¢ la deuda externa, m¨¢s all¨¢ de los acuerdos del G-8 en Londres del pasado mes de junio.
El cumplimiento de los Objetivos del Milenio est¨¢ intensamente unido al proyecto de Alianza de Civilizaciones que presentar¨¢ Rodr¨ªguez Zapatero en la asamblea general de la ONU, y que cuenta con el apoyo de Kofi Annan. No se puede establecer una relaci¨®n directa entre hambre y pobreza, y terrorismo, pero todo el mundo concluye que ambas lacras sociales constituyen un caldo de cultivo que aprovechan los instructores de la violencia para seleccionar a sus falanges. Aunque la pobreza y la desigualdad no son lo mismo, tienen id¨¦ntica naturaleza.
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