Juan Jos¨¦ Flores escribe sobre la necesidad de contar historias
El autor mezcla sentimientos y misterio en 'Todas las primaveras'
Todas las primaveras (Alfaguara), de Juan Jos¨¦ Flores (Barcelona, 1955), arranca con un homenaje al cine. Un prestigioso director lega a su disc¨ªpulo un manuscrito con el esbozo de una pel¨ªcula. Desgraciadamente, el escrito se pierde. Fallecido el cineasta, el joven trata de recuperar aquellas notas, llenas de recuerdos. "El hecho de contar historias es genuinamente humano. De ah¨ª parte la novela", explica el autor.
En su b¨²squeda, Diego Varela se cruzar¨¢ con personajes variopintos que nunca son lo que aparentan, todos ellos interlocutores imprescindibles para descifrar la ca¨®tica historia que obsesionaba a su maestro, el director de cine Germ¨¢n Lozano. Como embri¨®n de su tercera novela, el escritor Juan Jos¨¦ Flores se imagin¨® a un atribulado equipo de cine rodando una pel¨ªcula en una mas¨ªa, propiedad de la misteriosa Carmen Anglada. La anfitriona convive con su hijo Adri¨¢n y su cu?ado H¨¦ctor, retirado director de orquesta con el que galante¨® de joven. Poco a poco, se convertir¨¢n en protagonistas del relato. "Todos los personajes est¨¢n entrelazados y son narradores de la misma historia. Su actitud es una met¨¢fora de la literatura. ?Qui¨¦n es el autor de una novela? Cuando me sumerjo en un libro, transcribo cosas que llevo dentro, tomadas del cine, del teatro, de otros libros. Casi es un trabajo colectivo".
Aprovechando un despiste de Varela, Adri¨¢n se adue?a del preciado cuaderno del maestro. En sus p¨¢ginas, se alternan dos relatos apasionantes: un romance entre un miliciano republicano y una joven barcelonesa, idilio mantenido durante a?os a trav¨¦s de apasionadas cartas, y la leyenda negra que lastra la fama de un hotel franc¨¦s, lugar predilecto de los suicidas para quitarse la vida. Como en una novela de misterio, la verdad permanece oculta. "Adri¨¢n se interesa por la historia del director de cine porque contiene algo de su propia historia. ?se es el poder de la ficci¨®n. Las historias que nos interesan lo hacen porque hablan de nosotros mismos".
La diversidad de personajes se traduce en un batiburrillo estil¨ªstico que comprende desde el g¨¦nero epistolar a los cuentos de fantasmas. Igual de variados son los escenarios y las ¨¦pocas de la trama, que viajan del frente de Arag¨®n en la Guerra Civil a las selvas amaz¨®nicas. Tampoco faltan numerosos homenajes literarios a autores como Gabriel Garc¨ªa M¨¢rquez, Jorge Luis Borges o Miguel de Unamuno. El realismo m¨¢gico, por ejemplo, est¨¢ presente gracias al personaje de la criada Maura, que tiene el don de so?ar sue?os ajenos.
En el laberinto argumental de la obra sobresalen dos motivos recurrentes con el mismo peso, el amor y la muerte. "Nunca escribir¨ªa una novela sin sentimientos, sin amores, sin celos, sin sensaci¨®n de p¨¦rdida... Me interesa la vida".
Babelia
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