"La parodia me ayud¨® a equilibrar mis neuronas"
En El mago de Viena (Pre-Textos), Sergio Pitol (M¨¦xico, 1933) escribe sobre viajes, amigos y literatura. De tanto en tanto es posible averiguar algo de sus h¨¢bitos cotidianos, saber de alguna de sus dolencias, barruntar vagamente en qu¨¦ consist¨ªan sus diferentes trabajos. Cuando termin¨® sus estudios, se dedic¨® a viajar, y estuvo fuera de casa entre 1961 y 1991. "Primero me dedicaba a hacer traducciones, a dictar algunas conferencias, a dar lecciones de literatura", cont¨® ayer en Madrid. "Viv¨ªa modestamente pero dispon¨ªa de una radical libertad para hacer lo que quer¨ªa, ir de un lado a otro, leer, escribir".
Estudiante en Roma, traductor en Pek¨ªn y Barcelona, profesor en Bristol. Luego entr¨® a formar parte del cuerpo diplom¨¢tico mexicano y estuvo en Varsovia, Budapest, Par¨ªs, Mosc¨² y, finalmente, en Praga (como embajador). En 1993 volvi¨® a su pa¨ªs y se instal¨® en Xalapa, donde vive ahora. En 1999 le concedieron el Premio Juan Rulfo por la totalidad de su obra.
"Despu¨¦s de ocuparme durante el d¨ªa de informes diplom¨¢ticos, por la noche no pon¨ªa reparo a escribir las mayores groser¨ªas"
"Uno de los primeros relatos que me deslumbr¨® fue 'El misterio de Asteri¨®n', de Borges. Nunca hab¨ªa visto semejante utilizaci¨®n del lenguaje"
"Siempre ha habido literatura de entretenimiento. El problema es que hoy los autores que la fabrican quieren ser tratados como eminencias"
"Esa f¨®rmula de trajinar de la reflexi¨®n a la narraci¨®n, ese juego entre el ensayo y la ficci¨®n, viene de las obras de Mann y Broch"
De Enrique Vila-Matas escribe Pitol en El mago de Viena: "Lo consideraba como mi secreto hermano gemelo, mi colega de aventuras, de lecturas, de viajes,
hasta que hace dos a?os esa relaci¨®n se transform¨®. Con sus ¨²ltimos libros, Enrique se convirti¨® en mi maestro". El autor de Bartleby y compa?¨ªa ha sido el responsable de la presentaci¨®n de la antolog¨ªa Los mejores cuentos (Anagrama), que acaba de aparecer y que es una excelente s¨ªntesis para disfrutar de la variedad de registros de Pitol. Ah¨ª est¨¢n su inteligencia y su humor, su originalidad a la hora de construir las tramas y la estructura de sus relatos, su habilidad para combinar la realidad y la ficci¨®n, su estilo l¨ªmpido y transparente. Y ah¨ª est¨¢ tambi¨¦n la gratitud de Vila-Matas, que se empe?a en demostrar que el verdadero maestro es Sergio Pitol.
Pregunta. ?C¨®mo define El mago de Viena, c¨®mo surge esta at¨ªpica autobiograf¨ªa?
Respuesta. Hace poco m¨¢s de diez a?os empec¨¦ a escribir El arte de la fuga, donde con extrema libertad fui abordando diferentes lecturas que me hab¨ªan apasionado y donde se fueron incorporando detalles de mi vida. Luego en El viaje, un libro con el que disfrut¨¦ mucho por su tono caricaturesco y extravagante, cont¨¦ las vicisitudes de un recorrido a Georgia e introduje comentarios sobre distintos autores rusos. El mago de Viena cierra lo que puede considerarse una trilog¨ªa. Hablo de lecturas, de viajes, de lo que para m¨ª significa escribir. Existen vasos comunicantes entre los tres libros y tienen un tono autobiogr¨¢fico.
P. Empieza el libro recordando a Stevenson, que dec¨ªa que cualquier futuro escritor "deb¨ªa transformarse en un simio con alta capacidad de imitaci¨®n". ?C¨®mo fueron sus inicios, a qui¨¦nes imit¨®, si imit¨® a alguien?
R. Claro que imit¨¦. Y empec¨¦ por Borges, Faulkner y algunos cuentos de Alfonso Reyes. Uno de los primeros relatos que me deslumbr¨® fue El misterio de Asteri¨®n, de Borges. Nunca hab¨ªa visto semejante utilizaci¨®n del lenguaje, qued¨¦ cautivado.
P. Para referirse a su primera etapa habla de severidad...
R. ?De severidad?
P. Dice que su escritura "tend¨ªa a la severidad".
R. Es cierto, fui severo en una ¨¦poca que no era severa, y en la que mis amigos, y ni siquiera yo, lo ¨¦ramos. Fue un proceso necesario hasta que explot¨¦, m¨¢s adelante, cuando escrib¨ª el Tr¨ªptico del Carnaval.
P. Cuenta que despu¨¦s pas¨® por un momento "vitalmente contundente", el de sus dos primeras novelas, El ta?ido de una flauta y Juegos florales, escritas bajo la influencia de Thomas Mann y Hermann Broch.
R. Mis primeras lecturas fueron de literatura inglesa. Luego, m¨¢s adelante, me zambull¨ª en los autores germanos y en los rusos. La presencia de Mann y Broch en aquellas novelas fue inevitable porque quer¨ªa incorporar una tradici¨®n cargada de ideas. En mis ¨²ltimos libros estos autores han vuelto. Esa f¨®rmula de trajinar de la reflexi¨®n a la narraci¨®n viene de sus obras, ese juego entre el ensayo y la ficci¨®n.
P. ?C¨®mo se produjo el salto que lo llev¨® a sus novelas carnavalescas, El desfile del amor, Domar a la divina garza y La vida conyugal? Habla de caricatura, de parodia, de relajo, de una "repentina y jubilosa ferocidad"...
R. Cuando en la Embajada empec¨¦ a tener m¨¢s responsabilidades, las cosas empezaron a complicarse. Durante el d¨ªa ten¨ªa que redactar una serie de informes con la prosa estirada de la diplomacia, as¨ª que por la noche dejaba que la escritura saliera con toda espontaneidad, sin poner reparo alguno a las mayores groser¨ªas. La parodia me ayud¨® a equilibrar mis neuronas. De otro modo hubiera enloquecido.
P. Monsiv¨¢is ha escrito que "la inteligencia, el humor y la c¨®lera han sido sus grandes consejeros". ?La c¨®lera?
R. Hacia la injusticia. No aguanto las injusticias.
P. ?Est¨¢ escribiendo, como cuenta, una novela con Gogol como personaje?
R. Es un encargo de la editorial Norma. Tiene una colecci¨®n de novela policiaca en la que los protagonistas deben ser escritores. Rubem Fonseca ya ha publicado la suya, y ha elegido a Moli¨¨re. Yo me he decantado por Gogol, por la excentricidad de su vida.
P. Confiesa adorar a los exc¨¦ntricos, pero en este libro hay p¨¢ginas fascinantes dedicadas a Henry James, Joseph Conrad y Evelyn Waugh, que en principio no parecen serlo...
R. James fue tambi¨¦n exc¨¦ntrico, su vida fue muy misteriosa, en su tiempo no lo entendi¨® nadie. Me encantan los exc¨¦ntricos, pero no soy fundamentalista.
P. ?Y Ch¨¦jov?
R. No podr¨ªa vivir sin Ch¨¦jov.
P. ?Por qu¨¦ El mago de Viena, que es el t¨ªtulo de un best seller que describe en su libro?
R. Era Freud al que llamaban el mago de Viena. Pero al que yo me refiero es a uno que viv¨ªa en la calle Viena, de M¨¦xico, muy cerca de las casas de Trotski y Frida Kahlo, y que convierto en protagonista del novel¨®n que describo, uno de los que vende mucho. Siempre ha habido literatura de entretenimiento. El problema de hoy es que los autores que la fabrican se creen la publicidad, y luego exigen ser tratados como eminencias.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.