Una historia interminable

Las noticias aparecidas en la prensa, durante los ¨²ltimos d¨ªas, han tra¨ªdo de nuevo a la actualidad a la Ciudad de la Luz. El anuncio de que la cadena de televisi¨®n Antena 3 se dispone a rodar una costosa serie sobre los Borgia ha desatado toda suerte de especulaciones sobre los estudios alicantinos y su futuro. Los propietarios de la Ciudad de la Luz, es decir, el Gobierno valenciano, hab¨ªan manifestado una intenci¨®n similar hace alg¨²n tiempo. Es m¨¢s, aseguraron haber adquirido los derechos sobre la novela del escritor Mario Puzzo, en la que se cuenta la historia de esta singular familia. Fue el consejero Campos, si no estoy equivocado, quien anunci¨® que la vida de los Borgia ser¨ªa la primera gran producci¨®n que se filmar¨ªa en la Ciudad de la Luz. Incluso, se apunt¨® el nombre de Ridley Scott para dirigir la pel¨ªcula.

Ahora, al conocerse el proyecto de Antena 3, los periodistas han querido saber si la Ciudad de la Luz continuar¨ªa adelante con la producci¨®n sobre los Borgia. Todo cuanto han logrado averiguar los periodistas es una historia confusa sobre derechos y concesiones que no arroja la menor claridad sobre el asunto. Al contrario, si hubi¨¦ramos de ser sinceros, dir¨ªamos que lo vuelve m¨¢s oscuro. Por parte del Gobierno valenciano, el silencio mantenido ha sido absoluto. No se le ha escuchado una sola palabra. Y es que, pese a la importancia que, en otros momentos, tuvo la empresa, la Ciudad de la Luz es, hoy por hoy, un problema menor para el Gobierno valenciano. O, al menos, as¨ª se pretende que sea. Los sucesivos retrasos en su inauguraci¨®n, el coste desorbitado que alcanzan las obras, las contradicciones y las dudas que planean sobre su futuro, no suscitan, aparentemente, la menor inquietud en el gabinete de Francisco Camps.

Es probable que la pol¨ªtica de ignorar el problema de la Ciudad de la Luz sea, en la actualidad, la ¨²nica pol¨ªtica posible para el Gobierno de Camps. Puestos, en su lugar, muchos gobernantes actuar¨ªan de id¨¦ntica manera. Pero el papel que a diario representan los gobernantes no es el mismo que el de los ciudadanos. Para un ciudadano desapasionado, la Ciudad de la Luz permite hacerse una idea muy completa de lo acaecido en la Comunidad Valenciana durante los a?os pasados. El modo en que se cre¨® la empresa y su forma de gestionarla es el paradigma de una manera de entender los asuntos p¨²blicos que estuvo en boga entre nosotros. Basta un repaso a las hemerotecas -?Benditas hemerotecas!- para comprobar el n¨²mero tan elevado de adhesiones que concit¨® esta forma de gobernar.

Cuando se repasa la historia de la Ciudad de la Luz se advierte que la confusi¨®n entre lo p¨²blico y lo privado ha sido constante a lo largo del proyecto. La improvisaci¨®n, el amateurismo de los directivos, lo descabellado de muchas decisiones configuran un cuadro que manifiesta lo que algunas personas entend¨ªan por gobernar, unos a?os atr¨¢s. La alegr¨ªa con que se ha manejado el dinero p¨²blico en este asunto es inaudita y ayuda a explicar la elevada deuda que hoy soporta la Generalidad. Y todo ello, negando al Parlamento, una y otra vez, cualquier informaci¨®n referida a la empresa. Que de un proyecto semejante, diga el presidente de los empresarios alicantinos que "ser¨¢ un revulsivo para la industria audiovisual de la provincia, y un motor que impulsar¨¢ los servicios y el turismo", permite entender por d¨®nde van todav¨ªa las cosas.