Bandolero

Pobre hombre, qui¨¦n le mandar¨¢ meterse a bandolero a su edad, me dijo uno con gracia y no sin parte de raz¨®n. Y la verdad es que no ten¨ªa mucha gracia el asunto, porque el costalazo que se hab¨ªa dado era de los que hacen da?o. Resulta que el hombre, un se?or ya entrado en a?os, decidi¨® ir a ver a los ciclistas montado en su caballo, y ya de paso acompa?arles en paralelo durante parte del recorrido. Para los corredores extranjeros ¨¦sta es una de las estampas t¨ªpicas de la Vuelta, casi al mismo nivel que el toro de Osborne en una colina o en el horizonte cuadriculado de olivos en alguna carretera del Sur.

Pero en este caso la estampa acab¨® en tragedia. El hombre galopaba en su caballo tratando de igualar nuestra velocidad. Llev¨¢bamos un ligero viento de culo, por lo que no andar¨ªamos lejos de los 50 km/h. Entonces el caballo se aproxim¨® a una zona en la que la tierra dejaba de ser campo de cereal recolectado y se convert¨ªa en una capa marr¨®n de tierra reci¨¦n arada. Al pisarla, el animal hundi¨® su cuartos delanteros, dio una voltereta espectacular y aplast¨® al jinete con su peso. El hombre se qued¨® dolorido en la tierra mientras su caballo sin montura se incorporaba y decid¨ªa por su cuenta el rumbo a seguir. Al parecer, quiso sentirse ciclista, pues se uni¨® a la cola del pelot¨®n y galop¨® unos cuantos metros entre nosotros hasta que la Guardia Civil logr¨® expulsarlo de la carretera.

Fue en la etapa de Valladolid, pero no lo cont¨¦ por estar m¨¢s encendido con otros temas. Despu¨¦s, en el masaje, y hablando con "El Potro" (mi masajista) de lo sucedido, mi sorpresa fue cuando me pregunto: ?un hombre mayor con un caballo blanco? El mismo. Vaya, pobre hombre, espero que no se haya hecho da?o. Dos horas antes ya andaba por el avituallamiento preguntando nervioso que a ver cuando ven¨ªan los ciclistas, que ten¨ªa muchas ganas de verlos. Pues ya ves, le dije, no s¨¦ si ¨¦l lleg¨® a vernos, pero nosotros ya le vimos a ¨¦l.

Pedro Horrillo es corredor del equipo Rabobank.