Guillermina Medrano, primera mujer concejal en el Ayuntamiento de Valencia
Habr¨ªa cumplido 93 el 8 de diciembre, 70 a?os despu¨¦s de convertirse en la primera mujer concejal del Ayuntamiento de Valencia. Pol¨ªtica, por pasi¨®n. Maestra, por vocaci¨®n. Republicana, por supuesto, Guillermina Medrano fue una ni?a precozmente activista y una joven preciosa que tuvo la mala fortuna de arrancar a vivir en aquellos tiempos primero de esperanza, luego de odio y sangre. Pronto entr¨® en el Partido Radical Socialista, luego Izquierda Republicana, en el que fund¨® el Comit¨¦ Femenino. Estudios de magisterio y filosof¨ªa, especializaci¨®n en deficientes, direcci¨®n de la Casa de la Infancia Giner de los R¨ªos en Lliria... todo ello en paralelo a una intensa actividad pol¨ªtica que inclu¨ªa el centro republicano del Cabanyal y acogida de ni?os de Asturias. Guillermina era mitinera y un buen d¨ªa se convirti¨® en la xiqueta regidora siendo alcalde Cano Coloma. Pronto comprobar¨ªa la dificultad de que a una mujer, adem¨¢s joven y guapa, se la tomara en serio (contaba una y otra vez que Aza?a no le hab¨ªa dedicado m¨¢s que un breve saludo, desde?oso aunque cort¨¦s).
Durante la guerra, Guillermina fue en Par¨ªs la petite espagnole que recaudaba fondos, y cuando todo estuvo perdido se exili¨® con su esposo, el abogado Rafael Superv¨ªa, a Francia, donde actuaba de secretaria de Diego Mart¨ªnez Barrio. M¨¢s tarde fund¨® una prestigiosa escuela en Santo Domingo, pero huyendo de Trujillo, "otro general¨ªsimo", se instalaron en Washington. Su casa se acab¨® convirtiendo en una especie de embajada antifranquista, y s¨®lo su alumnado "de post¨ªn" (hijas de Warren, Nixon, de congresistas y embajadores...) dulcific¨® el evidente hecho de que la pareja y sus amistades segu¨ªan siendo rojillos espa?oles.
Guillermina ha muerto siendo republicana, pero sent¨ªa un sincero respeto por Juan Carlos y Sof¨ªa, y hab¨ªa aceptado el Lazo de Isabel la Cat¨®lica. Tambi¨¦n recibi¨® premios como el Isabel Ferrer, Rosa Manzano y Dones Progressistes. Desde su casa de Valencia, a la que volvi¨® en 1988, se comunicaba con sus amistades por Internet y pronto se puso al d¨ªa de la pol¨ªtica espa?ola y valenciana. La mayor¨ªa del PP dominante en esta ciudad, otrora frentepopulista, y su alcaldesa (Rita Barber¨¢) s¨®lo consintieron, tras muchas presiones por parte del grupo socialista, dedicarle una min¨²scula calle casi fuera del planeamiento. Puede que le doliera, pero tampoco esto extra?aba a Guillermina de un Ayuntamiento que ha sido capaz de editar libros "hist¨®ricos" sobre los a?os cuarenta logrando no mencionar, ni por asomo, los asesinatos franquistas de los que fueron v¨ªctimas tantos maestros. "Quienes nos exiliamos", dec¨ªa, "al menos sab¨ªamos que de noche no iban a venir a fusilarnos. Pero la mayor tragedia es que, al final, tus ra¨ªces no est¨¢n ni en un sitio ni en otro, son ra¨ªces adventicias".-
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