Inmigrantes de conveniencia
Las tareas de limpieza y reconstrucci¨®n aumentan la demanda de inmigrantes hispanos aunque no tengan documentaci¨®n
Bajo el sol despiadado del sur de Misisipi, unos 40 hispanos esperan al mediod¨ªa frente a la base a¨¦rea Keesler, en Biloxi, a que alg¨²n "pinche militar" les devuelva su ropa, su documentaci¨®n y su dinero. "Trabajamos durante tres d¨ªas limpiando el desastre que caus¨® el hurac¨¢n en su hospital y as¨ª es como nos lo agradecen, ech¨¢ndonos a la calle. Si no quer¨ªan ilegales que lo hubieran pensado antes de dejarnos entrar". La voz indignada de Sonia Argueta, que lleva esperando desde la seis de la ma?ana, se eleva sobre sus compa?eros mexicanos, venezolanos, hondure?os, cubanos y guatemaltecos.
Todos tienen carn¨¦ de conducir estadounidense, n¨²mero de la seguridad social y de identificaci¨®n fiscal, pero de los m¨¢s de cien que acudieron desde diferentes Estados a la llamada de esta base militar, que los contrat¨® a trav¨¦s de la empresa SWS Enviromental Best Response -que no contest¨® a las llamadas de este diario-, s¨®lo dos los consiguieron legalmente. "Este pa¨ªs es muy hip¨®crita. Mientras pagues tus impuestos no pasa nada. Aqu¨ª entras con coyotes desde M¨¦xico (entre 1.000 y 5.000 d¨®lares, seg¨²n cu¨¢ntas fronteras crucen), luego compras los papeles (unos 300 d¨®lares) y as¨ª puedes empezar a funcionar", explica Sonia, una guatemalteca que lleva cuatro a?os en EE UU "limpiando, limpiando y limpiando".
"Son desagradecidos; ya vendr¨¢ el marido de Katrina a terminarlos", afirma Sonia
Tras el hurac¨¢n Katrina, ¨¦se es el trabajo estrella en la costa de Misisipi y los latinos la mano de obra m¨¢s buscada. "Nos prometieron entre 10 y 12 d¨®lares la hora (el doble del m¨ªnimo nacional de 5,25) y un mes de trabajo con alojamiento y comida en la base a¨¦rea", asegura Ram¨®n C¨¢rdenas, hondure?o. Entraron en las instalaciones militares "sin que nadie nos pidiera ni un papel, simplemente dimos el nombre de la empresa que nos contrat¨®. A los tres d¨ªas vino un general y nos hizo confesar nuestra situaci¨®n legal, prometiendo no denunciarnos a inmigraci¨®n. Nos echaron tan deprisa que algunos no pudimos ni agarrar nuestras cosas. Por eso estamos aqu¨ª esperando. Son unos desagradecidos, pero ya vendr¨¢ el marido de Katrina a terminarlos", augura Sonia.
El coronel Steve Murray, portavoz de la base a¨¦rea de Keesler, no fue capaz de explicar c¨®mo es posible que una instituci¨®n oficial haya tenido a 100 ilegales trabajando, durmiendo y comiendo en sus instalaciones durante tres d¨ªas. Casi 20 horas despu¨¦s de su expulsi¨®n, y tras devolverles por fin sus pertenencias, emit¨ªan un as¨¦ptico comunicado. "M¨¢s de 100 individuos sin la apropiada documentaci¨®n, que trabajaban para una contrata que colabora en las tareas de limpieza de la base, fueron identificados y escoltados fuera de la base el 10 de septiembre. Debido a las leyes federales, los trabajadores indocumentados no pueden trabajar en instalaciones federales", dec¨ªa el documento entregado a este diario.
Pero la realidad se puede deducir de las palabras de un contratista local, Abner Irias, quien hace unos d¨ªas aparec¨ªa en los apartamentos St. Andrew, hogar de unos 70 hispanos de Biloxi, para entregarles los ¨²ltimos cheques que les deb¨ªa el casino Beau Rivage. "Nosotros les pedimos los papeles y si los tienen les contratamos. No tenemos forma de saber si son legales o no. Averiguar eso no nos corresponde", explicaba Irias, cuya empresa, Hospitaly Staffing Solutions, le ha ofrecido a los empleados de los casinos destruidos, contratos en hoteles de otros Estados.
"Los hispanos son muy trabajadores. Aqu¨ª hab¨ªa muchos que ten¨ªan hasta dos empleos. Lo malo es que algunos han perdido sus casas pero ahora aqu¨ª va a haber mucha demanda en la construcci¨®n y en la limpieza. Los que decidan quedarse ganar¨¢n plata", anuncia Irias. Y no parec¨ªa equivocarse: en menos de dos horas dos empresas diferentes aparecieron all¨ª buscando mano de obra para reparaciones.
Seg¨²n c¨¢lculos de la Oficina Presupuestaria del Congreso, se podr¨ªan perder hasta 400.000 empleos por culpa del Katrina. Pero al mismo tiempo, la reconstrucci¨®n generar¨¢ bastante trabajo, que seg¨²n fuentes diplom¨¢ticas mexicanas, repercutir¨¢ favorablemente entre los hispanos.
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