'Okupa' a los 94 a?os
Bono presenta una gran biograf¨ªa de D¨ªez-Alegr¨ªa, "el jesuita sin papeles"
Con 94 a?os, el te¨®logo Jos¨¦ Mar¨ªa D¨ªez Alegr¨ªa se siente ya "un okupa del Universo", pero ayer entr¨® como un chaval en el paraninfo de la Casa de Am¨¦rica, en Madrid, y fue recibido con largu¨ªsimos aplausos por un p¨²blico que se puso en pie para verlo mejor bajar las escaleras camino del escenario, como si el que llegaba fuese un profeta o un gal¨¢n de cine. Detr¨¢s, discreto y emocionado, le segu¨ªa el ministro de Defensa, Jos¨¦ Bono, fallido aspirante a jesuita de peque?o y encargado de presentar all¨ª la biograf¨ªa escrita por Pedro Miguel Lamet con el t¨ªtulo D¨ªez-Alegr¨ªa. Un jesuita sin papeles. (Editorial Temas de Hoy).
?Qu¨¦ hac¨ªa el ministro de Defensa presentando el libro de un jesuita, Lamet, sobre un ex jesuita, D¨ªez-Alegr¨ªa? Bono lo explic¨®. D¨ªez-Alegr¨ªa fue un apellido famoso en la Espa?a de los a?os sesenta-setenta del pasado siglo: los generales D¨ªez-Alegr¨ªa, Luis, jefe de la Casa Militar de Franco y ex director general de la Guardia Civil; Manuel, ex jefe del Alto Estado Mayor del Ej¨¦rcito, y el jesuita Jos¨¦ Mar¨ªa. Un d¨ªa, el general Luis cometi¨® una infracci¨®n de tr¨¢fico y el agente que le tomaba nota para la multa, al ver su apellido en el carn¨¦, le pregunt¨® si era familiar del "famoso te¨®logo D¨ªez-Alegr¨ªa". Y no hubo sanci¨®n.
El te¨®logo vive en una casa de jesuitas pese a estar exclaustrado por publicar 'Yo creo en la esperanza' sin censura
Alegr¨ªa (al te¨®logo D¨ªez-Alegr¨ªa todos le llaman Alegr¨ªa) era un reputado profesor en la imponente Universidad Gregoriana de Roma cuando en la Navidad de 1972 public¨® sin la censura previa obligada el libro Yo creo en la esperanza, que en apenas semanas dio la vuelta al mundo y del que se vendieron 200.000 ejemplares en diversas lenguas. Exclaustrado de la Compa?¨ªa de Jes¨²s para evitar males mayores con el Vaticano, regres¨® un a?o despu¨¦s a Madrid y se fue a vivir a una chabola del Pozo del T¨ªo Raimundo, la barriada en la que otro jesuita, el famoso padre Llanos, ex capell¨¢n de Falange y amigo de Franco, llevaba practicando una radical teolog¨ªa de la liberaci¨®n desde 1955. Alegr¨ªa, cuyo sentido del humor y paciencia evang¨¦lica no tienen l¨ªmites, se hizo imprimir all¨ª esta tarjeta de visitas: "Jos¨¦ Mar¨ªa D¨ªez-Alegr¨ªa. Doctor en Filosof¨ªa. Doctor en Derecho. Licenciado en Teolog¨ªa. Ex profesor de Ciencias Sociales en la Universidad Gregoriana. Jubilado por m¨¦ritos de guerra incruenta. Calle Martos, 15. Pozo del T¨ªo Raimundo".
Lamet, autor tambi¨¦n de la biograf¨ªa sobre el vasco Pedro Arrupe, el carism¨¢tico prep¨®sito general de los jesuitas que tuvo que capear aquellos temporales ante un Vaticano intransigente e inquisitorial con los te¨®logos de la liberaci¨®n, defini¨® a Alegr¨ªa como "un gran jesuita", pese a vivir jur¨ªdicamente fuera de la Compa?¨ªa [pese a ello, reside en una residencia de jesuitas, que lo miman como el mejor de los suyos]. "Un hombre valiente y sencillo, creyente y cr¨ªtico, obediente y desobediente, maduro y enfant terrible, un hombre bueno. Alegr¨ªa es como una brisa entre tanto hurac¨¢n. A sus 94 a?os ¨¦l dice que ya es un okupa del Universo. Pido a Dios que lo siga ocupando muchos a?os porque le necesitamos", a?adi¨®.
A Bono le parece Alegr¨ªa un "te¨®logo posconciliar antes del Concilio". "No me extra?a que est¨¦s sin papeles", le dijo entre an¨¦cdotas. El libro relata muchas que subrayan el temple de aut¨¦ntico cristiano que siempre ha sido Alegr¨ªa -un radical disc¨ªpulo del Jes¨²s que combati¨® a los poderosos y se puso siempre de parte de los pobres y oprimidos-, pero Bono resalt¨® esta, "tan evang¨¦lica, tan de Jes¨²s".
Una catequista de mujeres adultas en Andaluc¨ªa se top¨® con una joven muy pobre, casada y con hijos, que se hab¨ªa ido a vivir con un viejo.
-Mujer, tienes que volver, no puedes seguir con el viejo.
-Pues claro que s¨ª, se?orita. Pero es que el viejo se va a morir en seguida, y me voy a quedar con una casica muy apa?ada, me traigo a mi marido y a mis hijos, y problema resuelto.
-Pero, mujer, es que eso es contra la ley de Dios.
La mujercita, con convicci¨®n: "No, se?orita, si yo con el Se?or no tengo dificultad. Yo le digo al Se?or: Se?or, t¨² me perdonas a m¨ª y yo te perdono a ti ["por tenerme tan pobre", matiz¨® Alegr¨ªa], y estamos en paz".
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