El filme checo 'Stesti' logra la Concha de Oro
Juan Jos¨¦ Ballesta, premio de interpretaci¨®n masculina en un desconcertante palmar¨¦s
Las diferencias que existen en cuanto a gustos entre dos personas, o un grupo de personas y un observador, pueden llegar a superar lo imaginable. Eso es exactamente lo que pas¨® ayer en los galardones que otorg¨® el jurado internacional de la secci¨®n oficial del Festival de San Sebasti¨¢n y una buena parte de la cr¨ªtica y, desde luego, en quien les ha ofrecido sus, sin duda equivocadas, opiniones sobre los filmes, interpretaciones, guiones, direcci¨®n y fotograf¨ªa de los t¨ªtulos que aspiraban a los premios. Pel¨ªculas como la checa Stesti (Algo como la felicidad), interpretaciones como la de Juan Jos¨¦ Ballesta en 7 v¨ªrgenes, direcci¨®n y fotograf¨ªa como la de Sunflower, remiten a los mundos paralelos de la f¨ªsica cu¨¢ntica de los que hablaba Ruy Guerra.
El mayor abucheo fue para 'Tideland', de Terry Gilliam, premio de la Fipresci
Un jurado internacional presidido por la actriz y directora Anjelica Huston y en el que se integraron los realizadores Claude Miller y Lone Scherfig, los int¨¦rpretes Enrico Lo Verso y Ver¨®nica Forqu¨¦, el escritor y guionista Antonio Sk¨¢rmeta y el decorador Dean Tavoularis han tenido a bien aportar su guinda a la confusi¨®n imperante sobre la cinematograf¨ªa en general y la europea en particular.
Si las decisiones de un grupo de expertos sucumben a los cambalaches y componendas que conlleva el tener que ponerse de acuerdo para otorgar una serie de galardones, apa?os que surgen al ceder en algunos favoritos para poder alcanzar un acuerdo en otros, el fallo del 53? Festival Internacional de Cine de San Sebasti¨¢n puede parangonarse con una de las decisiones m¨¢s desafortunadas que se recuerdan, y no tanto porque han dejado sin reconocimiento alguno a las pel¨ªculas mayoritariamente m¨¢s estimadas como por haber concedido sus mejores galardones a filmes y personalidades de muy dudosos merecimientos.
Premiar con la Concha de Oro a la mejor pel¨ªcula del certamen a la checa Stesti (Algo como la felicidad), de Bohdam Sl¨¢ma, una historia coral que re¨²ne y encadena una serie de dramones sin atisbo de salida, realizada con correcci¨®n pero sin la menor chispa de originalidad y talento, es un mal chiste. Claro que los chistes malos pueden llegar a ser anhelados cuando a rengl¨®n seguido se premia como mejor direcci¨®n y fotograf¨ªa a la china Sunflower, dirigida por Zhang Yang y fotografiada por Jong Lin. Nadie duda del potencial de la sociedad china en el mercado mundial del cine, pero eso no justifica el que se premie por partida doble una pel¨ªcula tan vulgar como el relato de la evoluci¨®n de la sociedad china en las ¨²ltimas tres d¨¦cadas vista a trav¨¦s de una humilde familia de Pek¨ªn, con un tono de un costumbrismo infumable y una moraleja disparatada: la educaci¨®n autoritaria en la ¨¦poca de "la banda de los cuatro" no era, en definitiva, tan mala.
Mejor gui¨®n
Que el premio al mejor gui¨®n se le otorgara a Wolfgang Kohlaase por Verano en Berl¨ªn, del alem¨¢n Andreas Dresen, no es disparatado, lo que en las presentes circunstancias no es poco. Una pel¨ªcula amable, rodada en 16 mil¨ªmetros y con visos de estar destinada directamente a las televisiones, en la que dos amigas comparten las peque?as angustias y los peque?os placeres de la vida cotidiana, entre los que destacan un descabellado camionero, divertida parodia del mito de Don Juan.
Que Juan Jos¨¦ Ballesta (el ni?o de El Bola) sea galardonado como el mejor actor por su interpretaci¨®n en 7 v¨ªrgenes, en un certamen en el que se han visto actuaciones como las de Steve Coogan, Patrick Chesnais o Ricardo Dar¨ªn, por ejemplo, no deja de ser un entra?able gesto demag¨®gico de ayuda al necesitado. Premiar a Ballesta por un papel en el que hace de Ballesta es encomiable si se acepta un cierto tufillo de conmiseraci¨®n en la valoraci¨®n del jurado.
Algo similar cabe decir del premio a la mejor actriz, que recay¨® en Ana Geislerov¨¢, coprotagonista de Stesti, que compiti¨® con Isabelle Carr¨¦, Anne Consigny, Nathalie Poza, Inka Friedrich o Nadja Uhl, entre otras.
Por ¨²ltimo, el jurado tuvo a bien conceder su premio especial a la argentina Iluminados por el fuego, de Trist¨¢n Bauer, ¨²nica y estimable pel¨ªcula de la que explic¨® las razones para conceder tal galard¨®n: "Porque es un filme que transporta con emoci¨®n e inteligencia el tr¨¢gico sinsentido de la guerra y el efecto de la memoria de una experiencia dolorosa en la vida cotidiana de la gente", alusi¨®n a la guerra de las Malvinas sobre la que gira la cinta de Bauer. Hubiera sido revelador y desde luego una lecci¨®n de sabidur¨ªa cinematogr¨¢fica el poder apreciar las razones por las que concedieron, "por mayor¨ªa", el resto de los galardones.
En honor a la verdad, es justo reconocer que en la sesi¨®n ante la prensa en la que se comunicaron los premios s¨®lo fue protestada la Concha de Oro. El resto de los galardones fueron moderadamente aplaudidos salvo el premio especial del jurado al filme argentino que recibi¨® la mayor ovaci¨®n de las escuchadas en el acto.
Tambi¨¦n es cierto que cuando todo el mundo pensaba que la relaci¨®n de premios hab¨ªa conseguido el desconcierto suficiente para dar a entender lo poco que saben de cine los comentaristas -estupefacci¨®n provocada porque no se llev¨® ning¨²n galard¨®n, entre otras, la pel¨ªcula m¨¢s estimada por la cr¨ªtica, A cock and bull story, de Winterbotton, o la tambi¨¦n mayoritariamente alabada No estoy aqu¨ª para ser amado, de St¨¦phane Briz¨¦-, el jurado de la Federaci¨®n Internacional de la Prensa Cinematogr¨¢fica (Fipresci), en un alarde de decisi¨®n iconoclasta, premi¨® por cuatro votos a uno a la pel¨ªcula m¨¢s vapuleada por la cr¨ªtica y el p¨²blico: Tideland, de Terry Gilliam, un gesto provocador que consigui¨® el mayor abucheo de los presentes en el acto p¨²blico de lectura del palmar¨¦s. Nunca es tarde si la estupidez es grande.
El director del festival, Mikel Olaciregui, por su parte, realiz¨® un balance del certamen en el mismo acto. Reconoci¨®, en referencia a las calificaciones diarias que recog¨ªa El Diario Vasco entre la cr¨ªtica especializada, que las pel¨ªculas seleccionadas a concurso tuvieron un nivel medio; explic¨® que, a su juicio, uno de los rasgos distintivos del certamen no era el anhelo del glamour que, al parecer, caracteriza a otros cert¨¢menes, sino que "nuestro glamour es selectivo", y desvel¨® que la raz¨®n por la que no hab¨ªa ninguna pel¨ªcula norteamericana a concurso se debi¨® a que las preseleccionadas no hab¨ªan alcanzado la calidad requerida.
Declaraciones tan desconcertantes como los premios del jurado, pues, efectivamente, la prensa especializada no se mostr¨® entusiasmada por la selecci¨®n oficial; el glamour fue muy escaso para lamento de los numeros¨ªsimos espectadores y de los medios de comunicaci¨®n m¨¢s populares y la ausencia de pel¨ªculas norteamericanas a competici¨®n por su deficiente calidad no se entiende al haber aceptado como filme de clausura, fuera de competici¨®n pero en la gala m¨¢s importante del certamen, una pel¨ªcula hipot¨¦ticamente neozelandesa, El mundo de la Indian m¨¢s veloz, de Roger Donaldson, con Anthony Hopkins como protagonista, de una simpleza argumental y formal t¨ªpica de quienes entienden el cine como la gran industria del ocio para los descerebrados.
Babelia
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