Boabdil en el PP
La nueva ley de Defensa aprobada en el Congreso no es precisamente pacifista, pero adelanta un punto en ese aspecto: la necesidad previa de la aprobaci¨®n del Parlamento en caso de que el Gobierno quiera recurrir a la guerra. Es algo m¨¢s que las retiradas verbales: el Ministerio que se llam¨® de la Guerra pas¨® a ser del Ej¨¦rcito, y ahora de Defensa para ilusionar a los ciudadanos que s¨®lo en caso de defensa de ellos el ej¨¦rcito entrar¨¢ en guerra. En otros tiempos, las operaciones coloniales se llamaban de "pacificaci¨®n"; ahora mandamos soldados en "operaciones de paz", para lo cual ser¨ªa mejor enviar a las Hijas de la Caridad; y que nuestro pa¨ªs colaborador frente a ¨¢rabes, musulmanes, terroristas o como se les quiera llamar, es Estados Unidos, que pone un lema al frente de su ej¨¦rcito: "Peace is our task": y as¨ª parece que ha causado s¨®lo entre 25.000 y 27.000 muertos civiles iraqu¨ªes. Menos mal que su tarea es la paz: si hubiese sido la guerra... Aunque quiz¨¢ la hubieran ganado en lugar de perderla.
En todo caso el debate espa?ol de la ley ha tenido sus incidentes subterr¨¢neos, ya que los Robinsones del PP no quer¨ªan adaptar esa petici¨®n de permiso para salvar su pasado. Aznar fue a la guerra sin contar con el Parlamento y recibi¨® reprimendas: lo que quieren ahora es rectificar el pasado, cosa que los tomistas dijeron que no le est¨¢ permitido ni a Dios. Parece que Rajoy, aceptando su condici¨®n de creyente en Dios, hasta de vicario, expuso hace unos d¨ªas su orden al partido de no ocuparse m¨¢s del pasado, sino encaminarse hacia el futuro, pero ha debido pensarlo mejor y en este caso no quer¨ªa una ley que critica de manera p¨®stuma su entrada en guerra. Dej¨¦moslo. Pero no sin comprobar una vez m¨¢s esta soledad de los viejos corredores de la extrema derecha, pero con matices. No votan la Ley de Defensa; pero se abstuvieron en la cuesti¨®n del dinero para la sanidad de las autonom¨ªas: para que quienes les votaron antes no crean que rechazan el dinero. Es una pol¨ªtica muy rara, pero a fin de cuentas es una pol¨ªtica conocida: el filibusterismo, la furia por deshacer juego m¨¢s que por hacerlo, y el viejo ensue?o de "si no hubiera ocurrido lo que ocurri¨®". Es la de Boabdil saliendo de Granada: ya nunca m¨¢s volvi¨®.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.