Vocaci¨®n inversora
La hip¨®tesis de que los Presupuestos Generales del Estado son el principal instrumento de la pol¨ªtica econ¨®mica s¨®lo se cumple si el Ejecutivo decide pol¨ªticas activas de gasto, sea ¨¦ste de car¨¢cter social o de inversi¨®n. Despu¨¦s de dos legislaturas con las cuentas p¨²blicas encorsetadas por el t¨®tem del d¨¦ficit cero, el segundo Presupuesto presentado por el Gobierno de Zapatero insiste en su vocaci¨®n de corregir las deficiencias demostradas en la econom¨ªa espa?ola -en educaci¨®n y en infraestructuras- y relegar al ba¨²l de la historia la preocupaci¨®n por entender la estabilidad presupuestaria en t¨¦rminos aritm¨¦ticos.
Tal es el sentido global del proyecto para 2006 que present¨® ayer Pedro Solbes: un volumen de gasto consolidado -Estado, Seguridad Social y Organismos Aut¨®nomos- de 252.068 millones de euros, con un crecimiento del 7,3%, y unos ingresos estimados de 253.109 millones, con una subida del 8,4%. Estas previsiones dan lugar a un super¨¢vit del 0,3%. L¨¢stima que las cuentas est¨¦n calculadas sobre una estimaci¨®n de inflaci¨®n del 2%, tan fant¨¢stica hoy como en tiempos de Rodrigo Rato, y un precio del petr¨®leo de 55 d¨®lares por barril, lejos de los 62 actuales.
Si el objetivo del Gobierno fuera el d¨¦ficit cero, ser¨ªa el momento de exponer la debilidad de tales supuestos. Pero el Presupuesto 2006 debe analizarse desde dos premisas bien distintas. La primera es de orden fiscal y permite comprobar que en los ¨²ltimos ocho a?os la tasa de crecimiento ha permitido obtener recaudaciones tributarias muy superiores a las esperadas. La segunda, que el Presupuesto que se pretende se preocupa m¨¢s por el gasto con influencia sobre la econom¨ªa que por la aritm¨¦tica de la estabilidad, que viene garantizada por el control relativo del gasto y el crecimiento progresivo de los ingresos. El gasto en investigaci¨®n y desarrollo aumenta el 30%; en educaci¨®n, el 16,6%; la inversi¨®n en infraestructuras sube el 12,4% y el gasto en pensiones, el 6,9%. En el cap¨ªtulo de ingresos, la deflactaci¨®n de las tarifas del IRPF permitir¨¢ a los contribuyentes no pagar m¨¢s impuestos a causa de la inflaci¨®n.
En estas condiciones, las cr¨ªticas del PP, expresadas por el portavoz Zaplana, sonaron a hueco: hubieran sido las mismas cualesquiera que fueran las cifras. Desde la referencia a la herencia malgastada, algo incoherente con todos los datos emp¨ªricos disponibles, hasta la supeditaci¨®n a las exigencias de los aliados pol¨ªticos. Con la paradoja de que el propio Solbes tuvo que hacer pedagog¨ªa frente a cierto victimismo territorial recordando que la comparaci¨®n anual de las inversiones por territorios es un ejercicio falso, puesto que "las grandes inversiones p¨²blicas no son recurrentes"; adem¨¢s, en una econom¨ªa moderna, la inversi¨®n en una autonom¨ªa favorece tambi¨¦n a otras y, al final, a todas.
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