Intransitivos
Cuando enciendo mi ordenador port¨¢til, lo primero que hace es buscar una red inal¨¢mbrica. Si no da con ella, te lo dice con cierto des¨¢nimo: "No se encontr¨® una red inal¨¢mbrica a la que conectarse". Vaya por Dios, exclamo yo sinti¨¦ndolo m¨¢s por ¨¦l que por m¨ª, pues aunque trato de que se sienta ¨²til encomend¨¢ndole diversos menesteres, tambi¨¦n s¨¦ que su vida no alcanza un sentido pleno hasta que se conecta a Internet, que es su pa¨ªs, su patria, quiz¨¢ su coraz¨®n o su h¨ªgado. Sin Internet, se contagia de la opacidad propia del universo anal¨®gico y deviene en un trasto, un cachivache, un chisme. Su necesidad de conectarse es tal que ha desarrollado unos ¨®rganos internos capaces de detectar cualquier red, por sutil que sea. En situaciones desesperadas, me propone que nos enganchemos a la del vecino, que l¨®gicamente paga ¨¦l.
Le entiendo porque lo primero que hago yo cuando me despierto es asomarme a la ventana para conectarme a la realidad exterior. Todav¨ªa en pijama, veo si est¨¢ nublado, si hace viento, si la chica que toma el autob¨²s en la parada de enfrente se encuentra ah¨ª, como todos los d¨ªas a esta hora, o ha cogido la primera gripe del oto?o. No puedo ni imaginar que una ma?ana, al levantarme, no fuera capaz de encontrar la ventana. Me asfixiar¨ªa o me dar¨ªa un ataque de angustia. Algo as¨ª le ocurre a mi port¨¢til cuando no logra dar con una ranura desde la que asomarse al universo digital. Se niega a trabajar, se cuelga, se ralentiza, se le viene abajo la tensi¨®n.
Por fortuna, algunos hoteles que ya ofrec¨ªan ventanas para los seres humanos, han creado redes inal¨¢mbricas para los port¨¢tiles. Si hay gente que no est¨¢ dispuesta a viajar sin su perro, muchos nos negamos a salir de casa sin nuestro ordenador. El problema es que el ejemplo no cunde. La mayor¨ªa de los aeropuertos a¨²n no dispone de este servicio, lo que es como si hubi¨¦ramos inventado los pulmones antes que el aire o el sacacorchos antes que el corcho. Escribo est¨¢s l¨ªneas desde Barajas, pero quiz¨¢ no pueda enviarlas al peri¨®dico porque el ordenador no ha detectado ninguna red inal¨¢mbrica. Estamos encerrados ¨¦l y yo en nosotros mismos. En estos instantes, somos completamente intransitivos. ?Hay alguien ah¨ª fuera?
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