Julio Villanueva Chang, director de 'Etiqueta Negra'

El presupuesto no da para m¨¢s. El tel¨¦fono es caro. La relaci¨®n con los autores para preparar la publicaci¨®n de sus cr¨®nicas es muy intensa. "Sin Internet, Etiqueta Negra no existir¨ªa", dice Julio Villanueva Chang (Lima, 1967), director editorial de una de las pocas revistas de periodismo literario que se editan en espa?ol.

Cuando el director viaja, y lo hace con frecuencia, realiza las labores de edici¨®n en los cibercaf¨¦s. "En Madrid estuve siete horas sin salir de un cibercaf¨¦ para editar una historia sobre Miss Mundo. A veces, como cuando hicimos un n¨²mero sobre moda, en un mismo trabajo intervienen varios periodistas. En este caso, cuatro periodistas segu¨ªan a un 'cazador de tendencias'. Los periodistas estaban en Madrid, Mil¨¢n, Buenos Aires y Nueva York. Qued¨¢bamos, con el horario de Per¨², en el Messenger a las 13.00 horas para ponernos de acuerdo".

Villanueva asegura que la mensajer¨ªa instant¨¢nea es una herramienta habitual en su trabajo. "Tengo m¨¢s de 150 contactos en el Messenger. Ha estropeado mi caligraf¨ªa y me ha introducido en los errores tipogr¨¢ficos y ortogr¨¢ficos, pero es como un juego de ping-pong que me resulta pr¨¢ctico y veloz a la hora de trabajar".

Con el subt¨ªtulo de "revista para distra¨ªdos", Etiqueta Negra comenz¨® a publicarse en Per¨² hace tres a?os. Despu¨¦s de m¨¢s de 20 n¨²meros, en la lista de colaboradores figuran los nombres de Mario Vargas Llosa, Juan Villoro, Fernando Savater y Joaqu¨ªn Sabina. Villanueva explica que la revista no paga a los autores, "eso s¨ª, les hacemos trabajar como si les pag¨¢ramos", bromea.

Hasta hace poco los art¨ªculos se pod¨ªan leer por Internet. Ahora, el lector accede gratuitamente a las 300 primeras palabras de art¨ªculos que pueden llegar a tener hasta 5.000. "En Internet, lo que pretendemos es seducir, hacer que la gente se acerque a la revista".

Desde hace unos meses, emplea un iPod. Habla con orgullo del reproductor de color blanco que ha sido su ¨²ltima adquisici¨®n. "Ha cambiado mi vida en los aeropuertos. Me ayudaron a introducir las canciones porque yo no sab¨ªa c¨®mo hacerlo".

El periodista reconoce que para las cuestiones tecnol¨®gicas es un "anticuado, accidentalmente moderno". Emplea un port¨¢til para trabajar. "Pero s¨®lo para escribir y conectarlo a Internet. En mi vida hay algunas paradojas. No s¨¦ conducir un coche", dice.

En la bandeja de correo electr¨®nico guarda m¨¢s de 2.500 mensajes. "Antes, mi madre los guardaba en discos, pero yo no s¨¦ c¨®mo hacerlo. Es una mezcla de vagancia e incompetencia". Suspira cuando asegura que ha perdido documentos en el ordenador. "Historias enteras que he tenido que volver a escribir".

E. N.: www.etiquetanegra.com.pe