A paso de ONU
La cumbre de la ONU, que concluy¨® ayer en Nueva York, ha quedado lejos de las expectativas puestas por su secretario general, Kofi Annan, y de las necesidades de adaptaci¨®n de esta organizaci¨®n al siglo XXI. Los escasos avances y las contradicciones han quedado en evidencia cuando el Consejo de Seguridad, reunido a su m¨¢s alto nivel con los jefes de Estado o de Gobierno de los pa¨ªses miembros, aprob¨® una resoluci¨®n contra el terrorismo -que, como tal, pasa a formar parte del Derecho Internacional- que incluye su severa condena, pero sin que haya sido capaz de alcanzar un acuerdo sobre su definici¨®n.
La ONU avanza a paso de tortuga. El logro m¨¢s importante ha sido el reconocimiento de la "responsabilidad de proteger" a las poblaciones en peligro de genocidio o cr¨ªmenes contra la humanidad, un avance m¨¢s en el concepto de "injerencia por razones humanitarias". Sin embargo, no se especifica c¨®mo se articular¨¢. La creaci¨®n de una Comisi¨®n para la Construcci¨®n de la Paz es otro paso, a¨²n sin precisarse su composici¨®n y medios. Y el Comit¨¦ sobre Derechos Humanos no ha pasado de la fase de principio. La gran reforma para hacer m¨¢s representativo el Consejo de Seguridad (que no democr¨¢tico) queda relegada a un futuro indeterminado. En Nueva York se ha visto estos d¨ªas la ONU posible, pero no la necesaria o deseable.
Al menos, va calando la idea de que hay tremendas desigualdades planetarias que generan rencor, odio y violencia. Bush se ha mostrado m¨¢s conciliador en las palabras, pero no en los hechos, y la "batalla de las ideas" que propone librar puede llegar a coincidir con la Alianza de Civilizaciones que propone Zapatero. El respaldo general que va ganando esta acci¨®n espa?ola, aunque no se sepa a¨²n muy bien hacia d¨®nde va, es en s¨ª misma un ¨¦xito diplom¨¢tico. Espa?a, sin embargo, se ha desligado de la idea de Francia, Brasil y Chile, que junto con ella integran la Iniciativa contra el Hambre, de gravar con una tasa los billetes a¨¦reos, aunque ha apoyado con fondos el nuevo instrumento financiero internacional para luchar contra la malaria.
Entre los mayores fracasos est¨¢ la incapacidad de un acuerdo para hacer frente a la creciente amenaza de un desastre nuclear. EE UU no puede abogar por la no proliferaci¨®n de estas armas sin comprometerse a reducir su arsenal, o haciendo la vista gorda ante el caso hoy por hoy m¨¢s peligroso: no la posibilidad, preocupante en s¨ª, de que Ir¨¢n se haga con este arma, sino el hecho de que la tenga Pakist¨¢n, un pa¨ªs inestable, cuando no fallido. La realidad, desgraciadamente, se mueve m¨¢s r¨¢pido que la ONU. Podr¨¢ decirse que al menos no ha habido retroceso, pero a veces no avanzar es retroceder.
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