La flauta feliz
El ¨²nico inconveniente de ese ciclo admirable que es Los Siglos de Oro est¨¢ en sus escenarios. Suelen ser tan bellos que dificultan la concentraci¨®n en la pura m¨²sica aunque ayuden a contextualizarla. Una cosa por otra. El s¨¢bado fue la Sala Capitular de El Escorial, es decir, Tiziano, Tintoretto, El Veron¨¦s y S¨¢nchez Coello de testigos. Y arriba, un juguet¨®n techo del siglo XVIII que contrastaba con el trampantojo del frente, el austero esp¨ªritu de la obra filipina y hasta el par de frailes agustinos que, anfitriones al fin y al cabo, se sentaban en la primera fila. En fin, que todos los inconvenientes sean estos.
Luigi Boccherini, el italiano que muri¨® en Madrid, sab¨ªa de residencias reales y de fr¨ªos serranos, pero tambi¨¦n asimil¨® otras cosas, como por ejemplo ciertas m¨²sicas espa?olas que asoci¨® a su peculiar sentimiento prerrom¨¢ntico e ilustrado. Estaba aqu¨ª un poco lejos de todo pero aprovech¨® bien el tiempo, como nos lo demuestra esta temporada de Los Siglos de Oro en la que cada nuevo concierto dedicado a ¨¦l acaba siendo un descubrimiento. No llegaron a tiempo los programas de mano pero, en el fondo, tanto daba que fuera uno u otro el tr¨ªo que se escuchara. Fue como escuchar a la aventura, como navegar sin br¨²jula, como dejarse llevar. Todos libres por un d¨ªa.
Los Siglos de Oro
Passamezzo Antico. Wilbert Hazelzet, flauta. Obras de Boccherini. Monasterio de San Lorenzo de El Escorial. Madrid, 10 de septiembre.
Passamezzo Antico -Pedro Gand¨ªa al viol¨ªn, Juan Manuel Ibarra al clave e Itziar Atuxa al violonchelo-, es uno de esos grupos espa?oles que van dando facundia entre nosotros a la interpretaci¨®n con instrumentos originales y su trabajo result¨® excelente. Palabras mayores para ese flautista sensacional que es Wilbert Hazelzet, un investigador, un maestro pero, sobre todo, un gran m¨²sico. Con naturalidad y eficacia, con un sonido precioso, sent¨® c¨¢tedra en un par de tr¨ªos que fueron lo mejor de la velada. Con su aspecto de fresco y levemente oto?al hombre del campo que bien hubiera podido ta?er la flauta en la Arcadia feliz, demostr¨® por qu¨¦ el aparentemente modesto traverso ha adquirido con ¨¦l su verdadera importancia hist¨®rica, qu¨¦ se yo, hasta otro respeto. Formidable.
Babelia
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