Clarence 'Gatemouth' Brown, 'bluesman' inclasificable
Clarence Gatemouth Brown, extraordinario cantante e instrumentista, muri¨® el s¨¢bado 10 de septiembre en Orange (Tejas), la localidad en la que creci¨®. Brown, de 81 a?os, se hab¨ªa trasladado all¨ª huyendo del Katrina. Se libr¨® del desastre: su casa, en Slidell (Luisiana), fue barrida por el hurac¨¢n y en su lugar s¨®lo quedaron unos autom¨®viles embarrados; de hecho, sus vecinos le consideraban desaparecido. Con un coraz¨®n d¨¦bil y c¨¢ncer de pulm¨®n, el m¨²sico no aguant¨® tantos sobresaltos.
Brown no era precisamente una florecilla silvestre. Durante un tiempo, tuvo el empleo de sheriff y le gustaba llevar la insignia cuando sal¨ªa a los escenarios, generalmente ataviado como un cowboy en domingo. Pele¨®n, se llevaba mal con numerosos guitarristas de blues tejanos, a los que reprochaba su deuda con el magistral T-Bone Walker: yo tambi¨¦n era un disc¨ªpulo de Walker, ven¨ªa a decir, pero part¨ª de sus hallazgos para crearme un estilo personal. Igualmente atac¨® a B. B. King, al que acusaba de no desarrollar su potencial.
Se resist¨ªa a encajar en el arquetipo de bluesman sure?o: hab¨ªa interiorizado el razonamiento de tantos afroamericanos, que consideran al blues profundo como una reliquia de los tiempos malos. Por temperamento y por necesidad profesional, era un m¨²sico todoterreno, con repertorio suficiente para hacer igualmente recitales de country, de caj¨²n (y de su variante negra, el zydeco) o de jazz, g¨¦nero al que manifestaba su m¨¢ximo respeto. Duke Ellington y Count Basie eran sus modelos aunque cuesta imaginar que ellos le hubieran permitido su torrencial expresi¨®n instrumental.
Hab¨ªa nacido el 18 de abril de 1924, en Vinton (Luisiana), aunque creci¨® en Tejas. Su padre trabajaba en el ferrocarril pero tocaba en bandas de baile el viol¨ªn, que fue el primer instrumento de Clarence; tambi¨¦n aprendi¨® los rudimentos de la bater¨ªa, la mandolina, la arm¨®nica y la guitarra. Tuvo un golpe de suerte en 1947, cuando reemplaz¨® en Houston a un T-Bone Walker enfermo. Don Robey estaba presente y le fich¨® para el club y, tras colocarle brevemente en la compa?¨ªa californiana Aladdin, para su sello, Peacock. Ten¨ªa una voz profunda y alguien brome¨® que "su boca es como un port¨®n", lo que desemboc¨® en el apodo de Gatemouth.
Los a?os cincuenta fueron buenos para Brown, que pudo mantener una orquesta gracias a la popularidad regional de temas tan vigorosos como Atomic energy, Boogie rambler, Dirty work at the crossroads, Ain't that dandy u Okie dokie stomp, aunque su ¨²nico ¨¦xito nacional fue Mary is fine. Durante los sesenta, se instal¨® en Nashville, donde tocaba en un programa musical para el p¨²blico negro y grab¨® material que destacaba su viol¨ªn, cintas que terminar¨ªan en el cat¨¢logo de Chess. Los franceses se quedaron fascinados por su pintoresca personalidad y, en los setenta, hizo varios elep¨¦s para el sello Black & Blue, a veces con notables jazzmen y con homenajes espec¨ªficos al gran Louis Jordan. En 1979, tambi¨¦n se junt¨® con Roy Clark, el guitarrista de country, y juntos elaboraron Makin' music.
A partir de 1981, le descubrieron los responsables blancos de sellos estadounidenses como Rounder y Alligator y tuvo la oportunidad de grabar a su capricho, generalmente con secciones de metal. El Grammy de 1982, por Alright again!, subi¨® su reputaci¨®n e incluso colabor¨®, con sus habituales reticencias, en discos de Ry Cooder, Bonnie Raitt o Eric Clapton.
Sus ¨²ltimos trabajos, lanzados por Verve y Hightone, eran menos interesantes pero sus directos no sol¨ªan defraudar. Su admirador Colin Walters est¨¢ preparando una biograf¨ªa de Brown, en colaboraci¨®n con su familia: el m¨²sico se cas¨® tres veces y tuvo cuatro hijos.-
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