"Mi teatro musical termina en la cabeza del espectador"
En el teatro de La Fenice de Venecia se estrenar¨¢ hoy la versi¨®n esc¨¦nica de la controvertida pieza sinf¨®nica de Heiner Goebbels (Neustadt, Alemania, 1952) Surrogate cities-Venice, que ya tuvo una nominaci¨®n para un Grammy como mejor creaci¨®n contempor¨¢nea. Su autor, fundador de legendarios grupos de rock, reconocido a la vez que rechazado y, especialmente en Italia, venerado por la vanguardia musical, plantea la atomizaci¨®n radical de la formaci¨®n orquestal y su implicaci¨®n directa en la concepci¨®n de la obra. A mediados de octubre se escuchar¨¢ en el Auditorio de Madrid por el Cuarteto Mondrian una de sus ¨²ltimas creaciones.
Heiner Goebbels se dispone a hablar en un saloncito del teatro La Fenice. Detr¨¢s de su cabeza, un cuadro del setecientos alude a la mitolog¨ªa y a un argumento belcantista. El contraste es brutal, despu¨¦s de ver en lo que ha convertido este imaginativo compositor el escenario del teatro, repleto de andamios, pantallas, altavoces propios de un estadio de f¨²tbol. Goebbels vive en Francfort desde 1972 y desde all¨ª ha generado su influyente obra y magisterio, su concepto de movilidad constante. Ecl¨¦ctico, algo exc¨¦ntrico y rabiosamente interdisciplinar, inici¨® su consagraci¨®n en 1993 en Par¨ªs con Ou bien la d¨¦barquement d¨¦esastreux, en 1995 con Die Wiederholung (basado en textos de Kierkegaard, Robbe-Grillet y Prince) y en la Documenta de Kassel de 1997.
Pregunta. ?Cu¨¢ndo siente la necesidad de llevar la formaci¨®n orquestal a otra parte, a la interdisciplina?
Respuesta. Fue a finales de los anos setenta y en los ochenta. Se trataba de insertar los dos m¨¦todos, el convencional y el que usa el estudio de grabaci¨®n como un instrumento m¨¢s.
P. Esto afecta a la escritura.
R. Se trata de ampliar las cualidades del sonido. De hacer o¨ªr a los m¨²sicos el registro en directo, y luego se trasmiten las experiencias al papel, pero la partitura puede ser un medio perjudicial. Lo escribo, pero no me limito a ello.
P. Usted hizo un ballet en 1994 con el Ballet de Francfort. ?Fue positiva la experiencia?
R. S¨ª, muy enriquecedora. En los ¨²ltimos 15 a?os hay un cambio en la relaci¨®n entre m¨²sica y ballet. Antes, primero se hac¨ªa la m¨²sica como creaci¨®n precedente y despu¨¦s se coreografiaba. Ahora buscamos un resultado, un final no predecible: un nuevo balance de las jerarqu¨ªas. Yo quiero cambiarlas. En mi ballet de 1994 los bailarines contribuyen tambi¨¦n en la m¨²sica.
P. Era el momento de oro de William Forsythe en Francfort. ?Le influy¨® su estilo?
R. Probablemente, s¨ª.
P. Surrogate cities es siempre la misma obra. ?Podr¨ªa ser un ballet?
R. Ser¨¢ un ballet. La cita es en 2008 con la Filarm¨®nica de Berl¨ªn, que la har¨¢ con bailarines y core¨®grafos. Surrogate cities no es espec¨ªfica de ninguna ciudad, pero puede ser de S?o Paulo, Tokio o Londres. Ahora es de Venecia, que es un caso especial. Venecia era una metr¨®poli, hoy es un museo.
P. De su m¨²sica siempre se dice que tiene dentro mucho dramma. ?Es s¨®lo visi¨®n tr¨¢gica del mundo y de la vida?
R. No estoy seguro de eso. Hay dramma, pero hay alegr¨ªa, una alegr¨ªa que no excluye la cualidad dram¨¢tica. Debe haber un equilibrio entre humor y seriedad.
P. Le siento antiwagneriano.
R. Yo pienso y trabajo al contrario. Intento separar los medios que convergen en el teatro musical, que es lo opuesto al teatro total de Wagner. Mi teatro musical se crea, se concluye en la cabeza del espectador. En s¨ª misma, cada parte es aut¨®noma: el texto, las luces, las voces, el v¨ªdeo, la imagen. Esto se podr¨¢ ver y analizar en detalle en la obra que se ver¨¢ en Madrid en octubre: Erasitjaritjaka, que es una palabra de los abor¨ªgenes australianos que significa "buscar desesperadamente algo que est¨¢ perdido". El texto es de Elias Canetti, y me he basado en sus investigaciones etnol¨®gicas. Se trata de una sociedad organizada de manera distinta a la nuestra, no jer¨¢rquica.
P. En ello se siente una reflexi¨®n comprometida, pol¨ªtica.
R. La reflexi¨®n contempor¨¢nea es as¨ª, recibe influencias que inciden en el trabajo, que entran solas. No tengo ning¨²n mensaje que dar, pero invito a la inteligencia del p¨²blico, a su sentido cr¨ªtico. En la sociedad de hoy, la m¨²sica es un espacio muy fuerte para la reflexi¨®n y esto ya es pol¨ªtica.
'La m¨²sica y su doble', seg¨²n Artaud
El festival veneciano se llama La m¨²sica y su doble, alusi¨®n al t¨ªtulo legendario de Antonin Artaud (El teatro y su doble), y pone en liza las esencias de los g¨¦neros: hay s¨®lo cuatro conciertos sinf¨®nicos y nada menos que 14 ¨®peras de c¨¢mara. Giorgio Battistelli, director de esta edici¨®n, elabor¨® un programa lleno de sugerencias l¨ªmite, de b¨²squeda y de confrontaci¨®n.
Entre otras ofertas excitantes, est¨¢ la de Surrogate cities, de Goebbels; la recuperacion de la ¨®pera "no escrita" para banda electromagn¨¦tica y voces de Luigi Nono Y entonces comprendi¨®; la primera ejecuci¨®n esc¨¦nica de The sinking of the Titanic, del controvertido Gavin Bryars; la recuperaci¨®n de lo m¨¢s radical del griego Georges Aperghis, y tres ¨®peras espa?olas: Un parque, de Luis de Pablo; Fragmento de Orfeo, estreno mundial de Jes¨²s Rueda, y La noche y la palabra, de Jos¨¦ Manuel L¨®pez.
Surrogate cities-Venice, de Heiner Goebbels, es una composici¨®n para gran orquesta y voces, convertida en m¨²sica de culto desde su estreno en 1994, ambicioso fresco din¨¢mico que explora la constante metamorfosis de la ciudad, usando textos de Auster y Muller con temas adicionales de Kafka y Calvino.
Para la versi¨®n de La Fenice, la primera que cuenta con un aparato esc¨¦nico, la escenograf¨ªa de Klaus Grunberg transforma el escenario en un trayecto fabril y tecnol¨®gico con grandes pantallas y andamios industriales por los que pululan los m¨²sicos. Las pantallas gigantes lanzan im¨¢genes en movimiento obtenidas con un software ideado por Andy Cameron y accionado por Holger Stenschke, con im¨¢genes inmediatas de Londres, Par¨ªs, Nueva York, Venecia y otras ciudades. Las acrobacias vocales de David Moss y Jocelyn B. Smith har¨¢n el resto de este llamado "alquimista del sonido" por quienes le aman, o Mr. Sample o Herr Elektic por los cr¨ªticos m¨¢s reacios.
Babelia
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