Al abordaje

Ella es la otra, la otra y a nada tiene derecho porque no tiene un ministro que le autorice el invento. Anda en coplas y en decires, corre su nombre de boca en boca, Esperanza Aguirre es estos d¨ªas la mujer pirata y la presidenta okupa, la reina de las amazonas del PP que se rebela contra la tiran¨ªa impuesta por "un se?or de Catalu?a", como dijo el portavoz de su partido en el Consejo de Telemadrid para referirse al ministro de Industria, Jordi Sevilla, que ha negado la autorizaci¨®n para que emita La Otra, la segunda cadena de Telemadrid, la televisi¨®n de la Esperanza y su extra?a familia pol¨ªtica. En el centenario de Mihura, la vida pol¨ªtica madrile?a ha dado un salto, de los sainetes de Arniches interpretados por ?lvarez del Manzano a la alta comedia con rasgos surrealistas. Entre Ninette y un se?or de Murcia y Esperanza y un se?or de Catalu?a pueden establecerse ciertos paralelismos argumentales, s¨®lo que esta vez el se?or de Catalu?a (Murcia) no se ha dejado seducir por los encantos de la madrile?a (parisina) y le ha negado el capricho, un capricho que ya consiguieron catalanes, vascos, valencianos y andaluces que, seg¨²n Esperanza, ocuparon pac¨ªficamente los canales hasta que les lleg¨® su hora.

Y aqu¨ª la alta comedia deja paso a la farsa, farsa y licencia de una "reina" castiza, el gui¨®n cobra matices de esperpento. Para emitir, ilegalmente, los hombres de Aguirre desalojaron de su frecuencia a un emisor ilegal, al que aplicaron la sanci¨®n correspondiente. "La Otra" adem¨¢s levanta sus antenas repetidoras sobre dep¨®sitos e instalaciones del Canal de Isabel II (la aut¨¦ntica reina castiza), que ya se sabe que en tiempos de sequ¨ªa hay que diversificarse. No tengo nada en contra de que Madrid tenga su segundo canal auton¨®mico, pero me temo que la otra nos dar¨¢ m¨¢s de lo mismo, m¨¢s comportamientos bochornosos, manipulaciones, censuras y conjuras, cuestiones que han llevado a amotinarse a los abochornados profesionales del Ente. Con su tripulaci¨®n amotinada y su oficialidad bajo sospecha, Esperanza se ha lanzado al abordaje con el cuchillo entre los dientes. Sabe que en su campa?a pir¨¢tica contra la Armada de Zapatero contar¨¢ con el apoyo de diversas flotas y flotillas medi¨¢ticas, apoyo al que se sumar¨¢n, muy pronto y en bloque, las nuevas emisoras locales de televisi¨®n a las que concedi¨® recientemente licencias como patentes de corso. Filibusteros notorios como Federico Jim¨¦nez Losantos, disciplinados ej¨¦rcitos clericales y viejos bucaneros de aguas turbias formar¨¢n a su lado en esta liga de la cristiandad en la que figuran, de la A de Acebes, a la Z de Zaplana, todos los almirantes del PP, dispuestos a montarse un nuevo Lepanto a la vuelta de la esquina.

En el suplemento dominical de un peri¨®dico apareci¨® hace poco la imagen de la madre pol¨ªtica de Esperanza Aguirre empu?ando el trabuco de un antepasado suyo que estuvo en la batalla de Trafalgar. En esa casa todos deben ser de armas tomar, menos el cu?ado ese que escribe obras blasfemas para escandalizar a las amistades de la familia. Lo de pirata se lo endilg¨® Simancas el otro d¨ªa a la presidenta, cabreado a¨²n por la sucia artima?a, puro filibusterismo pol¨ªtico, de sus rivales, que convocaron una rueda de prensa para presentar a una nueva consejera de Inmigraci¨®n coincidiendo con su intervenci¨®n en el debate del estado de la regi¨®n, tambi¨¦n llamado el debate del estado de la buena Esperanza, porque el discurso de Aguirre estuvo pre?ado de promesas, inflado de autobombo y rebosante de autosatisfacci¨®n y prepotencia. Una actitud desafiante, una pose guerrera, tal vez una forma de insuflarse ¨¢nimos, de acumular fuerzas en el arranque de una campa?a electoral anticipada en estas maniobras en los l¨ªmites de la legalidad que presuntamente representa. La presidenta Aguirre ha violado las fronteras y ha desembarcado en el espacio radioel¨¦ctrico utilizando una vieja t¨¢ctica pirata y guerrillera, una pr¨¢ctica abominable seg¨²n el c¨®digo moral y pol¨ªtico de los suyos, un texto que, por cierto, me gustar¨ªa leer un d¨ªa de estos, a ser posible con pr¨®logo de Aznar, un c¨®digo que en la praxis podr¨ªa resumirse en un triple mandamiento: ni¨¦galo todo y al enemigo ni agua. Y por supuesto nada de revisiones odontol¨®gicas gratuitas a los caballos regalados, si quieren hac¨¦rselas que vayan por la privada para no bloquear las listas de espera.