La hondura de Vilches y el atropello
Luis Vilches quiere ser figura del toreo porque le adornan condiciones y disposici¨®n para ello. Emocion¨® a la Maestranza con un toreo largo y hondo, de alta concepci¨®n art¨ªstica, con temple y ligaz¨®n, y con la seguridad de quien se siente torero de verdad. Dej¨® constancia de su calidad a la ver¨®nica, y con redondos largos y ligados con el de pecho en perfecta unidad. Muy corto de fuerzas fue el sexto y s¨®lo le permiti¨® demostrar que el torero es una firme esperanza para el futuro.
A larga distancia se situaron Uceda y D¨¢vila, con escasos recursos y mucha inseguridad. El madrile?o se mostr¨® en todo momento desangelado y anodino; el sevillano pas¨® un mal rato con el deslucido quinto, que, entre el desorden general, se hizo el amo del ruedo. A la defensiva y a merced de su oponente, a punto estuvo de escuchar los tres avisos.
Ortega / Uceda, D¨¢vila Vilches
Toros de Gerardo Ortega, bien presentados, blandos, mansos y nobles. Uceda Leal: pinchazo, estocada -aviso- (silencio); estocada (silencio). D¨¢vila Miura: dos pinchazos (silencio); dos pinchazos, media -aviso-, pinchazo, estocada y un descabello -segundo aviso- y tres descabellos (ovaci¨®n). Luis Vilches: media estocada y un descabello (oreja); bajonazo (ovaci¨®n). Plaza de la Maestranza, 25 de septiembre, ¨²nica corrida de la Feria de San Miguel. Casi tres cuarto de entrada.
Por otra parte, se consum¨® el atropello. La feria de San Miguel ha quedado reducida a una sola corrida tras la arbitraria decisi¨®n de la empresa Pag¨¦s de suspender la corrida del s¨¢bado, en la que no pudo actuar en solitario El Cid. Los empresarios sevillanos han infligido un grav¨ªsimo ataque a la fiesta y al prestigio de la plaza, y han cometido una elocuente falta de respeto al abonado, y lo peor, lo m¨¢s ins¨®lito, es que esta an¨®mala situaci¨®n se ha producido con el silencio c¨®mplice de la Real Maestranza, propietaria de la plaza, y de la Junta de Andaluc¨ªa.Luis Vilches quiere ser figura del toreo porque le adornan condiciones y disposici¨®n para ello. Emocion¨® a la Maestranza con un toreo largo y hondo, de alta concepci¨®n art¨ªstica, con temple y ligaz¨®n, y con la seguridad de quien se siente torero de verdad. Dej¨® constancia de su calidad a la ver¨®nica, y con redondos largos y ligados con el de pecho en perfecta unidad. Muy corto de fuerzas fue el sexto y s¨®lo le permiti¨® demostrar que el torero es una firme esperanza para el futuro.
A larga distancia se situaron Uceda y D¨¢vila, con escasos recursos y mucha inseguridad. El madrile?o se mostr¨® en todo momento desangelado y anodino; el sevillano pas¨® un mal rato con el deslucido quinto, que, entre el desorden general, se hizo el amo del ruedo. A la defensiva y a merced de su oponente, a punto estuvo de escuchar los tres avisos.
Por otra parte, se consum¨® el atropello. La feria de San Miguel ha quedado reducida a una sola corrida tras la arbitraria decisi¨®n de la empresa Pag¨¦s de suspender la corrida del s¨¢bado, en la que no pudo actuar en solitario El Cid. Los empresarios sevillanos han infligido un grav¨ªsimo ataque a la fiesta y al prestigio de la plaza, y han cometido una elocuente falta de respeto al abonado, y lo peor, lo m¨¢s ins¨®lito, es que esta an¨®mala situaci¨®n se ha producido con el silencio c¨®mplice de la Real Maestranza, propietaria de la plaza, y de la Junta de Andaluc¨ªa.
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