La pesadilla diaria de las ambulancias
Un hemipl¨¦jico denuncia esperas de tres horas y el SAS amenaza con revisar los concursos
Juan Francisco Cabrera, un vecino de 51 a?os de Bail¨¦n (Ja¨¦n), sufri¨® hace dos meses una hemiplej¨ªa (par¨¢lisis de una parte del cuerpo) despu¨¦s de haber sido operado para realizarle un trasplante de v¨¢lvula cardiaca. Poco despu¨¦s inici¨®, por prescripci¨®n m¨¦dica, un tratamiento de rehabilitaci¨®n con sesiones diarias en el hospital San Agust¨ªn de Linares. Desde entonces, Juan Francisco va en silla de ruedas y debe soportar un doble dolor, el derivado de su enfermedad y, el que nunca imagin¨®: la pesadilla diaria para regresar en ambulancia a su domicilio.
Todas las ma?anas, a eso de las ocho y media, Juan Francisco y su esposa, Juana Linares, son recogidos en la puerta de su casa por una ambulancia contratada por el Servicio Andaluz de Salud (SAS) para ser trasladados al hospital de Linares, a escasos 15 minutos de Bail¨¦n. Las sesiones de fisioterapia apenas se prolongan m¨¢s all¨¢ de la media hora, y ah¨ª empieza el calvario de esta familia. "Tenemos que aguantar una sopor¨ªfera de m¨¢s de dos y tres horas para que una ambulancia nos recoja para volver a nuestra casas", explica Juana. A su juicio, "estas horas en los pasillos del hospital se convierten en una cruel espera, una dolora recuperaci¨®n y un virus encargado de desmoronar las ya de por s¨ª mermadas fuerzas psicol¨®gicas del enfermo".
La esposa de Juan Francisco ha presentado una reclamaci¨®n en el hospital de Linares, pero hasta ahora nadie se ha dirigido a ella. No s¨®lo se queja de las excesivas demoras de las ambulancias, sino de la "falta de preparaci¨®n" de las personas encargadas de trasladar a los enfermos. "Las ambulancias no tiene plataformas elevadoras y a los enfermos con silla de ruedas se les sube a trav¨¦s de unos carriles, un rudimentario sistema que ha provocado en innumerables ocasiones percances indeseados en mi marido, como la vez que le aprisionaron la pierna enferma y otra que estuvo a punto de caer al suelo", explica Juana Linares, que sostiene que su queja es compartida por muchos enfermos que utilizan a diario las ambulancias del SAS, como tambi¨¦n lo ha hecho el Sindicato de Enfermer¨ªa, Satse.
La Consejer¨ªa de Salud ha descentralizado los servicios de transporte de enfermos, y ahora cada hospital de la red sanitaria andaluza saca su propio concurso para adjudicar el servicio. En Ja¨¦n, la empresa ubetense M.P. (Manuel Pascuau) tiene el monopolio en todos los hospitales de la provincia. Cada d¨ªa transporta a unos 3.000 enfermos en su flota de 240 ambulancias, 46 de ellas destinadas al transporte urgente e individualizado que coordina el 061.
El problema se produce en el transporte programado. El due?o de la empresa de ambulancias, Manuel Pascuau, admite que en lo que va de a?o han recibido 50 reclamaciones-denuncias de otros tantos usuarios. "Se trata de un transporte colectivo, con cuatro y cinco enfermos a la vez procedentes de varios pueblos, y nosotros tenemos que esperar a que acaben todos", explica, para preguntarse a continuaci¨®n: "?qu¨¦ ocurre cuando la tardanza es por culpa de los m¨¦dicos, entonces nadie se queja".
A su juicio, en este tipo de transporte es dif¨ªcil prever las necesidades de cada d¨ªa porque se desconocen las prescripciones de cada m¨¦dico y cu¨¢ntas altas se van a dar.
Por su parte, el delegado de Salud en Ja¨¦n, Juan Francisco Cano, reconoce las quejas de los usuarios por las deficiencias en el transporte, aunque se muestra convencido de que ¨¦ste "ha mejorado mucho en los ¨²ltimos tiempos". Ahora bien, Cano ha se?alado que ha dado instrucciones a los gerentes de todos los hospitales p¨²blicos para que en caso de que no se cumpla la eficiencia en el transporte de enfermos se saquen nuevamente a concurso las concesiones, que se adjudican por un a?o prorrogable. "Esperar un rato puede ser l¨®gico, pero esperar mucho tiempo no es normal, y m¨¢s en casos de patolog¨ªas muy severas", sostiene el delegado.
La empresa concesionaria, en cambio, defiende la profesionalidad del servicio y advierte de que detr¨¢s de muchas de las denuncias que se reciben se mueven otros intereses. "Con este servicio programado ya no hay corruptelas ni amiguismos, aunque a muchos taxistas y otras empresas les haya afectado", sostiene Manuel Pascuau.
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