Un tal V¨¢zquez
Apareci¨® un tal V¨¢zquez, hasta ahora m¨¢s conocido por las esperanzas en ¨¦l depositadas que por actuaciones sobresalientes, y explot¨® como hac¨ªa tiempo no se ve¨ªa. En una actuaci¨®n memorable, rescat¨® a Espa?a cuando estaba medio muerta, se carg¨® al equipo a la espalda y se convirti¨® en la inesperada pieza angular de un triunfo hist¨®rico, no s¨®lo por lo que significa, sino por la forma en la que se obtuvo. Desaparecido hasta ahora en este torneo, V¨¢zquez eligi¨® el mejor escenario posible para demostrar el por qu¨¦ de su puesto en el draft de la NBA y las razones por las que el Akasvayu se ha rascado el bolsillo para retenerlo entre nosotros. Estuvo en todo, intimidaci¨®n, anotaci¨®n, temple en la l¨ªnea de tiros libres y tambi¨¦n tuvo ese punto de espectacularidad debajo de los aros que recordaba al gran ausente, Pau Gasol.
Minuto a minuto su figura se fue agigantando hasta dominar el partido como hacen los grandes. Pese a ello, su incre¨ªble noche parec¨ªa abocada a quedarse en esfuerzo bald¨ªo cuando Navarro lanz¨® su segundo tiro libre y Croacia saboreaba ya la victoria. Pero era la noche de Vazquez. Captur¨® el rebote, provoc¨® la pr¨®rroga y lanz¨® el mensaje definitivo a compa?eros y rivales. Unos, viendo el regalo que les ofrec¨ªa, se liberaron definitivamente y arrasaron en la pr¨®rroga. Los otros, finalmente, tuvieron que claudicar ante su poder¨ªo y se fueron al vestuario pregunt¨¢ndose de d¨®nde hab¨ªa salido una fuerza de la naturaleza y el talento del tal Vazquez.
Las dificultades que atraves¨® Espa?a durante casi todo el encuentro a?aden la suficiente cantidad de ¨¦pica a su triunfo. Un comienzo nefasto coloc¨® al equipo nacional en un escenario complejo. En el d¨ªa se?alado, las canastas se negaban, el dominio de los p¨ªvots croatas era absoluto y algunos jugadores daban muestra de estar superados por la responsabilidad, sobre todo Reyes y Jim¨¦nez. Pesquera se vi¨® obligado a rotar en 20 minutos casi tanto de lo que hab¨ªa hecho en toda la fase previa. Pero las teclas iban desafinando una a una. Afortunadamente, Croacia no hizo sangre y el debate no se cerr¨® definitivamente. Entonces, surgi¨® como un vendaval la que ser¨ªa figura del partido. Primero fue un tap¨®n estratosf¨¦rico, luego una canasta por aqu¨ª, un mate por all¨¢. Encontrado el punto de arranque, los hasta entonces atosigados Navarro, Calder¨®n y Garbajosa fueron sumando esfuerzos positivos. Pero ante la luz que desprend¨ªa Vazquez, el resto no pasaban de meros actores secundarios.
Mas de uno se podr¨¢ preguntar d¨®nde ha estado hasta su maravillosa explosi¨®n. Qu¨¦ m¨¢s da. El caso es que en el momento justo, ante el adversario indicado, la promesa, el hombre llamado a grandes cosas, pudo poner la primera muesca en su esperemos prometedora carrera. Fue un fogonazo de tal calibre que nos ha dejado deslumbrados. Qu¨¦ gozada.
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