Amiguetes

Como suele ocurrir tras los naufragios, comienzan a emerger documentos del fondo de los cajones. El llamado caso Fabra se inici¨® tras la denuncia, a comienzos de 2004, de un empresario que acusaba al presidente de la Diputaci¨®n de Castell¨®n y hombre fuerte del PP en esa provincia, Carlos Fabra, de haberle cobrado cantidades millonarias a cambio de favores pol¨ªticos. Concretamente, de haber intervenido ante varios ministerios con el fin de agilizar la autorizaci¨®n de un determinado pesticida. Ello dio origen a una investigaci¨®n judicial que se mantiene abierta y que, de momento, ha revelado la existencia de numerosos ingresos millonarios en cuentas bancarias de Fabra que ¨¦ste no ha sido capaz de justificar.

Se ten¨ªa conocimiento de las gestiones de Fabra ante el entonces ministro de Agricultura, Jes¨²s Posadas, y otros cargos de ese ministerio en 1999. Tambi¨¦n de la participaci¨®n en el asunto del entonces senador del PP por Castell¨®n, y luego diputado nacional, Miguel Prim. Ahora se ha conocido la carta, incluida en el sumario, por la que el ex senador exhortaba al ministro a cumplir el acuerdo alcanzado para autorizar el famoso pesticida. Llama la atenci¨®n el tono sutilmente imperativo empleado: "Te solicito que a la mayor brevedad..."; "agradecer¨ªa la m¨¢xima celeridad...". Frases que recuerdan aquel "os lo ordeno humildemente" de Stewart Granger en El prisionero de Zenda, y que ponen de manifiesto la conciencia de impunidad con la que dejaban constancia escrita de sus presiones.

Fabra justific¨® los pagos del empresario alegando que hab¨ªa realizado unos informes t¨¦cnicos que present¨® al juzgado. Pero tales informes, por los que Fabra cobr¨® 140.000 euros, resultaron ser la copia de una gu¨ªa de una mutua local y la transcripci¨®n de una ponencia presentada en un congreso y colgada en Internet. ?No recuerda todo esto a los procedimientos del caso Filesa? Con la salvedad de que en este caso el destino del dinero no fue la financiaci¨®n de un partido, sino, aparentemente, los bolsillos particulares de un dirigente pol¨ªtico.

Tambi¨¦n se ha sabido ahora que entre quienes acompa?aron a Fabra en su gesti¨®n ante el ministro de Agricultura figuraba Juan Costa, entonces secretario de Estado de Hacienda y luego titular de Ciencia y Tecnolog¨ªa: la misma persona que nada m¨¢s tomar posesi¨®n de su cargo, en 1996, hab¨ªa acusado a los socialistas de haber perdonado 200.000 millones de pesetas de deuda fiscal a "sus amiguetes". Qu¨¦ peque?o es el mundo.