Dos de los grandes

En el primer tomo de las memorias de Hans K¨¹ng, Libertad conquistada (Trotta, 2003), el joven te¨®logo Ratzinger, hoy Benedicto XVI, figura como uno de los grandes mu?idores del revolucionario Concilio Vaticano II (1962-1965), en el que ambos fueron dos aut¨¦nticos enfants terribles. "Mi apreciado colega Ratzinger", dice K¨¹ng. Todav¨ªa en 1968, el futuro inquisidor Ratzinger escrib¨ªa que "por encima del papa se halla la propia conciencia, a la que hay que obedecer incluso en contra de lo que diga la autoridad eclesi¨¢stica".

Pablo VI les llam¨® a su despacho, por separado. "La Curia romana est¨¢ necesitada con urgencia de j¨®venes capaces", dijo a Yves Congar. K¨¹ng prefiri¨® la libertad. Ratzinger escal¨® raudo el escalaf¨®n vaticano, hasta el papado. "Lo que m¨¢s desear¨ªa es que mi compa?ero de edad y camino, que escogi¨® otro camino, al mirar hacia atr¨¢s (lo digo sin la menor sombra de iron¨ªa) pudiera ser tan feliz como yo", declar¨® K¨¹ng hace dos a?os. El inesperado reencuentro de estos grandes pensadores eclesi¨¢sticos en la ostentosa residencia veraniega papal dar¨ªa para un libro de Morris West.