Guerra de palabras

A ra¨ªz de la comparecencia del ministro Bono para informar sobre el siniestro en que perecieron 17 soldados espa?oles en Afganist¨¢n, algunos partidos hab¨ªan pedido que fuera el presidente quien diera explicaciones, no s¨®lo sobre el accidente, sino sobre las misiones de las Fuerzas Armadas en el exterior. Zapatero dijo que lo har¨ªa tras la cumbre de la ONU. Seguramente para poder enmarcar las misiones con participaci¨®n espa?ola en el conjunto de objetivos marcados por Naciones Unidas, y para, de paso, marcar distancias con el Gobierno anterior. Entre la comparecencia de Bono y la de Zapatero de ayer, el Parlamento ha aprobado la nueva Ley de Defensa, que establece la necesidad de cobertura internacional y autorizaci¨®n del Parlamento para cualquier env¨ªo de tropas al extranjero.

M¨¢s de 60.000 soldados y polic¨ªas espa?oles han participado en los ¨²ltimos tres lustros en 40 misiones en el exterior. Que esas misiones implicaban riesgos lo demuestra la cifra de 122 bajas mortales. Actualmente hay 2.600 espa?oles en diversas misiones de este tipo, siendo el mayor contingente el de Afganist¨¢n, 1.100 militares, de los que unos 500 regresar¨¢n en pocas semanas, tras haber culminado su tarea de protecci¨®n en relaci¨®n a las elecciones celebradas all¨ª el pasado domingo. El objetivo de todas las misiones est¨¢ definido por los objetivos que la Asamblea de la ONU acaba de reiterar: contribuir a la pacificaci¨®n y reconciliaci¨®n de las poblaciones y cooperar para la democratizaci¨®n y el desarrollo tras situaciones b¨¦licas.

Zapatero tambi¨¦n inform¨® que la investigaci¨®n sobre el accidente en que murieron los soldados espa?oles permite descartar otras hip¨®tesis sobre sus causas. Lo explic¨® con su ret¨®rica caracter¨ªstica, que tanto irrita al PP, incluyendo alguna menci¨®n de pasada a Irak, pero sin ocultar o tergiversar datos, que se sepa, ni disimular el car¨¢cter objetivamente arriesgado de las operaciones. La respuesta de Rajoy, sin embargo, no fue menos ret¨®rica y estuvo marcada por la voluntad de extender la sospecha: sembrando dudas sobre las causas del siniestro y acusando a Zapatero de mentir sobre los peligros reales de la misi¨®n a fin de no comprometer el apoyo de los aliados del Gobierno.

El debate sirvi¨®, as¨ª, para volver a escenificar la din¨¢mica un tanto absurda seg¨²n la cual la oposici¨®n busca diferenciarse del Gobierno precisamente en aquello en lo que m¨¢s coincide con ¨¦l; y ello por la sola raz¨®n de supeditar cualquier otra consideraci¨®n a la denuncia de las malas compa?¨ªas de Zapatero.