Eficiencia y equidad

El economista belga Andr¨¦ Sapir ha elaborado un documento que sirvi¨® de base de discusi¨®n para la reuni¨®n informal del ECOFIN en Manchester, el pasado d¨ªa 9 de septiembre. Aun cuando el desarrollo del mismo dar¨¢ lugar a un libro que aparecer¨¢ el mes que viene, los 20 folios que ha colgado en la Red el think tank Bruegel (www.bruegel.org), bajo el titulo Globalisation and the reform of european social models, son una muy sugerente lectura para cualquiera interesado en el contraste de las 15 econom¨ªas europeas.

Sapir pretende llamar la atenci¨®n sobre tres puntos. En primer lugar, la din¨¢mica de cambio en la que est¨¢ inmersa la econom¨ªa mundial, generadora de amenazas para la econom¨ªa europea, pero tambi¨¦n de oportunidades. Para que las primeras se eludan y estas ¨²ltimas se aprovechen es necesaria flexibilidad. Esto significa para el economista belga reforma del mercado de trabajo y de las pol¨ªticas sociales. Y ¨¦stas deber¨ªan hacerse en el ¨¢mbito europeo, abandonando ese igualmente cuestionable modelo mediante el cual unas pol¨ªticas son decididas a nivel europeo, mientras que otras lo son por los gobiernos nacionales.

Son las econom¨ªas n¨®rdicas las que ocupan posiciones destacadas en las clasificaciones mundiales de inserci¨®n en la sociedad del conocimiento

La confusi¨®n acerca de la noci¨®n de "modelo social europeo", es el m¨¢s importante de los tres aspectos. En realidad, son diferentes modelos los que coexisten en Europa, con distintas caracter¨ªsticas y, lo que es m¨¢s relevante, con resultados muy diferentes en t¨¦rminos de eficiencia y equidad. Cuatro modelos que se corresponden con cuatro ¨¢reas geogr¨¢ficas: pa¨ªses n¨®rdicos (Dinamarca, Finlandia y Suecia, m¨¢s Holanda), anglosajones (Irlanda y Reino Unido), continentales (Austria, B¨¦lgica, Francia, Alemania y Luxemburgo) y mediterr¨¢neos (Espa?a, Grecia, Italia y Portugal). El comportamiento de los cuatro modelos, seg¨²n la evaluaci¨®n del economista italiano Tito Boeri, toma en consideraci¨®n tres criterios: la reducci¨®n de la desigualdad de la renta y de la pobreza, la protecci¨®n frente al despido y las prestaciones al desempleo, y, finalmente, la tasa de participaci¨®n en el mercado de trabajo. En esas tres dimensiones los resultados del grupo de pa¨ªses n¨®rdicos son bastante m¨¢s favorables que el resto. Los de los mediterr¨¢neos son los peores. La s¨ªntesis en t¨¦rminos de eficiencia (existencia de incentivos suficientes a trabajar, es decir, elevadas tasas de empleo) y equidad (mantenimiento de un relativamente bajo riesgo de pobreza) no deja lugar a dudas: son los n¨®rdicos los que en ambos conceptos exhiben las mejores posiciones de Europa. Las de los mediterr¨¢neos se encuentran muy por debajo de la media de la UE. Estos, al igual, que los n¨®rdicos no parecen enfrentar ese presunto trade-off entre eficiencia y equidad, porque en ambos conceptos est¨¢n por debajo de los dem¨¢s; justo lo contrario de lo que les ocurre a los escandinavos.

Son las econom¨ªas n¨®rdicas las que ocupan posiciones igualmente destacadas en las clasificaciones mundiales de inserci¨®n en la sociedad del conocimiento, de competitividad, de calidad de las instituciones, de estabilidad macroecon¨®mica y, lo que en ¨²ltima instancia m¨¢s importa, en renta por habitante. No es de extra?ar que sea en estos pa¨ªses donde, seg¨²n el eurobar¨®metro, los temores a la globalizaci¨®n son menores, muy inferiores que los que manifiestan el resto de los grupos de pa¨ªses, particularmente los mediterr¨¢neos.