Probabilidad, incertidumbre, temor
Construcciones
M¨¢s all¨¢ del inicio del curso pol¨ªtico, sucede que la realidad que deber¨ªa sustentarlo carece de periodo vacacional, tan necesitada est¨¢ de soluciones urgentes que el bronceado de sus representantes no puede remediar
Me dice una amiga que trabaja en promociones de una constructora que se compra todo lo que se proyecta, incluso sobre plano, y que en el entorno de la Ciudad de las Ciencias se ofrecen 10 millones por viviendas que costaron 40 hace unos pocos a?os. Pocos venden, ya que saben que entonces les costar¨¢ m¨¢s de 100 millones adquirir una casa como la anterior. Esa espiral enloquecida coincide en el tiempo con la escasez de recursos destinados a Educaci¨®n o a Sanidad, pilares b¨¢sicos de una sociedad cohesionada en la que la mitad m¨¢s uno de sus miembros no tenga motivo para recurrir al pillaje como sistema de supervivencia. Ronald Reagan convirti¨® a los enfermos mentales cr¨®nicos en un ej¨¦rcito fantasmag¨®rico de homeless, algo que aqu¨ª est¨¢ m¨¢s cerca de suceder de lo que parece. ?Volvemos a la Edad Media? ?Ser¨¢ el mosquito tigre el nuevo sujeto revolucionario del siglo?
Urbanizaciones
Por lo dem¨¢s, la pasi¨®n urbanizadora es tan devoradora que pronto faltar¨¢ incluso el agua necesaria para mezclarla con el cemento, y nada digo sobre lo que van a beber en el futuro las 130.000 personas de nueva planta que previsiblemente se instalar¨¢n en la poblaci¨®n que se proyecta en Cabanes. Algo que no parece tener en cuenta el presidente Camps cuando insiste una y otra vez en la monserga de que el agua es de todos y que la Espa?a h¨²meda, si todav¨ªa existe, debe trasvasar sus caudales a la Espa?a seca, y etc¨¦tera, olvidando tambi¨¦n que el agua puede producirse cuando no llueve a gusto de todos. Precisamente por todo ello resulta poco aconsejable urbanizar 20 millones de metros cuadrados por aqu¨ª y 40 por all¨¢, un frenes¨ª s¨®lo entendible si los promotores han dado con la f¨®rmula para provocar la lluvia a voluntad.
M¨¦dicos fronterizos
Es de esperar que la campa?a publicitaria -por lo dem¨¢s un tanto cursi- desplegada por la Generalitat Valenciana con el concurso de los colegios m¨¦dicos de Alicante, Valencia y Castell¨®n, que exalta las virtudes de la disponibilidad m¨¦dica, no se haya dise?ado para paliar en lo posible los recelos y las incertidumbres que despierta entre los frecuentadores de la sanidad el caso Maeso, y que tampoco tenga nada que ver con las informaciones recientes que se?alan las deficiencias, notables, en infraestructura y dotaciones sanitarias. No se tapan las insuficiencias b¨¢sicas, o la presunta mala pr¨¢ctica de algunos profesionales, mediante edulcorados espots televisivos, como tampoco se resuelven los problemas de atenci¨®n primaria se?alando con el dedo o con algo peor a los facultativos de los centros de salud que se niegan a recortar el tiempo de visita que requieren sus pacientes.
Inconstitucionalidad
Otra vez con la monserga del presunto car¨¢cter inconstitucional de la ley que permite el matrimonio entre personas del mismo sexo. No se sabe si ?ngel Acebes y Eduardo Zaplana van por libre, si hacen sin tapujos lo que comparte Mariano Rajoy sin atreverse a encabezar el asunto (o a lo mejor, s¨ª) o si puentean a su jefe por fidelidad hacia su ex jefe. En cualquier caso, plantear ahora recurso contra una ley de esa naturaleza y ya en vigor tiene poco que ver con los deseos de los m¨¢s listos del PP de pasar p¨¢gina y solventar sus problemas de futuro. Distinciones m¨¢s o menos bizantinas al margen sobre el significado que cabe atribuir al t¨¦rmino matrimonio, est¨¢ claro que se trata de negar un derecho a un n¨²mero indeterminado de personas para recurrir una ley que no vulnera el derecho de nadie a casarse o a observar celibato, como prefiera. El resto es bronca de leguyelos para soliviantar a un sector del electorado que suponen de su parte.
Los ni?os del Estrecho
La capacidad de las mafias para diversificar sus actividades y extender sus tent¨¢culos a pr¨¢cticamente cualquier necesidad humana es ahora mismo una de las mayores pandemias del siglo, como bien saben los escritores que se presentan a premios ama?ados, los reconstructores de pa¨ªses previamente destrozados por sus ej¨¦rcitos, o los concejales de urbanismo de cualquier localidad de turismo rural o playero, por mencionar algunos ejemplos. En ese panorama, es natural que el tr¨¢fico de inmigrantes entre el Magreb y Espa?a se ampl¨ªe cada vez m¨¢s a los ni?os, a cuyos padres prometen las mafias el oro y el moro ante las dificultades legales para que los ni?os mareados sean expulsados del pa¨ªs de llegada. Se ve que no basta con el tr¨¢fico de embarazadas subsaharianas. Es m¨¢s rentable ahora una chapucera y muy planificada deslocalizaci¨®n de ni?os cruzando el Estrecho en sus pateras hacia un futuro de miseria. Y lo que vendr¨¢.
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