Un gran germinador del pensamiento

Inteligente, seductor, brillante, amado y odiado por algunos con la pasi¨®n que se dedica a las estrellas de cine o a los toreros, Jos¨¦ Ortega y Gasset (Madrid, 1883-1955) es uno de los fil¨®sofos que dejaron una huella m¨¢s profunda en el siglo XX. Su fama trascendi¨® fronteras y, cosa rara entonces entre los escritores y pensadores espa?oles, logr¨® que sus obras fueran traducidas a los principales idiomas. Alfonso Castro (Sevilla, 1969), profesor titular de Derecho Romano de la Universidad de Sevilla, y Fernando H. Llano (Santander, 1969), profesor titular de Filosof¨ªa del Derecho de la Universidad de Sevilla, nadan en ese inmenso mar orteguiano que sigue hoy siendo tan estimulante.

Ambos profesores se han encargado de la edici¨®n del libro Meditaciones sobre Ortega y Gasset, que re¨²ne los escritos e investigaciones de 25 expertos. Nombres importantes del pensamiento espa?ol, como Jos¨¦ Luis Abell¨¢n, Pedro Cerezo, Andr¨¦s de Blas o Antonio Enrique P¨¦rez Lu?o, aportan sus visiones en el 50? aniversario de la muerte del pensador.

Meditaciones sobre Ortega y Gasset ha sido publicado por la Editorial T¨¦bar. El libro tiene otro atractivo: un pr¨®logo de Miguel Ortega Spottorno, hijo del autor de La rebeli¨®n de las masas. Castro recuerda el origen del libro. "Fue idea de Fernando. Nos conocemos hace muchos a?os. Tenemos plena confianza. Me pareci¨® que esto merec¨ªa una edici¨®n de m¨¢s enjundia. El proyecto lo impulsa Fernando. Llegar a T¨¦bar ha permitido que el libro tenga un empaque formal porque el contenido es bueno", explica Castro. "Y muy buena la distribuci¨®n", puntualiza Llano.

Castro considera a Ortega "un gran germinador". "En muchas ocasiones, la lectura de Ortega te permite profundizar en su visi¨®n y en la tuya propia. Terminas de leer y dices 'no estoy de acuerdo', pero Ortega te hace pensar. Aunque mantengas tu criterio, lo haces de forma m¨¢s profunda. Ortega va como poniendo huevos", comenta Castro.

Llano opina que "Ortega, en muchos aspectos, es absolutamente contempor¨¢neo". "Han pasado 50 a?os, que para Ortega son tres generaciones. En el libro se han dado cita autores de tres generaciones. Se logra hacer en el libro un balance bastante aproximativo a esa actualidad de ese pensamiento tan complejo", agrega Llano. "Est¨¢n los disc¨ªpulos de Ortega, que llegaron a escucharlo: Abell¨¢n, Ciriaco Mor¨®n... Luego viene la siguiente generaci¨®n, que es la que preside actualmente la Universidad: P¨¦rez Lu?o, Andr¨¦s de Blas, Pedro Cerezo... Y luego, la tercera generaci¨®n: profesores j¨®venes de menos de 40 a?os", explica Castro.

"Ortega es uno de los escas¨ªsimos autores en los que uno puede zambullirse en sus obras completas. Todos los tomos son un aut¨¦ntico placer. Borges dec¨ªa que en cada p¨¢gina de Chesterton se contiene una felicidad. Eso tambi¨¦n se puede aplicar a Ortega", a?ade Castro.

La Espa?a de hoy

?En la Espa?a actual hay alg¨²n pensador que tenga la importancia y la influencia sobre la sociedad que ten¨ªa Ortega? "Con esa talla no. Hay algunos intelectuales que s¨ª que tienen una cierta vocaci¨®n de mirar los problemas de la actualidad pol¨ªtica: Fernando Savater, Emilo Lled¨®... Se elevan un poco y miran a lo que hay fuera", afirma Castro. "Lled¨® es un sabio", coinciden Llano y Castro.

"Se est¨¦ o no de acuerdo con ¨¦l, Savater lo que tiene es un peso moral. Ha hecho frente al mundo abertzale y al terrorismo de una forma contundente", se?ala Castro.

Llano recuerda que "cuando Karl Jaspers hace un balance de las figuras de la filosof¨ªa occidental, distingue fil¨®sofos sistem¨¢ticos, con una obra bien ordenada, y fil¨®sofos fecundos, que se caracterizan por la riqueza de pensamiento, por su capacidad de sugerir, y que tienen muchos seguidores. Es el caso de Ortega, que pertenece a este segundo grupo", asevera. Llano tambi¨¦n cita, junto a Lled¨® y Savater, a otros intelectuales importantes tras la Guerra Civil: Jos¨¦ Luis Aranguren, El¨ªas D¨ªaz y Joaqu¨ªn Ruiz-Gim¨¦nez, "quien fue el maestro de una generaci¨®n de j¨®venes profesores de universidad -hoy catedr¨¢ticos- en una ¨¦poca en la que cualquier actividad cultural e intelectual en defensa de la democracia estaba proscrita".

Llano hace asimismo hincapi¨¦ en el formidable prestigio internacional de Ortega, lo que le hizo participar en la conmemoraci¨®n del bicentenario de Goethe en Aspen (EE UU) en 1949 junto a los escritores y fil¨®sofos m¨¢s importantes del mundo. Ortega se hizo amigo esos d¨ªas del actor Gary Cooper, que pasaba sus vacaciones en las Monta?as Rocosas. "En Aspen se dieron cita todos los grandes pensadores del mundo occidental. Los convoc¨® en Aspen el escritor Thornton Wilder. A la cultura hispana la represent¨® Ortega y Gasset", concluye Llano.